La revolución bolivariana no es pan comido

¿Quién ha dicho que la revolución es pan comido? Lo de pan comido es una expresión que todos conocemos porque siempre forma parte de nuestras vidas. Si la vida no es fácil, la revolución tampoco, pues hay que ponerle un empeño muy grande porque la visión de una revolución como la bolivariana es, no solamente el asunto de la transformación sino de un sentir amplísimo que entra en el ser humano, profundiza en él y hace lo mismo con la sociedad, creando una nueva forma de vida, un sentido consciente y espiritual difrente.

La revolución tampoco es la fuerza del grito de campaña y si lo es el grito hermano de un gran proceso de transformación, donde la vida cobre un sentido diferente, un sentido de respeto, un sentido de amor por el prójimo, un sentido de incluir a quienes han estado lejos de la sociedad, un sentido de entender que a quien estamos incluyendo, llega como forastero a una sociedad extraña, aunque sea en su propio país.

Duro dilema el entender que una sociedad en transición con las esperanzas de unos y las rebeldías de otros, no da una bienvenida clara al excluido de siempre. No es fácil comprender los cambios que va haciendo una revolución, porque no lo es. Algunos se sienten molestos porque no aceptan de hecho las costumbres desconocidas y las carencias educativas, formativas de un conglomerado humano que ahora está en el centro de la sociedad plena, al lado de los que se han sentido parte de un mundo diferente, en mejores condiciones, viviendo el sentir de una presunta clase social, identificada como clase media, media alta y así.

La nueva sociedad venezolana en transformación no es anunciativa de desplazamientos, de ser racistas, de mirar a los demás por encima del hombro, de impedir que los demás tengan oportunidad de ser personas con derechos. Esta sociedad bolivariana tiene su centro en el ser humano y sus derechos y por eso, la gran inversión social de la revolución y por eso su pasión por la cultura, la educación y la transformación vital que requiere la sociedad.

Se hace una revolución para deshacer lo malo, aquello que ha dañado a un país, batallar contra quienes ofenden al ser humano, quienes ignoran a una parte de la sociedad. El espíritu de Bolívar guía a esta revolución, por eso, la revolución no fallará.

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Pedro Estacio


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