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Venezuela: ¿Bajo el terror estalinista?

"Basta con que el pueblo sepa que hubo una elección, los que emiten los votos no deciden nada, los que cuentan los votos lo deciden todo." Joseph Stalin, 1945…

Como entender lo que pasa aquí en Venezuela, y ahora es necesaria la siguiente pregunta: ¿cómo se presentaran a las elecciones de la Asamblea Nacional, con esta inflación, colas, anaqueles vacíos y especulación El PSUV? Es un problema político económico viejo y gravísimo. Donde se refleja la contradicción orgánica entre democracia, capitalismo y socialismo, es decir, entre un sistema político que se fundamenta en la desigualdad jurídica legal de las personas que critican y disienten, y un orden económico-social organizado de la estructura del poder de la nomenklatura bolivariana, en base a la renta, y la riqueza que ostenta el actual burocratismo estalinista. Las relaciones entre democracia y socialismo han sido conflictivas, ambas lógicas político-sociales cada día se hacen más antagónicas y contrapuestas, coincidiendo, cosa que no es casual, con graves crisis de conocimiento como las infelices declaraciones de los ministros del trabajo, y de relaciones interiores, que atentan contra el conocimiento, y la inteligencia.

Hay un instrumento fundamental, como es la la corrupción. Lo que asombra aquí no es que la derecha opositora sea corrupta: sino que una parte significativa de la izquierda social, y política se haya dejado atrapar en la madeja de intereses oscuros, y en los conflictos de los grupos de poder en el entorno del PSUV, y todo se haga por dinero, mucho, muchísimo para la gente que madruga en las malditas colas, pero para los que mandan esto no le interesa.

La polarización imperfecta (PSUV y MUD más la boli burguesía) ha sido esencial. Necesitan garantías de que sus intereses nunca serán tocados, y así volverán los de siempre a esta nueva AN del 2015, en beneficio de los intereses generales de la nueva oligarquía política dominante. La izquierda en el gobierno es un sucedáneo, que trata de impedir el surgimiento, y desarrollo de una izquierda socialista y democrática verdadera.

En estas elecciones parlamentarias del 2015 debemos afinar y ver lo nuevo, no lo vulgar y grotesco, de la corrupción que está en fase terminal.

Se suele decir, se repite, que siempre habrá corrupción, que es algo natural del ser humano, y la política. No estoy de acuerdo con este concepto: este tipo de neo-socialismo lleva en su seno la corrupción, y la necesita para mantenerse en el poder. Esta es lo novísimo de este socialismo del siglo XXI. Se dirá más bien que es un rancio capitalismo de estado, y seguramente es verdad, pero hay que esforzarse en extirpar, y delimitar lo específico de este tumor terminal.

La inflación, dolarización, escasez, especulación, inseguridad ciudadana etc. Sitúan en su centro, en un modo normal de funcionamiento, los negocios fraudulentos, la expoliación de lo público, y el ataque a los derechos económico-sociales que afectan la calidad de vida del pueblo venezolano. La frontera entre lo legal e ilegal ha desaparecido.

Conforme se llega a la cúpula de los poderes donde se hace evidente, cuando se baja a la base de la sociedad, en el lugar donde habitan, luchan y sufren los hombres y mujeres de a pie

Se dice que hay una casta. ¿Por qué? Porque no separa, y no independiza, sino que se relaciona con los poderes económicos, y mediáticos de la nomenklatura política bolivariana. Parecería que la corrupción es cosa de los políticos y solo de ellos. ¿Y los que corrompen?, ¿quiénes son?, y ¿para qué compran los carteles a los políticos? Todo desaparece, y se pone la duda en los representantes de los ciudadanos, donde se liga política con corrupción, libertades públicas con represión del Estado. Hay un juego perverso, los medios de comunicación públicos todos están controlados por los que mandan, y no se presentan en las aberrantes colas donde reina la escasez y los bachaqueros, nunca se hacen eco de los escándalos, y no permiten denuncias, con razón, en los representantes de los ciudadanos existe una lógica legislativa que oculta las necesarias relaciones entre los incapaces ministros, y sus subalternos corrompidos. La ideología que se crea es del mayor interés para la nomenklatura: la política se ha vuelto pura corrupción, hay que dejársela entonces a los que viven de ella para que sigan destruyendo a Venezuela, y el resto, la ciudadanía, a lo suyo, a aguantar, y a salvarse el que pueda, y renunciar a la emancipación social y política. Hay un claro mensaje: "no te metas en política", porque que te matan o vas preso, muchos han sido escarmentados por el terror estalinista.

En el totalitarismo soviético el origen de la corrupción eran los políticos, ya que su origen estaba en que el Estado intervenía mucho, y tenían demasiado poder. Su receta es harta conocida: más controles, escasez, colas. Lo más significativo del asunto es que a más predominio de los grupos de poder burocratizados, más corrupción, más degradación de la sociedad civil, mayor concentración de renta y riqueza, mayor fuerza de los militares, y la prostitución del mercado como institución social.

Venezuela necesita una verdadera revolución democrática que haga cumplir lo que dice la Constitución Bolivariana: que el poder resida en la soberanía popular. No es fácil, pero la revolución, para ser realmente democrática, tiene que romper con el esquema totalitario estalinista que gobierna de facto nuestro presente, y controla impunemente el desarrollo del futuro de las nuevas generaciones como personas libres. Pero esto depende en gran parte de nosotros los venezolanos: el hacer lo necesario posible, y diseñando un futuro con sentido para los hombres y mujeres de nuestra querida patria.



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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