Evaluando la Operación de Liberación del Pueblo (OLP)

Ha transcurrido un corto tiempo desde el inicio de la Operación de Liberación del Pueblo (OLP) y de Protección de los Territorios -lunes 13 de julio de 2015- y por su delicada misión se requiere activar el control social necesario sobre este operativo de coordinación de los Organismos de Seguridad del Estado que fue creado para "reducir a su mínima expresión a la delincuencia y derrotar el paramilitarismo" de procedencia colombiana en nuestro país. Se deben identificar y revisar algunas de sus premisas para que desde una perspectiva constructiva y de mejora continua estas le sirvan efectivamente al poder popular para evaluarlo y darle o continuar dándole el apoyo necesario.

 

En el marco de las 4R la OLP requiere contar con la mayor viabilidad social y política. Es importante valorar los resultados que se han obtenido desde su inicio –que pudieron ser mejores- entre los que se cuentan, decenas de detenidos vinculados al paramilitarismo colombiano; recuperación de armas de guerra; centenares de detenidos por diferentes delitos: cabecillas de bandas, extorsionadores, bachaqueros, estafadores, motochorros, propiciadores de invasiones, extorsionadores y usurpadores de habitantes de viviendas de la GMVV, ladrones de vehículos, motos; recuperación de celulares, etc. Pero no se debe caer en la ingenuidad de creer que en esta primera fase se logró derrotar a la delincuencia y el paramilitarismo que previamente le había declarado la guerra a los cuerpos policiales. Simplemente se replegaron y seguirán actuando hasta que sean desalojados –como apuesta la población- de sus temibles guaridas.

La OLP ha sido posiblemente pensada o ejecutada con retardo, quizás por falta en un primer momento de un liderazgo estratégico que asumiera el costo-beneficio o por tácticas y operaciones infiltradas, recibiendo en consecuencia tanto los cuerpos policiales como la población las respectivas dosis de violencia criminal. La OLP se percibe más como una acción reactiva que proactiva, pero sus resultados iniciales y la voluntad manifiesta de sus actuales líderes estratégicos indican que continuará andando con sus propios pies, autocorrigiéndose y buscando una mayor efectividad. Confío no equivocarme. La OLP tiene en el timón al Presidente Maduro: "Ha llegado la hora de liberar a nuestras comunidades, (…) aquel que mata a nuestro pueblo es enemigo del pueblo".

El informe de Hinterlaces de mayo de 2015 dibuja las percepciones que en ese momento tenía la población sobre el tema de la inseguridad. Muestra que es el segundo problema más grave que tiene todo el país (25%). El impacto de los primeros resultados de la OLP demostrará su estrecha interdependencia con el primer problema del desabastecimiento y la escasez (42%). Ambos van tomados de la mano sin caer en absurdos reduccionismos, porque no son idénticos, pero no se puede perder de vista la retroalimentación de este combo de problemas con la gestión precaria, improvisada y desafortunada de la seguridad agroalimentaria y el absurdo de mantener la actual política cambiaria.

Las premisas más importantes de la OLP las resume el Presidente Maduro cuando direcciona y exige los máximos esfuerzos de todos los venezolanos para apoyar e integrarnos a esta operación contra la delincuencia y el paramilitarismo: "Están tratando de imponer un modelo que debemos repudiar. Estamos a tiempo para enfrentarlo, para derrotarlo. Pido el apoyo de todo el pueblo, el apoyo moral, político, activo, vivo. El Poder Popular tiene que poder más que el poder de las mafias". Más claro no canta un gallo. Se trata de imponer un modelo de violencia, la del más fuerte y sanguinario donde impere la criminalidad y el narcotráfico, donde no exista el futuro. Sin embargo, sorprende que hasta ahora ha sido tímido e insuficiente el apoyo político que ha recibido esta operación de las fuerzas de la revolución, principalmente del Psuv, reconociendo algunas excepciones como por ejemplo el respaldo total del Consejo Bolivariano de Alcaldes y Alcaldesas de Venezuela. ¡Esta falta de apoyo debe superarse!

En la misma línea, en coherencia con el Presidente Maduro, Jorge Bernal, diputado integrante de la Comisión de Política Interior de la Asamblea Nacional, ha sido enfático y preciso al insistir que "Hay que asumir que se ha transculturizado el paramilitarismo en el país y esas bandas están en algunas zonas como Aragua, Distrito Capital, Barlovento, Valles del Tuy"…"el paramilitar tiene diversas fachadas, se camuflajea entre la población. Se mezcla el hampa común, el crimen organizado y el paramilitarismo político"… "La finalidad es desmoralizar a la fuerza pública y confundir a la sociedad. Por eso, la Operación de Liberación del Pueblo requiere del apoyo de toda la sociedad, no podemos dejar solo al Presidente Maduro". ¡Todos sabemos que convivimos con el enemigo!

Como acción estratégica la OLP tiene y tendrá acérrimos detractores que comenzaron a salir del closet, algunos de ellos claramente tarifados. Intentarán que fracase y sea rechazada por la población mediante la manipulación y desinformación sobre todo en las redes sociales donde tienen todo su arsenal. El Poder Popular tiene recursos para evitarlo.

Por cierto, ha sido a todas luces incoherente, fantasiosa y desproporcionada la opinión de la docente de la UCV Margarita López Maya quién en la misma línea de la gente de DolarToday y de VP, en su último artículo publicado en UN califica a la OLP como una acción propia de un Estado de barbarie.

Insisto. Oído al llamado del Ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Gustavo González López: "Agradecemos y convocamos a nuestro pueblo, requerimos de su apoyo para evitar que seamos penetrados por organizaciones perversas que buscan destruir lo que hemos construido." ¡O mejor dicho para que las desalojemos!

¡Es en serio!

davidrmalaveb@yahoo.es

@profesordavid



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