Simón Bolívar, El Libertador: El Manifiesto de Cartagena

En caminares por la Plaza Bolívar nos acercamos a la librería que administra el Ministerio del Poder Popular para la Cultura donde encontramos un muy interesante texto publicado por Monte Ávila, Editores Latinoamérica C.A., compilado con sus correspondientes comentarios del historiador por oficio y filósofo por pensares, Vladimir Acosta, de título, por demás, my interesante: “Independencia, Soberanía y Justicia Social en el Pensamiento del Libertador Simón Bolívar” (Caracas, 2015, pp. 186). El título propuesto por Acosta de entrada nos capturó en reflexión que se profundizó cuando nos acercamos al Índice por los diferentes temas incluidos que nos llevan a momentos del ideario del proceso independentista cual debería ser no solo referente a leer sino de estudio serio y profundo en el marco del rescate y desarrollo del “pensamiento Bolívar” (“pensamiento bolivariano”), desarrollado por nuestro Comandante en Jefe, Hugo Rafael Chávez Frías, quien, como diría uno de los “5 Dignos Héroes Cubanos”, fue un erudito; es decir que podríamos aceptar que Chávez Frías al reflexionar y desarrollar el “pensamiento bolivariano” desarrolló paradigmas en el ideario revolucionario que nos atrevemos a definir como el “pensamiento chavista”. Queda para la discusión.

Es de ética sustantiva que expongamos que nuestras especialidades como historiador son los desarrollos históricos referidos a la Historia del Partido Comunista Chino (PCCh) desde aquellos comienzos de la Revolución Cultural cuando pululábamos por la Facultad de Ingeniería de la UCV, fundamentalmente, lo referido a las expresiones estéticas en murales de conjunción social china propuesta en aquellos comienzos protagonizados tanto por el personal de la Cancillería china como los sectores intelectuales y universitarios. Es decir, nuestros comentarios en continuación se sustentarán en las reflexiones lógicas del texto propuesto por Acosta sobre el “Manifiesto de Cartagena” cual nos ha capturado en sus contenidos reflexivos de El Libertador estando en, precisamente, Cartagena de Indias.
Leer a El Libertador es para nada fácil por su sólido conocimiento tanto de la gramática como de su extenso y conceptual vocabulario por lo cual es necesario repetir la lectura en varias y diferentes ocasiones acompañado con un buen texto histórico para campear por los diferentes avatares a los cuales hace referencia El Libertador pero en este texto nuestro interés es, sencillamente, tratar de exponer ideas cargadas de referencias actuales como inquietudes intelectuales en este proceso revolucionario que es la Revolución Bolivariana cual consideramos, al tiempo, ser revolución chavista. Como lo propone Acosta: “…sus ideas [Simón Bolívar] y propuestas son hoy parte de la esperanza de libertad, soberanía y justicia de estos pueblos latinoamericanos…y esto ha sido y es uno de los mayores logros de la revolución democrática y popular que encabeza Hugo Chávez…” (“A modo de prólogo. Caracas, marzo de 2007”, pág. 1).

Al leer completo el texto percibimos la elevada propuesta idearia de El Libertador en un preciso momento histórico de derrota. Percibimos el carácter de Bolívar, su perseverancia, su profundo análisis, su objetiva propuesta en considerando la objetividad de su realidad personal de revolucionario en calidad de refugiado pero no derrotado. Sus seguridades y fortalezas mentales contribuían con la calidad del texto escogido por Vladimir Acosta como obligada referencia, a nuestro entender, para cuadros y dirigencia tal como lo haría Chávez Frías en sus caminares hacia su consolidación como “el líder” de la Revolución Bolivariana. Hugo Rafael Chávez Frías se dedicó con inteligencia (como lo expresara René González Sehwerert, uno de los “5 Héroes”, como un erudito), a leer, releer, reflexionar, desarrollar y proponer ideas sobre las ideas de El Libertador tanto en el marco nacional como allende nuestras fronteras históricas. El texto propuesto para la reflexión por el historiador Vladimir Acosta es, en estos momentos, tan intenso como interesante e importante, uno de los apropiados para, reiteramos, los cuadros revolucionarios y la dirigencia bolivariano-chavista. La necesidad revolucionaria.

Permítasenos hacer la siguiente referencia. El fracaso del “Frente Unido Nacional” conjugado por el partido nacionalista chino, Guomindang (GMD), y el Partido Comunista Chino (PCCh), quizás, unas de las razones, sería dejar en manos de las derechas chinas (léase: GMD) las decisiones políticas, militares y sociológicas por órdenes y en obediencia de y a Joseph Stalin, Mihail Borodin y el Comintern; es decir, el PCCh se dejó gobernar, de no tomar decisiones y de no haber realizado un análisis sociológico de las realidades chinas considerando que “el obrerismo” sería la clase revolucionaria que triunfaría en el marco de ese proceso frentista. Es decir, el PCCh no comprendió la importancia de la Academia Militar de Whampoa a pesar de las consejas de Zhou Enlai quien fungía como “comisario político” del PCCh en dicha academia militar y no comprendía de la utilización manipuladora que realizara Chiang Kaishek, líder fundamental del GMD, del Farmer´s Training Institute (Instituto para el Entrenamiento de los Campesinos) cuyo director sería Mao Zedong pero que le permitió, visto el fracaso de la política del “putchismo” que el propio Mao Zedong impulsara y la profunda, grave y dramática derrota de la “Comuna de Cantón” (14 diciembre, 1927) comprender la necesidad de conocer, en primera instancia, esa composición social de aquella sociedad china colonizada de la década de los años 20 del siglo XX.

Entrémosle al Manifiesto de Cartagena con los correspondientes permisos de Vladimir Acosta al no comentar su muy interesante Comentario pero dejemos que don Simón Bolívar hable de nuevo a los cuadros revolucionarios y a los líderes responsables de esta, la nuestra, Revolución Bolivariana y Chavista. El encabezado que le da El Libertador es: “Memoria dirigida a los ciudadanos de Nueva Granada por un caraqueño”, texto fechado el día 15 de diciembre del año 1812 y escrita en la propia Cartagena de Indias como lo expone el interesante documento. Por razones de espacio y metodología nos atreveremos a transcribir párrafos con la finalidad que permitan los análisis y conclusiones personales de los lectores cuales, nos permitiremos, algún comentario cuasi a pie de página. Comencemos.
Nos dice don Simón Bolívar que “…la disipación de las rentas públicas en objetos frívolos y perjudiciales, y particularmente en sueldos de infinidad de oficinistas, secretarios, jueces, magistrados, legisladores provinciales y federales, dio un golpe mortal a la República…” (Idem, pág. 19). Para continuar exponiendo en inquietud “…¿qué país del mundo por morigerado y republicano que sea, podrá, en medio de las facciones intestinas y de una guerra exterior, regirse por un gobierno tan complicado y débil como el federal?...” (Ibidem, pág. 20). Por eso considera El Libertador que “…es preciso que el gobierno se identifique…al carácter de las circunstancias, de los tiempos y de los hombres que lo rodean…” (Ibidem, pp. 20-21). Pero don Simón Bolívar no deja nada en el tintero cuando les comunica que “…el gobierno en manos de hombres ya desafectos a la causa, ya ineptos, ya inmorales…nuestra división y no las armas españolas, nos tornó a la esclavitud…” (Idem, pág, 21). En el marco de los desarrollos históricos vividos, El Libertador azota el látigo para precisar que “…la oposición al establecimiento de un cuerpo militar que salvase la República y repeliese los choques que le daban los españoles…” sería una de las causas de la derrota y la caída de la República, sería, como lo expresa con precisión, la no comprensión de la importancia del factor militar como fundamental de la permanencia en vida del proceso lógico de la novel República pero sin dejar en el escaparate las responsabilidades de “…las facciones internas que en realidad fueron el mortal veneno que hicieron descender la patria al sepulcro…” (Ibidem, pp, 22-23). Es decir y porque no expresarlo, Diosdado Cabello Rondón tiene razón.

Es evidente que nuestra subjetividad está presente en las escogencias de los textos transcritos extraídos del Manifiesto de Cartagena que el historiador Vladimir Acosta nos ha propuesto para nuestras lecturas como medio a crecer intelectualmente como revolucionarios pero le corresponde a los cuadros y a los dirigentes exponer sus responsabilidades revolucionarias con la misma intensidad y profundidad como reiteradamente lo hiciera nuestro Comandante en Jefe, Hugo Rafael Chávez Frías. Es evidente que nuestra intención sería provocar con la lectura inquietud, reflexión y decisión personal en cuanto y tanto conocemos con brutal realidad cómo se está desarrollando nuestra Revolución Bolivariana y Chavista. Esta lectura completa que recomendamos editada por Monte Ávila compilada por Vladimir Acosta produce inquietudes, análisis pero solidez de compromiso revolucionario. Cada cual que se “moje” como mejor le parezca pero la Revolución Bolivariana-Chavista cívico-militar no tiene ni tendrá descanso revolucionario.




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Miguel Ángel Del Pozo


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