Si trabajo sin descanso por la revolución tengo derecho a criticarla

Saca la cuenta de las veces que ponemos el pecho públicamente (prensa, radio, tv) en cada momento difícil para defender el proyecto bolivariano venezolano y resta las veces que nuestra crítica ruda o destemplada ha generado molestia entre aliados socialistas. La cifra resultante será abrumadoramente favorable a nuestra insigne actividad en defensa de la causa chavista y revolucionaria. Ojalá se nos juzgue por las estadísticas y no en el plano de las evaluaciones incompletas o parciales contra un individuo cuya rostro es feo por naturaleza. No somos monedita de oro ni tenemos patrocinantes, pero a riesgo de equivocarnos, humildemente, decimos como Fidel: "La historia me absolverá".

Quienes trabajamos sin descanso por la revolución, tenemos derecho y moral para criticar las fallas burocráticas con fines de incentivar la rectificación oportuna. El pueblo no tiene culpa de los retrocesos, pero muchos funcionarios están sumergidos en responsabilidades y el aplauso fácil de las focas o el silencio cómplice sólo facilita mayor impunidad.

Esto lo advierto a quien pueda interesar y especialmente a los jalamecates y francotiradores mediáticos disfrazados de rojo que al hablar de la situación nacional justifican lo injustificable mientras permanecen a la espera de un mendrugo de pan, los lengua larga que nos quieren descalificar al creer ilusamente que estamos detrás de sus aburridos e ineficientes puestos burocráticos. Esos mismos que en vez de unir fuerzas populares contra el peligro de un estallido social (porque al pueblo hoy le cuesta adquirir alimentos y medicinas) prefieren atacar a camaradas leales al socialismo, entre tales este humilde "escribidor-opinador" a quien con ferocidad más de una vez se ha intentado asesinarle moralmente como ya lo intentaron -sin exito-ciertas cúpulas parasitarias en partidos aburguesados y academias sin luces; a esos asalariados frustrados en la inflada nomina del Estado que nos difaman compulsivamente -hasta usurpando nuestra identidad en Twitter- como represalia contra nuestro pecado terrenal e irremediable de ser revolucionarios marxistas, cuentapropistas, autogestionarios, antigobierneros, críticos y rebeldes, a ellos hoy serenamente les respondemos, quizás por última vez:

No escribimos con la morbosa tarea de simplemente hacer enfadar a los que en nombre de Hugo Chávez y con el favor del pueblo ocupan hoy altas posiciones, pero tampoco nos aplicamos autocensura con temor de que eso ocurra, pues en verdad nuestro afán revolucionario se encamina a generar conocimientos que sirvan de aporte para defender la democracia revolucionaria que el propio pueblo ha defendido con sangre, sudor y sacrificio.

Aunque algunos camaradas ortodoxos no comprendan, el tiempo histórico exige hablarle a toda Venezuela y ya no solamente a una mitad o a grupos de chupamedias que sólo saben aplaudir y estirar la mano para que les regalen las sobras. Nosotros que no pedimos nada, salvo respeto a nuestros años de lucha por la justicia social y por ello hablamos sin tapujos.

Este año hay elecciones y por primera vez en quince años el movimiento revolucionario no es el favorito para salir ganador en la votación. Grandes dificultades económicas y la ausencia del legendario líder Hugo Chávez parecen ser elementos que motivan a la oposición que esta vez un triunfo electoral si es posible.

Tener mayoría de diputados en la Asamblea Nacional significa una poderosa herramienta para conducir los destinos de la República por esta razón una hipotética derrota de los revolucionarios en ese gran foro político sería equivalente a un quiebre histórico y un cambio de rumbo radical en perjuicio de la Revolución Bolivariana.

Entonces si la dirigencia chavista es humilde y recuerda que necesita al pueblo para vencer en el desafío electoral de 2015, debe pensar no sólo en lograr los votos de la gente sino en promover máxima participación popular para que todos se sientan tomados en cuenta dentro del proceso revolucionario.

Desde esta óptica estimamos que En la actual lucha por recuperar la seguridad alimentaria y resolver el abastecimiento de productos esenciales, se debe incorporar al pueblo organizado en las tareas de vigilancia y control social en puntos estratégicos de la cadena económica para restablecer el orden

Asimismo el gobierno con apoyo del poder popular debe fijar metas concretas en tiempo determinado y que ello sea parte de una planificación administrativa conocida por el pueblo en áreas como la productividad económica, la generación de empleo, la lucha contra la delincuencia, el fortalecimiento de la seguridad ciudadana, y el combate contra la corrupción.

En este sentido subrayamos que si un ministro, gobernador, alcalde, viceministro, presidente de instituto, director general, raspa el examen de calidad administrativa debe ser removido o revocado de su cargo, pero, por favor, ya no "reciclado" a otro elefante blanco para que prosiga con su negligencia y aburguesamiento que tanto irrita al ciudadano chavista y no chavista.

Allí está el emblemático caso del estado Aragua que finalmente explota en el año 2015. No esperemos que la justicia empiece a castigar a los bandidos luego de que han raspado la olla y han colocado grandes capitales mal habidos en bancos del extranjero. El castigo a los corruptos es ahora.

 

 



Esta nota ha sido leída aproximadamente 3019 veces.



Jesús Silva R.

Doctor en Derecho Constitucional. Abogado penalista. Escritor marxista. Profesor de estudios políticos e internacionales en UCV. http://jesusmanuelsilva.blogspot.com

 jesussilva2001@gmail.com      @Jesus_Silva_R

Visite el perfil de Jesús Silva R. para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: