La paz y la lucha de clases

"Debéis amar la paz como medio para nuevas guerras. Y la paz corta más que la larga".

Friedrich Nietzsche, en Así Habló Zaratustra

Paz, del latín pax, posee múltiples y variadas interpretaciones, tanto políticas como ideológicas. Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE), la Paz es: "Situación y relación mutua de quienes no están en guerra. Pública tranquilidad y quietud de los Estados, en contraposición a la guerra o a la turbulencia. Tratado o convenio que se concuerda entre los gobernantes para poner fin a una guerra. Sosiego y buena correspondencia de unas personas con otras, especialmente en las familias, en contraposición a las disensiones, riñas y pleitos. Reconciliación, vuelta a la amistad o a la concordia. Virtud que pone en el ánimo tranquilidad y sosiego, opuestos a la turbación y las pasiones. Genio pacífico, sosegado y apacible" [1].

Según el portal web Wikipedia es: "(…) En sentido positivo, (…) un estado a nivel social o personal, en el cual se encuentran en equilibrio y estabilidad las partes de una unidad; definida en sentido negativo, es la ausencia de inquietud, violencia o guerra" [2]; para la biblia de los cristianos "La Paz les dejo, mi paz les doy. No se la doy a ustedes como el mundo la da. No se les perturbe el corazón ni se les encoja de temor", Juan 14:27 [3].

Por su parte, infinidad de pensadores, teólogos, intelectuales, filósofos, políticos, poetas y hasta músicos han interpretado el concepto de paz a través de la historia, para Lucio Anneo Séneca (4 d.n.e. – 65 d.n.e) "Escucha, ve y calla, si quieres vivir en paz"; para Giovanni Battista Enrico (papa Paulo VI) (1897-1898) "El desarrollo es un nuevo nombre de paz"; su colega Karol Józef Wojtyła (Juan Pablo II) (1920-2005) "El amor será fermento de paz, cuando la gente sienta las necesidades de los demás como propias y comparta con ellos lo que posee, empezando por los valores del espíritu"; según el político mexicano Benito Juárez (1806-1872) "El respeto al derecho ajeno es la paz"; Benjamín Franklin (1706-1790) se refería diciendo "No existió nunca una guerra buena o una paz mala"; el poeta Antonio Machado (1875-1939) calificaba la falta de paz como "Propio de hombres de cabezas medianas de embestir contra todo aquello que no les cabe en la cabeza"; para Mohandas Karamchand Gandhi (1869-1948) "No hay caminos para la paz, la paz es el camino"; el cantante Jimmi Hendrix (1942-1970) opinaba que "Cuando el poder del amor sea más grande que el amor al poder, el mundo conocerá la paz"; y el líder sudafricano Nelson Mandela (1918-2013) invitaba que "Si quieres hacer la paz con tu enemigo tienes que trabajar con él. Entonces se convierte en tu compañero".

Otros personajes, fueron mucho más allá de la paz abstracta y amorfa que regularmente se define, observándola desde un enfoque mucho más amplio, revolucionario, anti sistémico y basado en la justicia social, Alí Primera (1941-1985), compositor y militante venezolano se preguntó en la canción El Despertar de la Historia, "¿Cuál paz? si quieren dejar al mundo como está"; Freire, P., (1970 p. 38), idea que "Para los opresores, la persona humana son sólo ellos. Los otros son `objetos, cosas´. Para ellos, solamente hay un derecho, su derecho a vivir en paz, frente al derecho a sobrevivir que tal vez ni si quiera reconocen, sino solamente admiten a los oprimidos. Y esto, porque, en última instancia, es preciso que los oprimidos existan y sean `generosos´" [4]; para la psicopatologa Elena Ochoa (1958- ) "Mientras no haya una distribución equitativa de la riqueza, no habrá paz", el Comandante Hugo Chávez (1954-2013) advirtió que "Mientras no haya una sociedad de incluidos, de iguales y de justos no habrá paz verdadera" e igualmente señaló que "La paz no es, y nunca será, equivalente a sumisión" y Eduardo Galeano (1940-2015), en Patas Arriba la Escuela del Mundo al Revés (1998 p. 208), planteaba que "la paz sin justicia, esa paz que hoy por hoy estamos disfrutando en América latina, es un campo de cultivo de la violencia" [5].

Así pues, tenemos todo un archipiélago de opiniones, argumentos y consideraciones sobre una de las palabras más mencionadas por todas las sociedades, desde el inicio de la historia de la humanidad y que nació el mismo día en que nació el concepto de guerra, a tal punto que Báez, F., (2008 p. 208) de los últimos 3500 años, la humanidad sólo ha estado en paz 230 [6], siendo el factor de la acumulación por saqueo el principal objetivo de estas guerras, acrecentándose esta tendencia debido a la voracidad del sistema. Sin la existencia de la guerra no podría existir la paz, la cual generalmente se contrapone a la guerra y a la violencia, es decir, el concepto de paz es aceptadamente contrario al caos y a la anarquía, por lo tanto: intentar derrotar al sistema es sinónimo de violencia y por ende contrario a la tan anhelada "paz".

Isaac Asimov (1920-1992) por sólo citar un caso, planteaba que "La violencia es el último recurso de los incompetentes", pero en contraposición a ello, Julio Cortázar (1914-1984), poeta y revolucionario, definía, de una forma muy atinada, que "Es necesario darse cuenta de que la violencia-hambre, la violencia-miseria, la violencia-opresión, la violencia-subdesarrollo, la violencia-tortura, conducen a la violencia-secuestro, a la violencia-terrorismo, a la violencia-guerrilla; y que es muy importante comprender quien pone en práctica la violencia, si son los que provocan la miseria o los que luchan contra ella".

Esto nos lleva a deducir que la paz es un estado de pasividad, de tranquilidad, de ausencia de conflictos, y hasta de entendimiento y libertad, sin embargo todas estas características son netamente aplicables para las clases dominantes, es decir para quienes posean en términos Gramcianos la hegemonía del poder, mientras que serán condicionadas (según el nivel de dominio de las clases hegemónicas) para quienes se oponen al status quo establecido, no en vano Carlos Marx definía que "La libertad siempre ha existido, pero unas veces como privilegio de algunos y otras como derecho de todos", es entonces la paz la garantía de permanencia, tranquilidad y dominio para quien se encuentra disfrutando de las mieles del poder y en el mejor de los casos, garantía de preservación de la vida, (pues debe continuar en su tarea de reproducirle riqueza al capitalista), para quienes se encuentran explotados por el poder hegemónico.

Con base a lo anteriormente dicho se puede interpretar que para el capitalismo como sistema económico, político, cultural y social dominante, la búsqueda constante de la paz no es más que una de las tantas formas que este posee para someter, doblegar y neutralizar a las clases sociales víctimas de la explotación generada por el sistema. Deja por lo tanto de ser la paz lo que anteriormente se conceptualizó como "un estado a nivel social o personal, en el cual se encuentran en equilibrio y estabilidad las partes de una unidad", y pasa a ser en la práctica y en la realidad una especie de capitulación por parte de las masas en conflicto, un reconocimiento de las condiciones materiales y de explotación por parte de los explotados, y una aceptación hacia la hegemonía y el dominio de los que detentan el poder, en este mismo orden de ideas, Freire, P., (1970 p.59) considera que "Para las elites dominadoras, esta rebeldía que las amenaza tiene solución en una mayor dominación- en la represión hecha, incluso, en nombre de la libertad y del establecimiento del orden y de la paz social. Paz social que, en el fondo, no es otra sino la paz social de los dominadores" [7].

Ignorar que la paz, desde el punto de vista hegemónico-capitalista, es la rendición y aceptación de una clase sobre la explotación que ejecuta y realiza la otra, es ignorar el concepto histórico y dialectico de la lucha de clases y por tanto seria ignorar las distintas evoluciones sociales que desde los propios orígenes del homo sapiens hace cerca de 165.000 años ha venido transformando la historia de la humanidad, en palabras del propio Marx "La historia de todas las sociedades existentes hasta ahora es la historia de la lucha de clases", de igual forma, el propio Marx, (1847 p. 17), define que la dominación de clase por parte de la burguesía y la esclavitud de las mayorías, es decir el proletariado, ha venido desencadenando miles de guerras a lo largo de la historia de la humanidad y se deben a tres factores fundamentales: "1) La relación entre el trabajo asalariado y el capital, la esclavitud del obrero, la dominación del capitalista. 2) La inevitable ruina, bajo el sistema actual, de las clases medias burguesas y del llamado estamento campesino. 3) El sojuzgamiento y la explotación comercial de las clases burguesas de las distintas naciones europeas por Inglaterra (hoy en día Estados Unidos), el déspota del mercado mundial" [8], estos tres factores aún hoy, después de 168 años permanecen más vigentes que nunca.

Es importante acotar, que no sólo Marx estudio y analizó el proceso de permanente conflicto entre las sociedades existentes y el cambio social que a raíz de las contradicciones producían, también lo hizo Heráclito en la antigua Grecia, Maquiavelo y hasta Jean-Jacques Rousseau, entre otros muchos reconocidos intelectuales y filósofos, por nombrar sólo unos cuantos.

Procesos como la Independencia, junto a los diversos movimientos pre-independentistas, la Guerra Federal, la Revolución Liberal Restauradora y el ascenso al poder de la propia Revolución Bolivariana, son las muestras más particulares y significativas de la lucha de clases en la historia de nuestro país.

Si bien Benjamín Franklin (1706-1790) decía que "No existió nunca una guerra buena o una paz mala", esto no siempre es así, de afirmarse como absolutamente cierta esta postura, habría que preguntarnos ¿Qué habría sido de la lucha de Bolívar sin la guerra de Independencia? Y ¿Qué habría sido del éxito de esta lucha sin el decreto de guerra a muerte?, recordemos que en dicho decreto, del año 1813, El Libertador determinaba que:

"(…) Nosotros somos enviados a destruir a los españoles, a proteger a los americanos y establecer los gobiernos republicanos que formaban la Confederación de Venezuela (…), no hemos podido ver con indiferencia las aflicciones que os hacían experimentar los bárbaros españoles, que os han aniquilado con la rapiña y os han destruido con la muerte; (…) Así, pues, la justicia exige la vindicta, y la necesidad nos obliga a tomarla. Que desaparezcan para siempre del suelo colombiano los monstruos que lo infestan y han cubierto de sangre; que su escarmiento sea igual a la enormidad de su perfidia, para lavar de este modo la mancha de nuestra ignominia y mostrar a las naciones del universo que no se ofende impunemente a los hijos de América. (…) Españoles y canarios, contad con la muerte, aun siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de la América. Americanos, contad con la vida, aun cuando seáis culpables" [9].

Aunque esta postura hoy día seria denunciada como "terrorista" y una "gran e inusual amenaza a la seguridad nacional y a los intereses (muy seguramente) de los Estados Unidos", así como por quienes ostentan el poder, dígase Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN por sus siglas en Ingles) y Consejo de Seguridad de la ONU, organismos que se encargan de calificar y descalificar según las pretensiones, y los intereses económicos, que se tengan, sin esta acción la lucha por expulsar a los españoles de territorio venezolano hubiese sido una batalla con resultados muy seguramente negativos, pues este decreto definió, por medio de la exaltación del nacionalismo y la lucha de clases (venezolanos contra españoles) la pertinencia que los patriotas en general debían sentir hacia la guerra que se libraba.

Con el mantenimiento y preservación de la paz de los reyes de España, es decir sin la ejecución de un proceso de Guerra de Independencia, sin la actuación de Bolívar, Sucre, Miranda, Páez y los miles de venezolanos y extranjeros que lucharon por la Independencia venezolana y que la historia no reconoce, seriamos muy seguramente una colonia española, inglesa o americana, tal como ocurre, aun hoy en pleno siglo XXI con Puerto Rico, que no es un país soberano, que sus ciudadanos son considerados por el país que los domina, ciudadanos de segunda clase, que forma parte de los Estados Unidos, pero que al mismo tiempo no es un estado confederado.

El último episodio en Venezuela, que encarnó la violencia como método para transformar el sistema imperante, fue el conocido como la lucha armada que inició a raíz de la caída de Marcos Pérez Jiménez y el posterior secuestro del poder por parte de los grupos políticos AD-COPEI-URD, denominado Pacto de Punto Fijo, y que significó el dominio hegemónico de las elites político-económicas que asumieron la gobernabilidad en nombre de la democracia y que se tradujo en un petro-Estado, facilitador de materia prima y mano de obra barata, junto a una cruenta aniquilación de líderes sociales y políticos de la izquierda, especialmente miembros del Partido Comunista de Venezuela (PCV) y sus posteriores escisiones (MAS, Bandera Roja, Ruptura, entre otros), lo cual se tradujo en el surgimiento de guerrillas urbanas y rurales que buscaban, emular el modelo cubano, de asumir el poder por la vía violenta, contraria a la paz.

Este conflicto armado feneció después de un proceso de "pacificación" de los grupos que se encontraban levantados en armas, pero la pacificación vino precedida de una cruenta política de terrorismo de Estado, donde las clases dominantes (transnacionales, empresarios y políticos reunidos en el Pacto de Punto Fijo), se encargaron de efectuar un continuo proceso de violación de los derechos humanos, especialmente masacres, desapariciones y torturas contra las bases sociales y lideres de este levantamiento. Por tanto el proceso de pacificación no fue más que un proceso de rendición, capitulación y sometimiento al imperante Estado Burgués, por parte de quienes pretendían transformarlo.

Más recientemente con la llegada de la Revolución al poder, y a pesar de que no se ha fracturado la estructura del aún imperante Estado Burgués, los papeles se han cambiado, quienes anteriormente pretendieron tomar el poder por la vía violenta, fracturando la paz, ahora la detentan y protegen, y los que anteriormente defendían la permanencia en el tiempo de la paz, junto al poder, ahora lo pretenden reconquistar por diversos medios y métodos, que van desde escenarios pacíficos como los diversos procesos electorales que se han desarrollado, hasta escenarios violentos, tales como el golpe de Estado de 2002, el golpe petrolero de 2003, los contantes llamados a la rebelión y más recientemente el fenómeno de revuelta urbana conocido como Guarimbas.

Este último fenómeno, el más intenso y peligroso por presentar múltiples factores que podrían conllevar a la población venezolana a la guerra civil, ha forzado al Gobierno Nacional a manejar insistentemente en su discurso la palabra "Paz", al punto que promovió la formación de un mediático grupo denominado "Movimiento por la paz y la vida", el cual se conformó en cada estado del país y promovió la realización de conversatorios, foros y demás actividades culturales y deportivas.

No obstante y tomando en cuenta las implicaciones político-ideológicas que ello atañe y que a lo largo de este articulo hemos venido revisando, vale recordar nuevamente al cantautor Ali Primera cuando se pregunta: "¿Cuál paz? si quieren dejar al mundo como está", pues de nuevo se promueve la paz y se generan espacios de debate en torno a la paz, manteniendo intactas las relaciones de poder y de explotación: El Estado continua estructuralmente diseñado para fortalecer el capital. Los medios y modos de producción continúan siendo generadores de explotación y penuria para los pobres.

Trayendo a acotación de nuevo la frase del Comandante Hugo Chávez "La paz no es, y nunca será, equivalente a sumisión", y tomando en cuenta el histórico e inevitable proceso de lucha de clases, se infiere, que la paz absoluta nunca existirá, menos aun cuando la continúen manejando a sus anchas y designios las elites; en todo caso lo más cercano a la paz seria la obtención de la justicia social, lo cual implica la imperiosa ruptura con el sistema, la toma del poder por parte de los excluidos y explotados, la dignificación de los pobres, la socialización de los medios de producción, el establecimiento de un sistema judicial que trascienda el aún vigente sistema de derecho romano y la salvaguarda, uso y disfrute a menester de los recursos naturales que nos ofrece la madre naturaleza.

Pero para que todo esto ocurra y aunque parezca paradójico, la humanidad tendrá que recurrir a diversas formas de lucha, arreciando las contradicciones de clase, puesto que quienes mantienen hasta este momento la hegemonía del poder, quienes ganan plácidamente la lucha de clases, esos 85 súper ricos que concentran igual riqueza que los 3.500 millones más pobres del planeta[10], esas 147 grandes corporaciones que explotan de manera implacable las más grandes minas de oro, coltán, diamantes, los mas inmensos yacimientos de petróleo y quienes multiplican sus ganancias a costa de la pobreza de las mayorías [11], no permitirán perder sus privilegios de manera pacífica.

(*) Economista social e investigador.

@oscar_forero83

Sugerencias y comentarios a: Oscarjforero83@hotmail.com

NOTAS:

  1. Real Academia Española. Diccionario de la lengua española. Disponible en: http://lema.rae.es/drae/?val=paz

  2. Wikipedia: Paz. Disponible en: https://es.wikipedia.org/wiki/Paz

  3. Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, 1987. Editado por Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania. Versión en español.

  4. Freire, P., Pedagogía del oprimido. Versión PDF. 1970.

  5. Galeano, E., Patas arriba, la escuela del mundo al revés. Versión PDF. 1998.

  6. Baez, F., El saqueo cultural de América Latina. Debates. México. 2008

  7. Freire, P., Pedagogía del oprimido. Versión PDF. 1970.

  8. Marx, C., Trabajo Asalariado y Capital. Versión PDF. 1847.

  9. Wikipedia: Decreto de Guerra a Muerte. Disponible en: https://es.wikipedia.org/wiki/Decreto_de_Guerra_a_Muerte

  10. El 1% más rico tendrá más que el resto de la población mundial en 2016. Disponible en: https://www.oxfam.org/es/sala-de-prensa/notas-de-prensa/2015-01-19/el-1-mas-rico-tendra-mas-que-el-resto-de-la-poblacion

  11. 660 individuos y 147 corporaciones controlan la economía mundial. Disponible en: https://elfeniciodigital.wordpress.com/2012/11/08/660-individuos-y-147-corporaciones-controlan-la-economia-mundial/.



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Oscar Javier Forero


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