La culpa de la violencia social es esencialmente nuestra

Algunos lectores tal vez se preguntarán por qué no he escrito artículos en las últimas semanas, la razón es que fui violentamente secuestrado y extorsionado, y me demoré en escaparme, y el drama todavía no se ha acabado.

Ser secuestrado no es como en las películas, con música y actores famosos, o donde todo se acaba de un día para el otro, no, es algo muchísimo más complejo y trágico, y hasta ahora he tenido la suerte de salir de esto vivo. Les contaré la historia con más detalles después de haber arreglado ciertas cosas, lo que se demorará, creo yo, posiblemente varias semanas más.

Bueno, eso dicho, en mi escondite he estado mirando películas de Hollywood, con el fin de tratar de entender de manera más profunda el asunto de la violencia gratuita y la delincuencia en general. Aunque yo nunca fui un delincuente --- pero crecí entre delincuentes --- mi reciente experiencia de la violencia gratuita del secuestro me dejó con preguntas al respecto. Es que en mis días, cuando era joven, no teníamos televisores, y la delincuencia casi nunca tenía una cara violenta en comparación con la violencia delincuencial y gratuita de hoy, y eso debe tener alguna razón.

Pero somos pocos los que quisiéramos enfrentar la verdad.

Lo he dicho muchísimas veces en muchos artículos en el pasado, que no se le puede echar la culpa por la violencia y la delincuencia solamente a nuestro gobierno, no, en gran parte nosotros mismos somos los responsables, y creo que todos lo sabemos.

Quisiéramos vivir en paz y tranquilidad, pero seguimos escuchando y viendo, frente a nuestros hijos, películas de Hollywood, las cuales casi todas están repletas de violencia gratuita, torturas, drogas, sexo violento, armas, cigarros, alcohol, engaños, robos, y maltratos de todos tipos --- como si todos eso fuera normal --- pero eso no es normal, es solamente normal en una sociedad que permita que la violencia psicológica se perpetúe dentro de la cultura social, así como lo que ocurre con permitir que los medios de comunicación y los vendedores sigan distribuyendo las películas y telenovelas violentas.

Desafortunadamente aquí en Venezuela esto sigue siendo, como en muchas sociedades afectadas por la cultura occidental, un elemento predominante en la cultura de nuestra sociedad.

¿Culpa del gobierno?

No lo creo porque estoy seguro de que si el gobierno criminalizaría la distribución de las películas violentas (o con drogas y alcohol y sexo) de Hollywood, y de las telenovelas, la mayoría de la población estaría en contra de tal decisión.

¿Verdad?

Como adultos nos pensamos capaces de discernir entre la fantasía y la realidad, es decir, nos creemos tan fabulosos e inteligentes porque "sabemos" que esa violencia en la televisión es solamente una fantasía, pero, del otro lado, estamos tan lavados del cerebro que no nos damos cuenta, y tanto así que ya no nos importa, que nuestros hijos escuchen los gritos de la tortura y la violencia televisiva.

Nuestros hijos no son sordos o estúpidos. Escuchan todos y son pensantes.

Es decir, pensamos como prepotentes, que esos ruidos y gritos de tortura, o las conversaciones sobre como estafar a alguien, o robar un banco, no afectarán a nuestros hijos de manera negativa, que ellos saldrán sanos y santos en el futuro, pero eso no funciona así, el cerebro humano no funciona así.

Los niños aprenden de la televisión más que de sus padres, especialmente cuando sus padres dejan que sus niños vean películas de violencia, drogas, sexo, etc.

Es más, los niños, con sus mentes todavía muy maleables deben pensar, "Bueno, sí mis padres miran esas telenovelas donde utilizan drogas, y atracan, secuestran, violan, y matan para enriquecerse, y si mis padres no dicen nada, y siguen viéndolas, debe ser que así es la vida, y que ellos son los pendejos. Yo no voy a ser pendejo, yo quiero ser rico como el capo de la droga de esa novela, con todo el dinero del mundo, con pistolas, y mujeres --- rico."

Les cuento todo esto --- y me imagino que no es nada nuevo --- porque durante todo el tiempo que fui secuestrado, escuché y observé con mucho cuidado la manera que mis secuestradores actuaban. Me sorprendió el hecho que de los 12 secuestradores todos menos uno actuaban como si ese drama (para mí) fuera una película de Hollywood. Casi cada palabra que decían, y casi cada acción, era algo que uno puede ver en casi cualquier película de "acción" de Hollywood, con los tatuajes, el corte de cabello de malandro bravo, el hablar malandro, y esa actitud "soy malo."

Mi secuestro me parecía una película de Hollywood.

En otras palabras, no creo que los productores de Hollywood vinieron a Venezuela para estudiar las actuaciones de los secuestradores y malandros delincuentes antes de producir esas películas de "acción," no, creo que es totalmente lo contrario, es decir, son los jóvenes sin familias responsables que estudian las películas de Hollywood, y de allí aprenden a "actuar."

Por eso digo, aun después de haber sido violentamente secuestrado, y sin entrar en tantos otros ejemplos de nuestra irresponsabilidad social, la culpa de la violencia social es esencialmente nuestra.

oscarheck111@yahoo.com



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Oscar Heck

De padre canadiense francés y madre indígena, llegó por primera vez a Venezuela en los años 1970, donde trabajó como misionero en algunos barrios de Caracas y Barlovento. Fue colaborador y corresponsal en inglés de Vheadline.com del 2002 al 2011, y ha sido colaborador regular de Aporrea desde el 2011. Se dedica principalmente a investigar y exponer verdades, o lo que sea lo más cercano posible a la verdad, cumpliendo así su deber Revolucionario ya que está convencido que toda Revolución humanista debe siempre basarse en verdades, y no en mentiras.

 oscar@oscarheck.com

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