Exijamos la renuncia y la salida de los opositores

Según la Enciclopedia Jurídica, en su edición del 2014 define la renuncia como "el acto jurídico por el cual alguien se desprende de un derecho propio, cualquiera sea la índole de éste, se trate de un derecho creditorio, real o intelectual. Es un abandono o abdicación que el titular del derecho realiza, con respecto a cualquier prerrogativa suya, incluso la misma titularidad." Esto quiere decir que la renuncia constituye un acto de carácter jurídico y unilateral mediante el cual el titular de un derecho tiene la posibilidad de desistir del mismo. Se considera que la renuncia es unilateral debido a que sólo exige la voluntad de su autor para librarse de un derecho de su propio patrimonio, no exige la coacción, por lo cual toda renuncia coaccionada es nula.

Más adelante, también establece que "Tampoco cuadra la renuncia con relación a facultades que implican derechos de la personalidad, como el derecho a la vida, o a la salud, o el derecho moral de autor; o con respecto a derechos que le han sido conferidos al sujeto, atendiendo a exigencias de interés general y para que él pueda cumplir deberes impuestos por ese mismo interés social, como la patria potestad." Por lo tanto, si nos atenemos a estos principios jurídicos, el presidente no puede renunciar, por cuanto la elección universal del que fue objeto, constituye "exigencias de interés general".

En este caso, tengo una propuesta que sí cuadra como acto jurídico: La renuncia de los apátridas a su nacionalidad venezolana. Nosotros, los venezolanos de sentimiento, además de nacimiento, se lo exigimos. No queremos venezolanos apátridas ni pitiyanquis. Queremos venezolanos que se sientan orgullosos de haber nacido en esta tierra, que le duela, que luche por ella, que la sienta como suya, no aquellos que prefieren que una poderosa nación nos dicte lo que debamos hacer, qué pensar, qué programas de televisión ver, qué ropa ponernos, que trate de enterrar nuestra cultura, nuestro gentilicio, nuestra ideología y nuestros pensamientos, tal como ocurrió desde que Gómez llegó al poder y hasta que Chávez, el gigante, lo recuperó para el pueblo soberano (incluyendo muchos oposicionistas).

A los dirigentes de la oposición no les importa el país, ni los daños causados (ni los que causarán), ni la vida de aquellas personas inocentes que escogieron estar "en el momento equivocado, en el sitio equivocado", no les importa la quema de un preescolar con niños adentro, ni la destrucción de propiedad privada (por la que dicen que luchan) que sirve de sustento o de vivienda a sus propietarios, no les importa el estado de derecho (tal como lo evidenciaron en la cacería montada contra chavistas en el 2002), no les importa Venezuela, solo les importa mantener su status quo, cueste lo que cueste, pasar por encima de quien sea, excepto aquellos que los "ayuden", a los cuales están orgullosos de "ayudar" también, como recompensa por la" ayuda recibida".

En cuanto a "la salida", no existe en el mundo entero un esperpento como ese. Fue creado en los laboratorios de la CIA norteamericana, para crear zozobra, para dar un golpe de estado que no parezca un golpe de estado. Yo digo que "la salida" debe corresponder con la salida del país de todos aquellos que no sientan en el corazón a Venezuela, que no les duela, que no la piensen, es decir, que no sean venezolanos. Por eso, como respuesta, nosotros los chavistas, debemos exigir la renuncia y la salida a todos los opositores que no cumplan el requisito esencial de vivir en el país: SER VENEZOLANO.

Por: Econ. Espec.

Prof. Economía Universidad Gran Mariscal de Ayacucho



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1144 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter