Si no puedes contra él, mata. Entre otros desmadres del fútbol y de la vida misma

Recordando a Galeano, el mundo está al revés. Lo normal es la injusticia, la violencia, la inmoralidad, normal porque se repiten demasiado tanto que nos acostumbramos, lo naturalizamos; lo contrario es tontería, ingenuidad y debilidad.

Chile ganó la Copa América, felicidades a todo el pueblo chileno. Quisiera celebrar su alegría, pero tengo un amargo sabor en la boca, muchos actos normales tomaron el protagonismo durante la copa.

Si no puedes contra Messi, patea sus piernas, si no se cae patea su estómago; los comentaristas de Espn y de la Televisora Venezolana Social "Teves" concuerdan en afirmar que "no quedaba otra para pararlo, hay que pegarle o no lo paran". Si no puedes contra Neymar, patea su columna o pisa los dedos de una de sus manos, que a diferencia de Messi él se queja y lo expulsan; en el mundo de lo normal quejarse es de anormales. Si no puedes contra cenicienta, inventa una falta y expúlsala, hay cenicientas que no tienen madrinas. Si no puedes con toda una selección que padece la ausencia de sus mejores jugadores, mete dos dedos por el culo al jugador emocionalmente más débil; la práctica dice que lo normal es expulsar al propietario del culo, pues se va a molestar y los arbitrarios (como los llama Galeano), ven la reacción tímidamente ¿iracunda? del ofendido pero no la ofensa. Ninguna de esas acciones serán severamente sancionadas, ni con tarjetica amarilla, porque son normales, aunque les digo aún me asombra lo del culo. En cambio, si destrozas un Ferrari estando alcoholizado, felicidades el policía que te arresta es un anormal y tú eres el rey de la normalidad. El fútbol es así.

El juego más bonito del mundo en vez de hermanarnos, lo usamos para enseñar los valores más viles que pueda expresar el ser humano. No hace falta ser futbolista o hincha, no hace falta ni ver un solo partido al año para ser la víctima o el victimario de la normalidad; el mundo está normalmente al revés, el fútbol violento y no el de contacto o rose es una expresión de ello.

Los gatos no juegan fútbol, eso es evidente, aun así sus goles son la belleza de sus caritas. Los gatos que viven en la calle y son "bienes" del Estado venezolano, o que viven en el edificio "X" y son los animales de esa comunidad, repiten el destino de muchos futbolistas; los expulsan injustamente, o peor los "desaparecen", o peor los matan. Cuando se ataca es porque se tiene miedo, la victima del ataque se ve como una amenaza y se justifica el ataque. Se justifica el miedo a los gatos por la leptospirosis, aunque ellos no la trasmitan; se justifica el miedo a los perros porque huelen feo; se justifica el miedo a Messi porque juega como ninguno.

Los árboles no juegan fútbol, claro solo se mueven hacia arriba, aun así sus goles son gratis y de oxígeno, lástima que sean incontables a quienes les sacan tarjeta roja. En la urbanización "X", el vecino "X" tala un árbol o muchos árboles, porque la frondosidad no le deja ver su carro, o el malandro "X" se escondió detrás del árbol o potencialmente se puede esconder; entonces el vecino aflora su malandro interno y mata al árbol. Digo yo que más que un miedoso es un cobarde.

Les tengo una mala noticia, no hace falta esperar cuatro años o un año para enseñar a nuestros niños y adolescentes los valores más viles que pueda expresar el "ser humano"; por cada gato, perro, árbol, o futbolista agredido enseñamos desprecio por la vida. ¿Será que cada vez está más lejano el Hombre Nuevo?.

La autora es: Licenciada en Ciencias Políticas y Magister en Psicología Social

katuskavaldiviesog2111@gmail.com



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