5 de julio: fecha para ser contada, recordada y comprendida

Discurso pronunciado el día 3 de julio por la Embajadora Helena Salcedo con motivo de la celebración del 204 aniversario de la firma de la Independencia de Venezuela el 5 de julio de 1811.

Este domingo 5 de julio conmemoramos un nuevo aniversario de nuestra independencia, por eso la vida de Venezuela, nuestra heroica independencia, tiene que ser contada, recordada y comprendida en toda su magnitud, sólo entretejiéndola con el glorioso protagonismo de Simón José Antonio Bolívar y Palacios, El Libertador.

Al igual que nuestra querida República Bolivariana de Venezuela, desde el primer instante en que las ideas de libertad e Independencia afloran en el corazón y la convicción de Bolívar, las vidas de Bolívar y Venezuela entran también en una convulsionada existencia política que los llevaría a ambos, aun hasta el día 5 de julio en que celebramos 204 años de independencia, plagada de desestabilizaciones, acusaciones de dictadura, controversias, amenazas de guerra civil e irrespeto.

Pero así como ayer, sin tregua, sigue vivo y ardiente hoy en el corazón de la Patria y el resto del continente americano, que ha entendido sin claudicaciones que no

hay marcha atrás, está presente el clamor popular, el grito independentista, la firme convicción que siempre será el momento de la revolución total por la libertad y la dignidad.

Hoy, toda Venezuela, los pueblos y gobiernos libres y dignos de Latinoamérica, estamos listos para no dejar caer el pabellón izado aquel 5 de julio de 1811 con la presentación de la Declaración de Independencia en Caracas.

La independencia hemos debido defenderla cada minuto. No son menos irreverentes y peligrosos los adversarios de la paz ayer, que extrajeron de la entraña asediada del Libertador en la ciudad de Trujillo, el Decreto de Guerra a Muerte con que Bolívar respondió ante los numerosos crímenes perpetrados por los realistas luego de la caída de la Primera República, y cuya impaciencia lo obligó a declarar que el odio sería implacable y que la guerra sería a muerte-. Era la expresión humana que más se ajustaba a la realidad, al urgente deber de combatir y aniquilar a un enemigo irrespetuoso y cruel, como el que confrontábamos.

No cabe duda que el andamiaje de nuestra República en aquellos años, se erigió sobre una base social marcada por la inequidad y la lucha de clases, que al igual que hoy por distintas circunstancias, requirió de grandes arrojos y no menos moralidad del pueblo venezolano.

Las mayorías que aplaudían y apoyaban, debían afrontar todas las fuerzas de la reacción en su contra. Lo mismo que hoy, siempre habrá retos, otros desafíos con mucho más poder y dinero, que aquellos que debió enfrentar nuestro proyecto de nación, y que sin duda, encuentra en su camino libertario el pueblo venezolano en su viaje revolucionario irreversible.

Simón Bolívar siempre fue categórico en su probado desvelo por las clases populares y no le tembló el pulso a la hora definitiva de abatir privilegios e injusticias mediante la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley. Sobre estos valores de estadista del Libertador, se ha fundamentado el modelo democrático venezolano de nuestro tiempo, honrando, como lo instituyó ayer el Comandante Chávez y hoy, el Presidente Nicolás Maduro, el pensamiento y la acción de Simón Bolívar.

Por eso nada nos distrae, nada nos aparta de la lucha histórica del Libertador, de Hugo Chávez, de Nicolás Maduro, del pueblo venezolano, en la certeza de que la nuestra es y será siempre una respetable nación, con un designio concluyente en común de libertad, democracia y prosperidad de todos los pueblos.

El 5 de julio de 2015, a 204 años de nuestra independencia, la espada de Bolívar está en posición de frente. Estamos en paz con nosotros mismos, más allá de las amenazas y cartas para atacar a Venezuela y desconocer su amurallamiento interno, monolítico, contra todo intento de traición y divisionismo. Nada puede desvirtuar el probado liderazgo de la República Bolivariana de Venezuela en el mundo, Venezuela es ya, sin vuelta a atrás, modelo emblemático de dignidad y autodeterminación.

Estamos en paz, sumando a todos los que con hidalguía nos apoyan dentro y fuera de Venezuela. Estamos en paz, en suma, pero "de frente", muy alerta, de cara a las permanentes arremetidas de los enemigos de la libertad, cuya perniciosa obsesión por aniquilarnos solo fortalece la contundencia del apoyo de los pueblos del mundo al Gobierno Bolivariano y pueblo venezolano. Gracias amigos por comprendernos, por su solidaridad inédita.

Gracias a la solidaridad internacional con nuestro país, a los países de América Latina, el Caribe, África y Asia cuyo rechazo a las agresiones contra Venezuela ha sido categórico y ejemplar, a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba)

Tratado de Comercio de los Pueblos.

La Unasur, el Grupo de los 77 más China y el Movimiento de Países no Alineados. Gracias a ustedes que nos acompañan en esta fecha de tanto significado para nosotros, porque hoy con mayor razón la solidaridad con Venezuela es urgencia palmaria que se agiganta como clamor unánime en apoyo a nuestros valores y principios, nuestra asediada soberanía, nuestra integridad política y territorial.

¡Gracias. Muchas Gracias Amigos!



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