Al Pan, Pan; y al Bachaquero…Ladrón

«Un delito es un comportamiento que, ya sea por propia voluntad o por imprudencia, resulta contrario a lo establecido por la ley. El delito, por lo tanto, implica una violación de las normas vigentes, lo que hace que merezca un castigo o pena». http://definicion.de/delito/#ixzz3YMYfre2

Comenzaré recordando a Marx en su texto de 1892, Elogio al crimen, en el que afirmaba; « EI filósofo produce ideas, el poeta poemas, el cura sermones, el profesor compendios, etc. EI delincuente produce delitos.»

Cuando un delito lesiona a otras personas, la equidad exige que se repare el daño, así; cuando estos actos se contraponen a la justicia social, los mismos merecen una expiación más completa, tal pena que debe imponerse al culpable, entendiendo que ha cometido un delito público, delito que definen en Derecho romano como CRIMEN.

Dicho en buen criollo; quien delinque contra el interés público, es un criminal.

Los venezolanos hemos demostrado a través de más de doscientos años de historia; que amamos la paz y la libertad como un estado inalienable, y digo un estado porque el ser libre y pacífico, no es un bien natural, venido por obra y gracia, sino, es más una búsqueda diaria mantenido con el esfuerzo colectivo y siempre acechado por una minoría, casi siempre criminal, en búsqueda imponer su hegemonía.

El contrabando de extracción en una bomba, contra ese ser libre y pacifico del venezolano, el bachaqueo es una maldición decretada por el capital, en contra del trabajo. De hecho, parte de la fascinación del bachaqueo es precisamente; el ganar mucho dinero sin trabajar. Es en última instancia el mundo del capital atacando al mundo del trabajo.

El crimen

Vivir colapsado económicamente, nervioso y carente de productos básicos, por una sórdida conspiración con forma de cola, quien arremete contra la alimentación y la salud de un pueblo, es sin duda alguna un crimen.

El novedoso crimen, dirigido y ejecutado por una minoría estafadora, ha convertido, por ejemplo; un paquete de harina de maíz, en una lucha diaria, en una cola, en un mal rato, en una carencia. Logrando así, hacer que un alimento, (la harina), mute, a un arma política contra el gobierno. Todo esto; merced al miedo, a la carencia, al desprecio al trabajo honrado y a la conspiración para hacerse rico rápidamente, con todo estos venenos se ha rellenado el mencionado empaque de harina de maíz.

Pera lograr este crimen se está ejecutando un eficiente caso de "ingeniera social", donde; Se saca de contrabando un producto a otro país, se vende ilegalmente en 30 veces su precio, se deja sin alimento al vecino de nuestro barrio o urbanización, todo por obtener una rápida ganancia. Y se afirma que la estafa es un mal necesario, y quien la ejecuta no es un criminal…es un comerciante.

Hasta aquí es todo es claro, más debemos entender que el acto de "ingeniería social", está en haber disfrazado todo el manejo criminal, racionalizando los procesos de su ejecución. Con aquello de que el BACHAQUER es comerciar, nos engañan, pues realmente, bachaquear es parte del crimen organizado. Así tras la excusa de la necesidad, el crimen de bachaquear, se convierte por obra y gracia de la "viveza criolla" , en una forma de " trabajo".

Veamos el ejemplo de una bolsa de jabón producida en Venezuela, bachaqueada y revendida en Colombia.

En las calles de Maicao, lugar donde las he visto, se puede conseguir por ejemplo una bolsa de detergente en polvo de 2.7 kg, en 5.000 mil pesos, (aproximadamente 2.500 bolívares) cuando su precio en nuestro país, desde donde es robado, es de 200 bolívares. Esta estafa binacional a cielo abierto ha prosperado debido al bachaqueo como modus operandi.

Pero ojo, no estamos hablando de una solitaria bolsa de jabón en un tarantín con algunos productos de la cesta básica venezolana. No señores, hablamos de una industria binacional, hablamos de galpones con toneladas de productos, hablamos de flotas de camiones, hablamos de vigilantes armados con fusiles de asalto, hablamos de un negocio que involucra a una parte del estado colombiano, y desgraciadamente a muchos funcionarios (civiles y militares) venezolanos.

Hablamos de un negocio que revivió la falleciente economía colombiana del Norte de Santander y la Guajira, hablamos de la satisfacción de los bancos por el aumento del circulante, hablamos de paramilitares y mafias, hablamos de corrupción, hablamos de una condición de vida bandida asumida, entre otros, por los hermanos Wayuu, otra vez armados a guerra. Todos tras la búsqueda de mayores ganancias, menores riesgos y mejor aceptación social. La fórmula se resume en; ¡ yo no soy un criminal, soy bachaquero!, y este es mi negocio.

La irracional, racionalización bachaquera.

Durante el juicio de Núremberg (1945-1946), al ser interrogado uno de los burócratas nazi, sobre que preocupaciones les generaba las ejecuciones masivas, el interrogado respondió con real naturalidad; ...la verdadera preocupación era el cómo disponer de los cadáveres, no las ejecuciones en sí.

Así, el problema no erase, (el crimen), haber ejecutado a más de 6 millones de seres humanos, el problema, (racionalizado) erase el cómo disponer eficientemente de los cadáveres, puesto que apestaban y contaminaban. Bajo la mirada de la lógica racionalizadora, un crimen de lesa humanidad queda convertido, a los ojos de los sujetos ejecutantes, en un problema de eficiencia burocrática.

En Venezuela durante las colas del bachaqueo, alrededor de 6.000 personas, colombianas y venezolanas, civiles y militares, wayuu y alijunas, profesionales y obreros son actores del crimen contra la ciudadanía (bachaqueo). Crimen que encárese los precios, que deja sin productos a los usuarios. Pero los (bachaqueros) no le ven el crimen.

Ven en el crimen la oportunidad del negocio, ven la estafa como el chance de ganar dinero sin trabajar. Convierten el crimen, (bachaqueo), en una forma de negocio que se hace "circunstancialmente" y que se justifica, entre otras, (¿) , por las grandes ganancias que produce.

La estafa a la nación, el desabastecimiento nacional, la incertidumbre alimenticia, la inflación, el aupar el matraqueo, la violencia por ser más vivo, no son la preocupación… la preocupación es el cómo lograr obtener más productos con el menor número de colas.

Al final la pelea económica y propagandística de los bachaqueros y sus jefes, sabiéndolo o no, es aniquilar la posibilidad aún no realizada de una economía acorde a las necesidades del pueblo, es dicho en buen criollo; matar la esperanza de una economía diferente al pillaje y la especulación, aún antes de la posibilidad real de la misma.

El neologismo

Borges afirmo que toda palabra fue alguna vez un neologismo, resulta que este acto de crear palabras para designar la realidad es parte de la conciencia de un idioma y más aún de una cultura.

El venezolano, crea el termino bachaqueo, (lo crea, pues no existe en el diccionario de la lengua española), para designar el tumulto, la rapiña, el robo masivo de algún alimento.

Pero más aún, ese tumulto para el robo, fue entendido no como un movimiento individual y espontaneo, sino como un acto dirigido a hacer algo malo escondiéndose en la multitud. El carácter anónimo e informe de la multitud, permite al criminal, esconderse entre los otros, confundirse con los demás, siendo todos y siendo ninguno.

Bachaquear es impersonal y permisivo, bachaquear te permite robar, dañar, ofender y timar, escondido en la multitud. Es una forma de crimen sin criminal, de ofensa sin ofensor, es una estafa sin estafador.

En defensa de la justa definición de la palabra inventada por el pueblo. Hoy conseguimos intentos malintencionados de convertirla en otra cosa. Así se intenta cambiar su maligno significado, eliminando del contenido la culpa que le es inmanente, al bachaquear, de esconder el robo que significa bachaquear, tras la expresión de oportunidad.

Por mucho que pude parecer pretencioso, propongo el que elevemos desde esta Universidad, y en recate de la creación popular, ante la Unidad Interactiva del DRAE, el elevar la voz BACHAQUERO al sinónimo número ocho de la palabra estafador. Y el veintiocho pseudo- sinónimo de la misma.

Las siete acepciones de la misma aceptadas hoy día son;

  1. Timador,

  2. Ladrón ,

  3. Tramposo,

  4. Truhan,

  5. Embaucador,

  6. Charlatán

  7. Farsante

  8. Bachaquero

 

Las veinte y ocho similitudes semánticas serian: (palabras semánticamente cercanas a Estafador (pseudo-sinónimos) como siguen;

 

  1. Atracador

  2. Caco

  3. Ratero

  4. Carterista

  5. Descuidero

  6. Chorizo

  7. Embustero

  8. Mentiroso

  9. Fullero

  10. Sablista

  11. Engatusador

  12. Engañador

  13. Engañabobos

  14. Embarullador

  15. Liante

  16. Hablador

  17. Charlador

  18. Cotorra

  19. Indiscreto

  20. Bocazas

  21. Actor

  22. Comediante

  23. Cómico

  24. Hipócrita

  25. Falso

  26. Simulador

  27. Impostor

  28. Bachaquero

 

Como último elemento de esta propuesta, asomo la posibilidad al gobierno nacional, al gobierno regional, a las universidades, PDVSA y demás entes públicos iniciar una campaña nacional de CALIFICACION como LADRON a cualquiera incurso en BACHAQUEO.

A través de afiches, comunicados de prensa, programas de radio, televisión y por cualquier medio de comunicación masivo, posicionemos la opinión nacional de que ser BACHAQUERO es ser LADRON. Y entendamos que esta compaña, es una campaña por el rescate de la honestidad nacional y, contra las organizaciones criminales. Hagamos que el Criminal que Bachaquea, le sea necesario esconderse, como corresponde a todo criminal en acto.

El bachaquear es un estigma, no una temporalidad.



 



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