Por fin, ¿quién va defender el audio?

La paridad de género para los cargos de representación popular tuvo muy poca resistencia en 2005, 2008 y 2010, porque las organizaciones políticas tenían suficiente capacidad de maniobra para restringirla. Esto explica la furia desatada dentro de la cúpula opositora desde que el CNE resolvió implementarla en las parlamentarias 2015.

La conversación entre los líderes de la MUD Edmundo González Urrutia y Norman Pino, grabada y difundida por el presidente de la Asamblea Nacional Diosdado Cabello, hizo aflorar varios hechos dramáticamente graves: uno, que la oposición nunca estuvo preparada para aplicar la medida -como habían asegurado sus voceros- pese a haber sido anunciada desde hace 10 años. Otro: una profunda crisis de poder, que será imposible resolver a través de los mecanismos autoritarios que la MUD convirtió en estatutos. Sin embargo, este es un problema interno –obviamente muy merecido- que concierne solo a la cúpula opositora, por lo tanto no debería perturbarnos demasiado.

En cambio, no podemos pasar por alto la cínica indiferencia de los jefes de la MUD ante las ofensas proferidas por dos de sus más connotados dirigentes contra sus compañeras lideresas y militantes femeninas y, por extensión, contra las mujeres -en su más amplia expresión nacional- que son protagonistas políticas, antes de hecho, y ahora de derecho, y que además representan la mitad o más del total de electores, incluidas las mujeres opositoras que, de paso, están impedidas de abofetear al dúo de misóginos que las insultó.

Por cierto, los protagonistas del aberrante coloquio no han escrito en sus twitter ni una sola palabra para defenderse, al menos hasta el momento de redactar estas líneas. Sin embargo, hay un mensaje que, aunque está fechado con anterioridad a la difusión del polémico audio, vale la pena reseñar, porque ilustra el doble discurso de la MUD: @normanpino "Donald (Trump) podrá tener mucho dinero, pero creo que le faltan unas cuantas neuronas, un poquito de sentido común y algo de respeto por los demás".

Es decir, el líder de la MUD que defiende la dignidad de las candidatas a Miss Universo ofendidas por el magnate racista norteamericano, es el mismo que llama a las damas opositoras venezolanas "burras", "prostitutas", "huele pega" -"igualadas", como dirían en México- que se creen con derecho a ser diputadas "por tener una vagina". No sabemos qué explicación dieron González y Pino a sus esposas, seguramente activistas de la campaña de la MUD. Pero imaginamos que su respuesta debió ser más o menos esta: no aclares, dinosaurio, porque oscureces.

@RalPineda



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