Juicio al capitalismo y al socialismo tradicional: El sujeto burgués

Este es el cuarto número de una serie de artículos donde hacemos un juicio tanto al capitalismo como al socialismo tradicional con la intención de generar las bases para la discusión de un nuevo proyecto social que nos separe del cruel capitalismo y de ese socialismo tradicional con las contradicciones que ya estamos viendo. Ahora examinamos el tercer elemento planteado por Dieterich en su "Socialismo del siglo XXI" referente al sujeto burgués.

Creo necesario, para no confundir a los lectores de cada artículo por separado, precisar qué es lo que denomino Socialismo Tradicional, dejando en el lector el juicio de si ésta es la corriente dominante dentro del pensamiento socialista. El socialismo tradicional se apoya en los siguientes principios:

  1. "El socialismo es el control por parte de la sociedad, organizada con todas sus partes integrantes, tanto de los medios de producción y comunicación como de las diferentes fuerzas de trabajo aplicadas en las mismas. El socialismo implica, por tanto, una planificación y una organización colectiva consciente de la vida social y económica." (Wiki)

  2. Desaparición progresiva de la propiedad privada de los medios de producción.

  3. Eliminación progresiva del mercado

  4. Criterio de que la clase hegemónica debe ser la proletaria

  5. Criterio de que la lucha de clases representa el gran motor de la historia.

  6. Criterio de que el proletariado debe tener consciencia de clase y de su papel en la historia.

  7. Criterio de que la hegemonía proletaria finalizará con el comunismo, siendo ésta la máxima utopía de modelo social.

Al referirnos al término "sujeto burgués" estamos precisando las características culturales que dominan en una sociedad capitalista tanto en los sectores vinculados a la posesión de los medios de producción, como a todos aquellos grupos sociales que se denominan pequeño burgueses por tener una consciencia social ajena a su ser social. Según los socialistas tradicionales, este sujeto burgués no tiene una base moral y es el culpable fundamental de que la pobreza y otros problemas sociales no se hayan superado. Se trata entonces de un ser egoísta que sólo está interesado en la acumulación de riquezas. Dentro de su personalidad subyace, aparte del egoísmo, un fuerte espíritu competitivo y es en esencia un ser cruel.

En contraste a la perspectiva anterior, hay quienes ven al capitalismo como un modelo de una alta moral. Dentro de sus argumentos destaca el rechazo a la ética del robo, hasta el punto de afirmar que el capitalismo representa el único modo de hacerse de riquezas sin robar. También plantean que el mercado y el afán de riquezas es una fuente de ideas y de emprendimientos y, en consecuencia, es estímulo a la creatividad. El mercado guía la generación de valor, entendido éste no sólo como riqueza para los accionistas, sino como productos y servicios, impuestos y trabajo. Dicen ellos que cuando el capitalismo no funciona es porque ha abandonado su condición liberal para asumir el carácter "crapitalista" (Descrito en el número dos de esta serie). Además, consideran que el mismo representa prosperidad para todos, aunque admiten que hay mayor prosperidad para algunos.

Ellos señalan que es falso que el capitalismo tenga una orientación egoísta y que, por el contrario, combina individualismo y colectivismo de forma armónica. Así mismo, combina competencia y cooperación para conformar equipos exitosos. Según ellos, gracias al respeto a la propiedad se logra orden económico y social. La libertad económica es la norma correcta para los seres morales y la culpa de las injusticias la tienen los malos gobiernos. Llegan al extremo de afirmar que: "…el capitalismo es el único sistema justo y moral. La sociedad capitalista se basa en el reconocimiento y la protección de los derechos individuales. En la sociedad capitalista, los hombres tienen la libertad de perseguir sus propios fines por medio del ejercicio de sus facultades."

Apartando el maniqueísmo de santificar o satanizar la moral capitalista, presento mi visión acerca de la misma. En primer lugar el fin justifica los medios para el capitalismo. Quizás el mejor ejemplo de ese carácter excesivamente pragmático del capitalismo lo constituye el atentado cometido por el gobierno de los Estados Unidos contra su propio pueblo aquel 11 de septiembre de 2001. Si el lector tiene otra lectura de ese hecho me parece bien, pero creo que las pocas evidencias que ese gobierno permitió recoger fortalecen esta tesis. Después de este nefasto evento vinieron otrospeores en todo el mundo, justificados en la venganza y la llamada "guerra preventiva" que perpetró el imperio.

Otra característica del capitalismo es su afán por tener un pueblo engañado, ignorante, ingenuo y conformista. La creatividad se estimula sólo en la medida que sirva para generar valor empresarial. Es impresionante como la tecnología de los microcircuitos ha llegado a desarrollarse, mientras problemas más simples como el del hambre en el mundo no son siquiera enfocados. Ya lo decía Bolívar, somos más sometidos por la ignorancia que por la fuerza. No obstante, al momento de mostrar fuerza el imperio hace sus alardes. Un ejemplo contundente lo encontramos con la segunda bomba lanzada en Japón, después de que los japoneses se habían rendido. Para completar, el capitalismo es cortoplacista y depredador del ambiente. En este sentido, el ser burgués es inconsciente, tal como le interesa al mercado.

Es cierto que la competencia es necesaria para buscar calidad. Pero el afán de superioridad individual ha llegado a extremos de crueldad. Un ejemplo interesante lo encontramos en Japón donde se tiene una de las tasas de suicidio más altas en el mundo, fundamentalmente asociados a la sensación de fracaso de individuos que sienten no haber destacado en la sociedad. En ese sentido el capitalismo es bastante cínico al dejar en el ambiente el mensaje y la sensación de que nadie, sino cada quien, tiene la culpa de sus fracasos. Esto conlleva a un ser burgués insensible en un entorno en el que la compasión es contraria a la supervivencia de los más competitivos.

Aparte, así se quiera legitimar el modo capitalista de generación de riquezas, no podemos obviar que la explotación es un robo y es precisamente ese robo la esencia del funcionamiento de ese modelo social. Aparte, en el capitalismo todo se compra y todo se vende. El trabajo se hace obstinante y conduce al humano a comportarse de manera agresiva en la sociedad. Así se conforma la cultura del rebusque. Esa misma que nos lleva a subsistir de cualquier modo, a bachaquear, a raspar tarjetas, a acaparar, a especular, a trabajar como mototaxista o contrabandista en lugar de tener la condición de asalariado, especialmente obrero o campesino. De esta manera se merma la posibilidad de tener un aparato productivo que apunta a la satisfacción de las necesidades colectivas.

En resumen, el capitalismo es cruel y esa crueldad se refleja en las conductas de los distintos actores vinculados con este modelo social, desde el imperio hasta los sectores depauperados de la sociedad. Sin embargo, es falso que el capitalismo no tenga moral. Mi abuela Chena decía: "Todos somos buenos y todos somos malos" y con esto quería significar que todos queremos tener una buena imagen de nosotros mismos y justificábamos de alguna manera nuestros pecados. En definitiva nadie es más humano que otro y nadie es más pueblo que otro.

Ahora enfoquemos al ser socialista desde la perspectiva del socialismo tradicional. Presento a continuación un conjunto de "Valores socialistas del hombre nuevo" acompañados entre paréntesis de opiniones mías acerca de los mismos.

  • El socialismo auspicia la convivencia armónica en la sociedad. (Pongo en duda esto dado que el socialismo tradicional propone la dominación de una clase sobre las otras).

  • El socialismo busca igualdad material y cultural (Tal como lo expresara recientemente el Presidente Raúl Castro, se requiere "más justicia y menos igualitarismo". Se trata de que con igualitarismo no hay posibilidades de premiar los esfuerzos de aquellos que mejor contribuyen con la felicidad del pueblo. El igualitarismo no implica necesariamente justicia. Con igualitarismo no se alimenta la búsqueda de mayores niveles de calidad en el funcionamiento de la sociedad. Si la esencia de la revolución es la búsqueda de esa mejora, entonces el igualitarismo es contra-revolucionario.)

  • "A cada uno de acuerdo a necesidades; de cada uno según posibilidades". (A cada uno según sus necesidades va de acuerdo con el igualitarismo. Por otro lado, las posibilidades de cada quien se verán acrecentadas en la medida que haya estímulos a la productividad, un clima de desafíos y un ambiente de liderazgo. De modo que el igualitarismo atenta contra las potencialidades productivas del hombre.)

  • El socialismo implica democracia infinita y pluralismo. (El planteamiento hegemónico de clases es contrario a la democracia. No sólo se trata de la imposición de un sector social sobre el resto, sino que tal hegemonía sólo se podrá implantar a través de un Estado opresor, apartando así la posibilidad de que el pueblo, en su totalidad, represente el poder.)

  • El socialismo representa un salto cultural. (De acuerdo. De hecho, no existe revolución si la misma no implica una revolución cultural. Es decir, sólo podemos hablar de revolución cuando observamos crecimientos en los valores del pueblo.)

  • Socialismo implica procesos sociales de fluida y transparente articulación. (Totalmente de acuerdo. Es más, un ingrediente fundamental para que se pueda hablar de democracia es la absoluta transparencia en todos los procesos sociales, incluyendo en ello todas las decisiones gubernamentales y las del sector económico. La esencia del verdadero socialismo es el control popular de la sociedad, partiendo de la transparencia.)

Según El Troudy, el nuevo hombre que propugna el socialismo es (Siguen mis comentarios entre paréntesis)

  • Ético y moral (El burgués también)

  • Tiene consciencia de clases (Esto estorba. Es indiscutible que la lucha de clases existe, pero no es dividiendo en clases y dando atención preferencial a ciertos grupos que podemos generar los cambios que apuntan a una mejor sociedad. La consciencia nos debe llevar a buscar una sociedad donde vayan desapareciendo las clases y el pueblo se convierta en la única hegemonía social.)

  • No es individualista. (El individualismo es necesario. Hay que diferenciar entre individualismo egoísta e individualismo moral. Una persona que destacó por su elevado individualismo moral fue Hugo Chávez. Su liderazgo era "claro como la luna llena", sabía proyectar sus atributos personales hacia el entorno para buscar lo mejor del pueblo. Sin ese individualismo moral no hay liderazgo y sin liderazgo no hay movimiento social y sin esto no hay revolución.)

  • No es dogmático. (No creo que esto sea cierto ya que, según ese modelo de socialismo, si no tienes consciencia de clase, se te etiqueta como alienado.)

  • No es sectario (Sí es sectario dado que sobrepone los intereses de la clase proletaria.)

  • No es autoritario (Sí lo es, dado que ignora los criterios del pueblo en su totalidad.)

Haciendo un balance sobre lo que se plantea con el "hombre nuevo" dentro del socialismo tradicional nos encontramos con distintas contradicciones. En primer lugar, se plantea una concepción fantasiosa e inconveniente del hombre. Un ser absolutamente altruista con vocación de hormiga. Esto es inconveniente porque inhibe la formación de liderazgos y las capacidades críticas y creativas de la población. En segundo lugar se propone a la lucha de clases como motor fundamental de los cambios sociales. Sin negar la existencia e importancia de esa lucha, no es la única ni la más importante de las luchas sociales y mucho menos debe centrarse la lucha revolucionaria en ella. Particularmente perversa es la idea de proponer cambios de hegemonías entre clases sociales. Otro aspecto es el carácter dogmático que se le da a la acción revolucionaria, al punto de que quien no piense de acuerdo a lo que presupone su clase social es etiquetado como alienado o enajenado. Con todo esto, se concluye que la concepción del "nuevo hombre" dentro del socialismo tradicional busca la superación de injusticias creando nuevas injusticias. Entre estas, particularmente importante es el hecho de que se aparta de la visión democrática, de la idea de que el verdadero protagonista del devenir debe ser el pueblo, en su totalidad.

Finalizo este artículo precisando que me había planteado escribir una serie de cuatro artículos haciendo un juicio al capitalismo y al socialismo tradicional. No obstante considero en este momento agregar otro artículo a la serie donde presente una síntesis de lo planteado y donde esboce criterios para definir un modelo social que supere las contradicciones de los dos modelos sociales más estudiados de la historia: el capitalismo y el socialismo tradicional.

1 1Heinz Dieterich, “socialismo del Siglo XXI”, http://el-socialismo-del-siglo-xxi.blogspot.com/search/label/Heinz%20Dietrerich, revisado el 31/01/2015.

2 Palmer et al. “La moralidad del capitalismo” http://www.elcato.org/pdf_files/La_Moralidad_del_capitalismo.pdf.  Revisado el 08/02/2015.

3 Ibídem

4 Las reflexiones sobre el sujeto socialista fueron inspiradas por mi ex alumno Haiman El Troudy en “Valores socialistas del hombre nuevo”, Haiman El Troudi, 2007, http://www.haiman.com.ve/Archivos/



Esta nota ha sido leída aproximadamente 2534 veces.



Felipe Pachano Azuaje

Profesor de la Universidad de los Andes

 pachano@gmail.com

Visite el perfil de Felipe Pachano Azuaje para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: