Entre la poesía y la política

A propósito de mi artículo de la semana, alguien me preguntó si yo en verdad escribía poesía o poemas de amor. Por segundos me refugié en los laberintos del silencio, quizás buscando la mejor respuesta para no defraudar. En seguida recordé aquel río imaginario de aguas cristalinas, donde por primera vez vi el rostro hermoso de la mujer de los sueños. Uno tras otro, los pensamientos se cruzaron en el firmamento de mis ideas, y el resplandor de las estrellas fugaces me invitaba a mirar a la montaña de nieves eternas, donde los recuerdos se quedan colgados en la neblina de los tiempos y la nostalgia. También recordé las dos corrientes impetuosas, donde un día Orinoco y Caroní, decidieron unir sus moléculas de agua y juntos recorrer el inmenso mar azul y el océano de la vida. Todo eso lo pensé en cuestiones de eternos segundos. Y mirando al infinito respondí: yo no soy poeta ni mucho menos escritor, pero si me sale del corazón escribir para no olvidar los rostros hermosos, esos que sonríen por los poros de la piel y del alma.

Sin darme cuenta me había quedado solo, ya no había nadie allí quien escuchara mis palabras. ¡Carajo!, dije yo, y casi en exclamación vergonzosa recordé que yo escribo sólo sobre política, nunca de poseía. Así que vuelvo por mis fueros de siempre, afirmando que la oposición amargada y obstinada está más violenta que nunca, dispuesta a quebrar la espina dorsal del gobierno revolucionario, así sea llevando a la población hacia los extremos de la violencia irracional. A ratos pareciera que van logrando su cometido perverso, dañino y criminal. A la oposición no le importa para nada la especulación, el acaparamiento, el bachaqueo; más bien han ido abriendo las trochas del odio para que se desangre y coagule la solidaridad de los venezolanos.

Quería avanzar hacia el otro párrafo, pero otra vez los recuerdos fugaces, ahora vengativos, que se quedan clavados en el pecho. Vienen los interrogatorios a la conciencia: ¿Por qué será que no responde a los mensajes del alma y a las llamadas de auxilio? Me imagino las respuestas: Eduardo José, recuerda que estoy trabajando, o sea, es decir, muy ocupada; además, los lunes son los lunes. Otra vez digo, ¡carajo! el articulo es para el lunes y yo dándomelas de poeta. Decía, que la oposición anda en planes perversos, a la sombra, acechando en la oscuridad y poniendo las trampas en el camino. Planes y más planes, odio y más odio. Son parte de un esquema de violencia diseñado para ser desarrollado por etapas. Aunque el gobierno revolucionario les ha desbaratado casi todo el plan, la derecha continúa terca y obstinada; por ello es que cometen todos los errores, todas las bajezas e infamias de la vida y la política. Están atrapados en sus propias redes y sin posibilidades de salir airosos de esa atarraya de venganza. A pesar que son guabinosos no logran evadirse de su propia trampa.

Y todos somos hemos sido testigos de su accionar criminal durante todo este tiempo, con efectos colaterales en todos los niveles. Pareciera que la irracionalidad es parte de la esencia opositora, donde no hay remordimiento de sus crímenes, de sus daños y de sus incendios. Pero a pesar de esas evidencias, los opositores siguen culpando al gobierno por todas sus frustraciones y desdichas; sin darse cuenta que ellos mismos son lo que han caminado sigilosamente hacia los infiernos del abismo tenebroso. Ya para culminar, se vuelve a cruzar el rostro hermoso que sonríe por los poros de la piel, pero con nostalgia digo que ya no queda espacio.



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Eduardo Marapacuto


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