Soy socialistachavista, pero…(IV)

No acepto que en Maracaibo se haya cuadruplicado

el expendio de gasolina en un año

(Al pasar de 100.000 a 450.000 litros por semana)

 

El gobierno, por boca del Presidente Maduro, dice que estamos en una guerra y que sabemos quién es el enemigo, que está perfectamente identificado. Pese a ello, y a que hemos desplegado muchas estrategias y tácticas contraofensivas, continuamos siendo arrollados; allí están los balances año tras año, mes tras mes, día tras día.

Y es que bajo la mirada impertérrita, cómplice y criminal de las más altas autoridades del Zulia –civiles, militares, políticas, administrativas-, ya que en sus propias narices el expendio de las gasolineras se ha incrementado en más de 350% al pasar de 100.000 a 450.000 litros por semana en tan sólo un año-, el contrabando de la gasolina avanza invicto a través de las alcabalas, aduanas, caminos verdes, puertos fluviales y lacustres, en pipas, automóviles y camiones con dos y tres tanques, moto mulas, lanchas, gabarras, buques tanques, hasta mangueras de 2 a 5 pulgadas que atraviesan las riberas de ríos fronterizos con Colombia como el Tarra. Una nota de prensa de Panorama informa que las bombas que mantienen un consumo de gasolina de 450.000 litros o más en una semana se encuentran “bajo la lupa” por el Ministerio para el Petróleo y Minería y la Gobernación del Zulia, por presentar una demanda de combustible “irregular” y que podría relacionarse con el “bachaqueo”. Declaración “bastante rara”, ya que esa lupa debe estar corrompida porque sólo sirve para recrearse viendo hormiguitas o ladillas. Bajo la lupa tiene el pueblo del Zulia al Gobernador Arias Cárdenas, a Jairo Ramírez, a los jefes militares y a los gerentes de Pdvsa –sólo han caído los Parada cuando hay no menos de un centenar “embarrados” hasta la frente pertenecientes a esa corporación-.

Fuentes del Menpet Zulia informan que: “Hay bombas que están demandando hasta 15 cisternas —cada uno con capacidad de 38.000 litros— semanales de gasolina y antes solo pedían cuatro unidades. Esto da un promedio de consumo de unos 456.000 litros cuando lo ideal es que en una semana la cifra oscile entre los 80.000 y 114.000 litros. Ese monitoreo se está haciendo en todos las estructuras encargadas de surtir combustible, en especial, las del norte y noroeste de Maracaibo”. Monitoreo bastante inefectivo, ya que llevan más de un año en eso y no se ven los resultados. Y no se verán mientras sus cuentas bancarias estén engordando con abono a sus complicidades. En Maracaibo opera menos del 40% del parque automotor que presta el servicio de transporte público por puestos, dedicados al bachaqueo de combustible, mientras otros están paralizados por falta de repuestos.

Bajo Grande, en la vía a La Cañada, es la planta de llenado de gandolas que opera desde las afueras de Maracaibo. Los gandoleros encargados de manejar las cisternas que salen a diario de ese surtidero informan: “a diario vemos movimientos extraños en algunas estaciones de servicios; llegamos a las 7:00 am a descargar una unidad con 38.000 litros y ya a las 11:00 am nos reportan que se acabó todo el combustible. Eso es increíble porque esa cantidad debería durar para tres días aproximadamente”.

En Maracaibo  es usual ver inmensas colas de 20 hasta más de 100 vehículos esperando turno para llenar sus tanques. El desespero llega cuando le toca el turno a un camión 350 con sus dos y hasta tres tanques o una chirrinchera, cargadas con 30 y hasta 50 pipas –póngale usted la capacidad a cada una de las mismas y multiplique- que tardan media hora y más para cargar. Usuarios maracaiberos denuncian a diario que en horas de la mañana y la noche, ven desfilar “caravanas” de camiones 350 con pipas haciendo colas en estaciones como Texaco (al final de la Av. Delicias Norte), El Portal (al lado de Lago Mall), la estación Pdv antes de llegar a San Jacinto, La Trinidad y El Trébol (Los Olivos), entre otras.

En la nota de prensa  leemos: “Es increíble como en la mañana llega la invasión de bachaqueros con sus camiones en las diversas estaciones de Maracaibo. Se tardan hasta 30 minutos y más cargando gasolina y nadie hace nada. Pasas en horas de la noche y los bomberos te dicen que ya se acabó la gasolina”, relatan residentes de esas zonas.

“Cuando automatizaron la bomba de La Trinidad los ‘bachaqueros’ huyeron. Ahora la pasaron a ‘todo uso’ y nunca hay gasolina, ni en la tarde y menos en la noche. Tampoco hay presencia de militares para que controlen el desorden que se forma”, se quejó un ingeniero de 33 años. Y si hay soldados la cosa no cambia –bueno, si cambia, los bolsillos de estos y de los bomberos lucen “abultadotes”.

No es sólo Maracaibo el origen zuliano del contrabando de combustible; este fenómeno se ha mudado fuera de los municipios Maracaibo y San Francisco, ya que las bandas de “mafiosos” se han expandido hasta Jesús Enrique Lossada, Santa Rita, Machiques y Rosario de Perijá. En el sector La Cruz –municipio Jesús María Semprún, cerca de Casigua- comen todos: paracos, narcos, bomberos, soldados, tenientes, capitanes, comerciantes, alcaldes, concejales, policías y…funcionarios de Pdvsa, sí, funcionarios de Pdvsa. Eso sucede a diario. Por ahora están abandonando la  zona debido a los bombardeos de la aviación colombiana a la región del Catatumbo, dicen que para acabar con los sembradíos de coca.

“En la Concepción hay dos bombas y todos los días están llenas de bachaqueros. No dejan que las personas del municipio se surtan. Esa gente se lleva las pipas con gasolina hasta los barrios del noroeste, donde están las “caletas” que periódicamente, casi a diario, visitan militares y funcionarios de diverso rango a retirar su mascada, de allí lo traspasan a otros camiones que lo llevan directo a la frontera bajo la protección de estos guardianes de la patria. El negocio sigue siendo lucrativo y no solo opera en Maracaibo. Mientras las bombas foráneas no se automaticen el problema va a seguir”, destacó un usuario de la zona.

Cuerpos de seguridad, Fiscalía, Contraloría General de la República, Procuraduría, Defensoría, deben ponerse las pilas, estamos ante una grave emergencia nacional.

Entonces la solución está en identificar y sancionar con la ley a los responsables. El Gran Problema es que éstos no se van a autoidentificar.

En próxima entrega continuaremos con esta repetidera de denuncias.



 



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César Eulogio Prieto Oberto

Profesor. Economista. Miembro de Número de la Academia de Ciencias Económicas del Estado Zulia. Candidato a Dr. en Ciencia Política.

 cepo39@gmail.com

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