El Gigante se los dijo: "Chávez ya no soy yo; Chávez es todo un pueblo" y los golpistas como siempre: lo subestimaron, no le creyeron, y cuando vieron que Nicolás Maduro asumió la Presidencia pensaron que les había llegado la oportunidad y una de las estrategias que vieron más fácil –además es la que mejor saben aplicar- fue intentar sembrar cizaña entre los principales líderes de la revolución con mentiras y bajezas, a través de los poderosos medios de comunicación social que se mueven en el eje perverso Madrid - Miami - Bogotá.
Veían tan fácil acabar con la revolución que comenzaron con rumores estúpidos tendentes a inflar el ego de Cabello para hacerlo rivalizar con Maduro, pero no pudieron con la fibra revolucionaria del presidente de la Asamblea Nacional y entre más atacaban por ese lado, mayor era la amistad y el compromiso de estos dos líderes con el legado de Chávez.
Intentaron con las guarimbas y los destrozos a la infraestructura nacional, y Cabello y Maduro abrazados; los adversarios no se dieron por vencidos, veían la situación como una histórica oportunidad para ellos, y siguieron con la batalla mediática, se empataron en una guerra económica contra el pueblo y que va, nada. El presidente del parlamento ahí como un roble al lado del Presidente Obrero.
Lograron con sus aliados del imperio gringo que Obama firmara un decreto declarando a Venezuela una amenaza extraordinaria e inusual y los volvió a derrotar Maduro, y Cabello a su lado, firme, pleno como luna llena, en su apoyo y lealtad al proyecto rojo rojito.
Nada les funcionó. Todos sus intentos lo que hicieron fue convertir a Maduro y a Cabello en dos hermanos gemelos en Chávez, una moreno alto y otro blanco bajito, pero con las mismas ideas, la misma sangre revolucionaria, el mismo norte político. Y se indignaron, tenían que indignarse, perdieron todo un valioso tiempo en puras maldades. Y de inmediato cambiaron la estrategia por una más sucia y más baja todavía, vinculando a Diosdado con el narcotráfico mediante un ataque feroz, pero igual de burdo.
Seguramente Pablo Escobar sólo daba órdenes, pero para los golpistas, Cabello es el que hace los contactos internacionales, pilotea los aviones para transportar la droga, se pone una bata blanca y convierte la hoja de coca en cocaína, la pesa, la envuelve en paquetes de un kilo, los cuenta, recibe el pago, se va en la moto con el dinero en una bolsa negra de recoger basura y efectúa el depósito en el banco, hace de vigilante, canta la zona.
Y no hay una sola prueba, si la hubiese los yanquis la sacan de una vez. Sin embargo, siguen con la brutal agresión desmoralizadora. Ya lo que falta es que digan que Diosdado está entre los corruptos del fútbol. Sí, no extraña que pretendan generar un incertidumbre y confusión como para que la gente se pregunte ¿Será que Cabello es de la FIFA?, esos fascistas son capaces de lo más ruin, pero los chavistas no comemos de ese descrédito de albañal al que los enemigos del proceso nos tienen acostumbrados desde que Chávez llegó al poder.
Por cierto, amigos lectores, amigas lectoras, aprovechemos para comparar la actuación imperial en el caso de la FIFA con el de Diosdado, y saquemos nuestras propias conclusiones; independientemente de los intereses personales de los gringos, es obvio que obtuvieron las pruebas de corrupción y enseguida procedieron y apresaron a los dirigentes de la federación internacional de fútbol.
Y es que sea cual sea el trasfondo del imperio que no da puntada sin dedal, se sabe que esos viejitos del balompié son unos bandoleros y de inmediato los gringos los detuvieron, ahora bien, ¿por qué no ocurre lo mismo con Diosdado?, no sucede primero porque, repito, no tienen pruebas, segundo porque Cabello cuenta con todo un pueblo revolucionario que lo defiende y respalda y, tercero, porque es demasiado evidente que al presidente de la AN le cobran que no traicionara el legado de Chávez, y se fuera en contra del presidente Maduro intentando defenestrarlo, dividir al chavismo… y murió a flor.
