A propósito de un nuevo 23 de Enero

Posterior al gomecismo se genera en la sociedad venezolana las condiciones y la necesidad de una democratización. El proceso se adelanta en los periodos de Eleazar López Contreras e Isaías Medina pero se vuelve reaccionario con los sucesos de 1945, 1948, 1958 y 1963 se consolida el modelo liberal democrático burgués. La falsa dualidad entre barbarie (Gómez, López, Medina y Pérez Jiménez) vs la "civilidad democrática representativa", este esquema se instala en el imaginario colectivo venezolano. La democracia burguesa en su vertiente representativa solo se logra con una alianza intrínseca con el capital. La sociedad capitalista necesita un estado burgués, defensor de la propiedad privada y sustento de la explotación de clase, para lograr su desarrollo: burocracia, fuerzas armadas, partidos políticos, sindicatos, clero, división de poderes, sin estos componentes no hay posibilidad de desarrollo capitalista. Así las diferentes dictaduras políticas no significan detención del desarrollo de las fuerzas capitalistas explotadoras de la sociedad, muy por el contrario, sirven de resorte impulsor de las mismas.

El péndulo entre dictadura y democracia obedece a circunstancias históricas de desarrollo y evolución, nunca es regresivo para las clases dominantes. El 23 de enero de 1958 contrariamente a la mistificación del hecho, del tránsito de una dictadura a una democracia, de la opresión a la libertad, fue expresión de un reacomodo de las clases dominantes, una variante en la matriz de dominación liberal burguesa. No hay diferencia de fondo entre Pérez Jiménez y Rómulo Betancourt, solo lo subjetivo entre militar y civil, pero ambos fueron instrumentos de la clase dominante en su afán de articularse con el sistema capitalista mundo. Aunque sus acólitos traten de darle el rimbombante y grotesco título de "padre de la democracia" Betancourt solo viene a consolidar lo que Pérez Jiménez no pudo hacer, y el por qué no pudo hacerlo, carece de importancia a la luz del hecho histórico. Es Betancourt quien capitalizara el apoyo externo y asumirá con plena conciencia su papel de entreguista, de "gendarme necesario" de los saqueadores del patrimonio nacional. En otras palabras Betancourt, y lo que le representa, fue el complemento perfecto a la labor de Pérez Jiménez en el desarrollo de la clase dominante y del estado liberal burgués.

Así la supuesta unidad nacional en la cual descansa la democracia representativa a partir de 1958 es dirigida por la burguesía parasitaria y la oligarquía histórica, es en sí un pacto de clases, fiel a la larga tradición liberal venezolana que desde 1830 excluye al pueblo de cualquier decisión a tomar. Con la partidización de la sociedad se busca detener contener anular y neutralizar la lucha de clases. La combatividad expresada por los sectores populares desde 1956 era una fortaleza infranqueable para la clase dominante, para la burguesía y la oligarquía en los días finales de la dictadura perejimenistas. Aunque mantenía su poderío económico, el sentido político estaba seriamente afectado por su limitación en la toma de decisiones políticas, las divisiones internas de clase le impedían dar claridad y cohesionarse ante un pueblo organizado que estaba en su mejor momento del siglo XX para consolidarse como fuerza dominante en el espectro político. Como al finalizar la guerra de independencia la clase dominante venezolana (oligarquía/burguesía) se encontraba postrada y disminuida su capacidad de influencia política. La burguesía necesitaba urgente un líder, un conductor que aplastara la rebelión popular, es allí donde el papel de Betancourt se redimensiona y llega a su verdadero colofón, donde se plantea como cuestión de vida o muerte ejecutar el denominado "pacto de punto fijo". Este pacto abrió un compás de tiempo para que las fuerzas reaccionarias tuvieran tiempo de un reacomodo táctico y estratégico para poder enfrentar con éxito la rebelión popular. La derrota lamentable que experimenta el pueblo con la elección de Betancourt a la presidencia de la república se debe en parte a la ceguera política de la dirigencia revolucionaria de la época termino sirviendo de agentes a la burguesía y que no pudo ni supo hacer valer su peso político ya sea por debilidad ideológica o irresponsabilidad y se dejó infiltrar por antiguos perejimenistas convertidos de la noche a la mañana en brillantes "demócratas representativos" (como Eugenio Mendoza), que solo perseguían manejar tras bambalinas el poder y sustraer cualquier contenido popular en el naciente gobierno. Al examinar los nombres del gabinete ministerial de Larrazábal lo primero que salta a la vista es su composición plutocrática. La derrota del movimiento popular era cuestión de días. Es así como inexplicablemente la junta patriótica dirigida por revolucionarios e izquierdista, firma con el gabinete de Larrazábal el 28 de enero un acuerdo, que más que un acuerdo es una capitulación, una rendición incondicional disfrazada de unidad nacional, preámbulo del punto-fijismo. Pasaran muchos años para que la izquierda vuelva a tener una posibilidad real de poder como esta que tan ingenuamente dejo escapar. Allí está también la explicación para el fracaso de la lucha armada, el no saber leer ni entender el tiempo histórico. Cuando la insurrección armada toma cuerpo ya las fuerzas de la burguesía y el imperialismo había recompuesto sus estructuras y se hallaban en control total del estado liberal burgués, añadiéndole el remoquete de "democrático".

Es así como la democracia se va poco a poco idealizando, mistificando y diluye el contenido de la conciencia de clase. Al pueblo se le vendió solo un tipo de democracia. La ideología democrática burguesa une a explotadores y explotados, opresores y oprimidos se reconocen y se aceptan en ella. O se es demócrata (burgués) o se es autócrata militarista totalitario. Es sin duda el verdadero triunfo de Rómulo Betancourt como agente del capital tanto externo como interno. Lo otro, la creación de AD fue circunstancial, aunque el, para agrandar su leyenda, diga lo contrario. Pero ¿cuál es el verdadero éxito de la democracia burguesa y el porqué de su arraigo tan fuerte en la mentalidad del venezolano que pasa de padres a hijos sin alterarse? La representatividad nunca le dio al venezolano, educación, salud, justicia, igualdad económica, tampoco ni pan, ni tierra ni trabajo, tal cual como lo dice cínicamente el escudo de la AD betancurista. El pueblo conquisto, porque así lo cree, la libertad política, el derecho a reunión y expresión, derechos políticos que el estado burgués y por ende la clase dominante hábilmente ha manipulado para su beneficio. Ahora, el que sea coto para la desigualdad y la explotación es el sello distintivo de la democracia burguesa. Es por ello que el pueblo religiosamente acudió cada 5 años a la subasta del poder político, porque simplemente entendía que esos derechos políticos fueron logrados a base de sacrificio y la sangre del mismo pueblo. Así el burgués de hoy en día o peor el "aburguesado mediático" espera a que "bajen los cerros" para que en su redención le den esa especie de "patente de corso social" para seguir disfrutando del trabajo social de los desposeídos y de la apropiación indebida de la renta petrolera. Es una clase social que se ha constituido en base al saqueo de su propio patrimonio. Ese es el verdadero legado del 23 de enero y la adopción de formas democráticas en la matriz de dominación liberal burguesa es el señuelo con que ese "sargenton imperial" llamado Rómulo Betancourt engaño "nuevamente" al pueblo venezolano.

ebecel@gmail.com



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