Algunas reflexiones a partir del domingo pasado 28 de junio

El pueblo chavista como sujeto político

Múltiples son las reflexiones políticas que podemos hacer al  analizar las elecciones primarias del PSUV donde votaron 3.162.400 personas[1], cifra que sorprendió a todos los sectores del país. En este momento priorizaremos algunas ideas en clave para el debate político:

El chavismo es la principal fuerza política del país y se moviliza en lo que interpreta como un momento complejo para la revolución y entiende al PSUV como un instrumento político en disputa y por eso salió a marcar posición definiendo apuesta por los sectores y sujetos que considera pueden asumir la batalla venidera –haciéndose ellos parte de esta-.

Quedó derrotada la tesis de que las internas fracturan en tiempo de crisis ya que indudablemente este es el momento de mayor complejidad que ha atravesado la revolución y las primarias permitieron tratar las mismas contradicciones que yacían en momentos anteriores –quizá agudizadas- de una manera que garantizó avanzar políticamente: se desplegaron nuevos actores con algunas prácticas viejas pero otros con interesantes ensayos de nuevas formas de hacer política. Al final prevaleció la unidad, la movilización y se garantizó la victoria del momento.

Ese día hubo múltiples disputas articuladas en una sola batalla: todos y todas demostramos que somos una fuerza política unificada bajo una estrategia democrática correcta. Al mismo tiempo corrieron distintas apuestas de clase: los que disputaban las direcciones regionales -sus posiciones como grupo o sector- los que disputaban la posibilidad de llegar a un puesto de poder institucional representativo y los que disputaban el futuro de la revolución. Estas disputas están relacionadas y no siempre son contradictorias entre ellas, mucho menos en este momento, lo que define el interés de clase al que responden es el orden prioridad que le damos a las tres cuando las ponemos juntas.

Una estrategia política que toma al pueblo chavista como sujeto es correcta y garantiza la victoria, eso queda evidenciado en el hecho de que no se cooptaron candidaturas, no se definieron a dedo, se llamó a las bases a postular en asambleas y esas postulaciones hicieron campaña juntas y fueron votadas por toda la base de partido y del chavismo en general, la gente salió en su mayoría porque le pareció importante, le pareció que eso haría una diferencia, se sintió sujeto de su revolución a la cual seguirá defendiendo.

Una lectura corta del domingo 28J es una lectura corta de la revolución, no entender que el triunfo de las primarias fue de las bases del chavismo sería un gran error político y se debería a  un mal calibraje del radar de la dirección, ya que si intentamos leer la movilización del 28 de junio desde las coordenadas de: pueblo como base de apoyo, como frente de masas o como cliente político, no vamos a encontrar lectura posible, solo haremos hurras huecas pero sin tener claves que nos ayuden a entender. No podemos dejar de decir que la falta de previsión de lo ocurrido y del pulso actual del proceso es un signo de una dirigencia desconectada del chavismo de base y de la realidad del país mirada desde las comunidades, y que solo se les aproxima vía encuestas.

La esperanza del chavismo en la revolución sigue viva y lo hace movilizarse con contundencia y esa es una lección que nos toca estudiarla bien porque sencillamente no la vimos venir, solo reconocerlo con humildad nos puede permitir interpelarnos y asumir una rigurosa búsqueda colectiva de claves políticas para el momento actual de la revolución bolivariana. El pueblo chavista no como cuerpo homogéneo sino como potencia dispersa y diversa nos está soltando en la cara posibles pistas para superar una situación de crisis interna que desde hace rato nos tiene preocupados y preocupadas a muchas y muchos que votamos el domingo pasado.

No estamos en 2004 ni en 2006 o 2008, las circunstancias han cambiado radicalmente, incluso diríamos que la matriz política ha cambiado, no solo no está el mega-líder que unificaba la alianza interna –de clases- con el programa y la institucionalidad, sino que además dejó de ser viable el esquema redistributivo de la renta hacía las mayorías en una primera instancia para luego ir a manos de los circuitos concentrados de capital vía despojo por consumo o vía impuesto o vía gasto público. Ya no fue suficiente para la vieja y la nueva burguesía nacional, sencillamente no se satisfacen, lo quieren todo y lo han saqueado vorazmente en los últimos años. Frente a este panorama si tomamos el 28J como una muestra de un espíritu de pueblo para el momento quizá haya varias interrogantes que nos interpelan:

¿Estamos frente a un momento en que el pueblo no piensa volver al pasado pero sabe que estamos en crisis y no piensa quedarse de brazos cruzados? ¿La democracia real, de participación, movilización y deliberación se hace una demanda del pueblo?

¿La esperanza movilizadora del chavismo en este momento no es una promesa material sino mas bien la perspectiva de un país otro, que no se trata de la restauración liberal -que clama la derecha- sino más bien de una profundización del modelo chavista en su carácter popular y transformador que derrote la corrupción, el burocratismo y la injusticia?

¿Estamos frente a un debilitamiento del clientelismo como forma de relación con el campo popular? ¿La “redinamización” de la revolución pasa por una cruzada moral y política más que de distribución de beneficios? ¿La nueva oferta política gira en la esfera de la democracia, de la participación popular en la planificación, en el diseño de las políticas, en la producción, en el control social del poder?

¿Estamos en un momento donde la generación de nuevas formas de gestión política son necesidad para la supervivencia y profundización de la revolución? ¿La nueva matriz política pasa por poner el centro de gravedad en el chavismo como sujeto político –y no como objeto a ser protegido- por lo tanto en ensayar nuevas tesis de relación con el pueblo: cogobierno, cogestión, autogobierno y autogestión?

¿Estará el chavismo de base queriendo decirnos que ya está “ladillado” de ser testigo y que quiere hacerse cargo del rumbo del país? ¿Será posible emular el ejercicio del 28J: peleando una sola batalla –contra un gran enemigo- al tiempo que las bases disputamos a lo interno que los intereses de clase del pueblo chavista prevalezca?

Evidentemente estas son solo algunas interpelaciones de una larga lista que evidentemente va dirigida a lo interno del chavismo y que solo nos serán útiles según el lugar donde nos paremos: desde una postura irreflexivamente burocrática y cerrada a la crítica es imposible, eso la hace muy peligrosa porque nos pone a patinar sobre el error; desde los sectores internos más críticos debe invitar a la rigurosidad de análisis y a la movilización para construir alternativa en el campo de la revolución con un liderazgo claro en el Presidente Maduro; desde el campo popular expresado en comunas y movimientos sociales de base y de enorme diversidad debe llamarnos a asumirnos en alternativa, nuestra capacidad de hacer[2] será definitiva para superar la crisis actual y garantizar la continuidad en la construcción de nuestro socialismo –nuestra crisis está sumamente ligada a la ausencia de ideas para el debate y la movilización del chavismo, hagamos entonces de la movilización fuente de ideas para el debate revolucionario-.

 

 

HVP Julio 2015



[1] Cifras declaradas por la directiva del PSUV

[2] Nuevas formas de planificar y producir las condiciones para la vida material de nuestro pueblo, refería el Comandante Chávez en la presentación del Plan de la Patria 2013-2019

 



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