Huellas

Las Lluvias del tiempo en Navidad y la Madre Paz

Hora a hora, día a día, se nos va otro año. ¿Bueno? ¿Malo? Dejemos eso en el tintero. Caminemos, para despedirlo, a través de ese ser que está por encima de todas las cosas, de todos los tiempos, de todas las naciones: ¡La Madre!

Hablar de un “un día de las madres”, es algo así como la aceptación de que, como hijos siempre estaremos muy lejos de ser fieles a ese principio de la vida, que es una deuda impagable a la mujer que debiera ser homenajeada cada día del año y cada año de la vida.

Es triste reconocerlo, pero el motivo especial de este llamado día de las madres, es interesado y mercantilista, en donde no florece debidamente el amor sincero a esa mujer abnegada, noble e inolvidable.

Pero vamos a seguir el camino trazado por la sociedad, aunque sea con la rebeldía natural de los jóvenes y la resignación de los que ya hemos quemado muchas etapas… Madre, de donde quiera que seas y en donde quiera que te encuentres ahora, este espacio es, enteramente dedicado a ti.

Hay una palabra que pudiera encerrar la fuerza de la de madre: la palabra paz; esa paz tan buscada en el mundo; esa paz tan maltratada; esa paz usada como bandera en millares de actos políticos sin otros resultados que los de una débil esperanza.

Quizás la respuesta este en otra palabra, la más antagónica; la más terrible: la palabra guerra. Si, guerra sin descanso y sin flaqueza, al lado de todas las madres, al analfabetismo, a la ignorancia, al egoísmo desmedido, a la soberbia, al despotismo y a todo lo que destroza el amor y crea el rencor y la injusticia. A través de esa guerra se podrá lograr la paz por el sendero de la autenticidad del hombre y alcanzar así a ver la felicidad en los ojos del niño y la madre.

Madre, paz, justicia, y libertad, son los cuatro pilares sobre los que debiera asentarse la sociedad de este mundo con el oxígeno de la dignidad; esa dignidad y nobleza que cada uno debemos saber llevar como la mejor herencia.

¿Cómo hablarle a una madre ausente a través de un vehículo de alcance ilimitado?
¿Cómo decirle que sus hijos la recuerdan constantemente, mientras pagan al destino la deuda adquirida un día ya lejano? Hay una manera: a través de cada hijo: de esos hijos que nos están leyendo ahora, porque juntos vamos a escribir una carta que llegara un día… a través de las lluvias del tiempo.

Madre, cuantas lluvias, amasando los días tapiaron el pasado,
Cuantos años se fueron madre, cuantas horas rodaron;
Cuantas noches de insomnio hemos vivido,
Formando la cadena que nos mantiene esclavos!
A veces madre, cuando te escribo como hoy lo hago;
Como hoy quiero hacerlo: no solo como hijo, como humano,
Como hombre que ha vivido su experiencia
En la experiencia de los que callados
Deambulan como sombras por la vida
Sobre los campos que ya tienen amos,
Quizás buscando un rincón donde quedarse
Sin que le digan: ¡esto está ocupado!
Cuando te escribo así, vieja querida
Buscando el desahogo en tu regazo a través de una carta,
Siento la angustia de que no la entiendes
Ni te lleve el amor que la ha dictado.
Amor a ti, madre, por sobre todo el mundo
Pero también a ese mundo amado,
Porque vivir por vivir indiferentes
Es igual que estar muertos caminando.
Ser bueno madre; ser bueno a decir de la gente
Es tan sencillo,
Porque bueno es todo aquel que nos halaga,
El que nos dice la verdad es malo.
Es ley de sociedad, no ley de vida,
Con arma psicológica implantada
Donde la hipocresía es la que acusa
Con cara de doncella avergonzada.
Hipócritas, hipócritas, hipócritas,
Por qué no os dais cuenta
De que a quien vendéis de esa manera
De esa manera os paga?
Perdona madre, tenía que gritar para expresarlo
Porque al pensar en ti pienso en las madres,
Pienso en los hijos, pienso en los hermanos;
Pienso en un mundo cargado de injusticias
En donde la moneda suplió el látigo.
Somos esclavos creyéndonos libres;
Enfermos creyéndonos sanos;
Somos perversos creyéndonos buenos;
Somos demonios creyéndonos santos.
Madre, cuantas lluvias, amasando los días,
Tapiaron el pasado,
Pero a través de él queda el recuerdo de tu ternura
Y mis primeros años.

¡Feliz Navidad y más Feliz Año Nuevo!

JUAN MANUEL GIRÁLDEZ (MANOLO GIRALDEZ)


Esta nota ha sido leída aproximadamente 1111 veces.



Manolo Giraldez


Visite el perfil de Manolo Giraldez para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Manolo Giraldez

Manolo Giraldez

Más artículos de este autor