A las comunidades marineras de pescadores artesanales corresponde un papel fundamental durante una agresión y bloqueo que el imperio intente contra Venezuela. Y ese imperio visualiza en tiempo real nuestras vías de comunicación, dispone de lacayos que ejecutan o fomentan la obstaculización de accesos a nuestras ciudades y ha hecho cuanto ha podido para que el venezolano sufra desabastecimiento de alimentos, medicamentos y de otros bienes que necesita. Durante la ejecución de una agresión militar, el imperio intentará agravar el desabastecimiento, será entonces cuando nuestros marinos costaneros y pescadores acudan al llamado de la patria, para apoyar el aprovisionamiento de nuestra población; sin embargo, no estamos dotados ni organizados para esa labor.
Las mayores reivindicaciones que ha recibido el pescador venezolano han sido, en mi opinión, el restablecimiento de la soberanía de la patria y la prohibición legal a la pesca de arrastre, ambas conquistas de la Revolución Bolivariana; sinembargo, no se profundizó en atención a necesidades específicas de su vocación marinera, para que esta población de condición humilde alcance niveles dignos de bienestar social. Nada se ha hecho para llevarles la enseñanza náutico pesquera y su ignorancia le mantiene anclado en valiosos, pero insuficientes conocimientos ancestrales; nada se ha hecho para desarrollar la investigación o mas sencillamente adaptar nuevas tecnologías a sus embarcaciones y motores, para responder a crecientes riesgos de la navegación y cambios del clima; poco se ha hecho, para dotar a sus comunidades de infraestructura y servicios necesarios para su actividad de navegación y pesca y se les niega, con esta omisión, la oportunidad de contribuir a solventar uno de los mayores obstáculos de la producción de alimentos, que es la vialidad agrícola.
La Revolución ignora estas omisiones, pero tampoco ha tenido disposición a escucharlas y a comprender la necesidad de complementar con ellas el largo alcance de su acto histórico: la prohibición de la pesca de arrastre, que repobló, con nuevas comunidades pesqueras, prolongadas extensiones de costas, despobladas durante décadas por el agotamiento que causó la pesca de arrastre. Ahora, la creciente presencia del pescador artesanal es manifestación viva de soberanía en el mar.
Las omisiones no disminuyen el reconocimiento del pescador venezolano a esta Revolución nuestra, que le regresó de los cinturones de miseria citadinos a la dignidad del trabajo en el mar y a la playa sus viviendas, que recibe otras reivindicaciones justas y recientes que la Revolución otorga. Interpreto el sentimiento colectivo de mi gente, al exhortar al Presidente a convocar al pescador a la trinchera que le corresponde, para defender la patria, y a disponer la organización y el mínimo de dotación que necesita para la tarea. El primer valor del universo es la Justicia Presidente y la divisa de la Revolución ha sido precisamente ese valor: justicia y equidad social, como el pescador puede corroborar; confíe en el juicio de Dios frente a una agresión del imperialismo y atienda a las sabias orientaciones que El tiene a bien comunicarle Presidente.
