Yo también trabajo en, por y para la revolución y no la critico I

Este tema me ha dado muchas vueltas no solo en la cabeza, sino también en mi corazón desde hace rato. Por algún tiempo estuve buscando la forma de planteármelo y ver de qué manera podía reflejar mis comentarios u opiniones al respecto y aportar algo a la famosa critica que todo el mundo hace o quiere hacer y que pone a muchos que desean descargarse por alguna razón de ego personal o tal vez que no han satisfecho varias de sus necesidades, o pensando que criticando tendrán la ocasión de resarcir daños o no sé qué. En lo personal esta dicotomía pone patas arriba a muchas personas, porque envuelve diversas pasiones a veces muy toxicas. El argumento en cuestión para mí, era encontrar la forma correcta para dar a conocer nuestras opiniones y emociones, hay formas y maneras que podemos hacer para contribuir positivamente en la construcción de mejores relaciones que permitan superar diferencias que se pueden tolerar en estos momentos de crisis que están viviendo todas las sociedades, naciones del mundo y por ende la nuestra, la revolución bolivariana

Desde que el ser humano supo que podía sacar ventaja criticando, se ha dado a la tarea de criticar todo cuanto sea contrario a sus intereses o simplemente a lo que se atraviese en su camino, por ejemplo, se quiere cuestionar a los padres para que dejen hacer el libre albedrio, se critica al maestro por haber superado su conocimiento, al supervisor por ser un jefe con menos títulos que el supervisado, al vecino porque no forma la parranda los fines de semanas, y así se va argumentando que las críticas son necesarias y por si fuera poco, en muchas oportunidades se replica diciendo que la crítica es constructiva. En lo personal pienso que crítica es crítica venga como venga y de donde venga, es fácil criticar y acudo a la expresión de Jesucristo cuando dijo que "miramos la paja en el ojo ajeno, pero no vemos la viga en el ojo de uno"

Comento todo lo anterior porque recuerdo que cuando joven mi viejo en su sabiduría me decía que en una guerra los soldados acompañan a su tropa y avanzan en ella con sus compatriotas para defender la misma causa por la que fueron al campo de batalla, a luchar contra el enemigo que se encuentra al frente, no a su lado, y de esta forma dejarle independencia a sus herederos ¿les suene?, un legado resultado de su actuación en varias guerras donde tuvo que combatir con las armas que la vida le había dado en el momento histórico que le toco vivir.

Considero que en estos tiempos de guerra sicológica, de cuarta o quinta generación, económica, comercial, biológica, armamentista, de salud pública y mucho más por todos los medios habidos, conocidos y por ver en el futuro, bombardeados por la nave más gigantesca que haya conocido la humanidad hasta ahora, los medios de comunicación en manos de los imperios, que quieren seguir existiendo al precio que les da la gana, por aquello de la supervivencia, aquí me detengo… la crítica debe ser para los que no tienen un proyecto social en nuestro país o pretensiones injerencistas, para los que no quieren al prójimo pero si el dinero de color verde, para los que incendian instituciones de toda índole o asesinan hermanos de un mismo suelo patrio o porque no, foráneo, les aseguro concluyentemente, tuve que desaprender y aprender de nuevo que la crítica que nos tiene del tumbo al tambo a los que trabajamos por la revolución debe ser para los que no aman definitivamente la vida. Para nosotros debería ser la autocrítica porque refleja mi disposición a contribuir al cambio que se necesita hacer en estos momentos tan difíciles, ¡así es compatriotas chavistas! en primera persona, preguntarme cómo puedo ayudar a transformar positivamente mi entorno familiar, vecinal, laboral, comunal, pero sobre todo, nuestra conducta , si, la propia, para que sirva de buen ejemplo a otros, empecemos por nosotros mismos, que lance la primera piedra quien esté libre de pecado, no le tiremos más piedras a nuestra tan atacada revolución, ella ya está fortalecida, sino ya hubieras caído, fortalezcámonos nosotros ahora, no perdamos más tiempo en esta diatriba que nos desgasta, que nos divide, deberíamos sumarnos o más sabiamente… multiplicarnos, porque de este lado, quiero decir, el de la revolución, debemos seguir construyendo a nuestra imagen y semejanza, lo que nos legara el Gigante de América Hugo Chávez, el Socialismo del Siglo XXI.

Nuestro legado… también es sagrado

ivanmendez2006@cantv.net



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Iván Méndez

Ingeniero. Articulista, productor/locutor y conductor radiofónico. Escritor

 ivanmendez2103@gmail.com

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