Sentido de la Historia

El avance de otras disciplinas del conocimiento, como la psicología, antropología, economía, sociología, no hace más que reforzar la necesidad de destacar el conocimiento histórico. Comprender el significado y sentido de los fenómenos y/o problemas que estas disciplinas estudian, obliga ineludiblemente a recurrir al conocimiento histórico, por ello, las ciencias de la Historia se convierten en una fuente inagotable donde el resto de las disciplinas tendrán necesariamente que acudir a tomar de las aguas turbulentas del acontecer del pasado humano.

Asignarle a la Historia solamente el estudio del pasado humano es una visión reduccionista de su alcance, ya que es sólo una parte del sentido de esta ciencia. Quien desconoce su pasado, no sabe ni puede comprender hacia dónde se dirige, y por ende no comprende al mundo ni mucho menos su propia existencia. De allí se deriva otra función de la historia, que es el estudio y la comprensión del hombre en todos los tiempos, esta visión permite renovar los elementos y el objeto de las ciencias de la Historia, alejándola de las concepciones positivistas que partían de la necesidad del documento escrito como prueba irrefutable del hecho histórico: "que hablen los hechos"; a esta premisa redujeron los historiadores positivistas del siglo XIX y XX la función de la Historia.

El documento escrito se convirtió en la prueba irrefutable y casi única para estos historiadores, por lo que dividieron erróneamente la Historia en dos: una que se ubica antes de la invención de la escritura, y otra, a la que ellos consideran propiamente Historia, que se fundamenta en la existencia del texto escrito. A esta última, le asignan los positivistas toda la veracidad del hecho histórico, perdiéndose la capacidad constructiva del historiador, y negándose además, otras evidencias igualmente valederas, ante una realidad tan compleja y cambiante.

En el caso venezolano, gran parte de nuestra historiografía ha estado impregnada por la corriente positivista del pensamiento, la cual fue introducida a nuestro país por los historiadores alemanes; de ello se deriva que el pensamiento y conocimiento de la historia venezolana, sea en cierto modo reduccionista, lo que hace que sea indiscutiblemente necesaria la revisión de la misma.

La construcción de una historia social y económica que se aproxime a la comprensión del "hombre en el tiempo" ligado a la sociedad histórica a la cual pertenece, es realmente una necesidad en el giro historiográfico de las nuevas ciencias de la Historia, dicha tarea es en sí misma otra función de la Historia.

Ya la historia económica y social de Venezuela desplegada por el Dr. Federico Brito Figueroa, inició este proceso reconstructivo en lo que llamaríamos, una historia total o síntesis histórica. Pero ello no es suficiente, la constante revisión del conocimiento producido para mejorar, desechar y reconstruir lo hasta ahora aprendido, es una tarea inconclusa. Siempre es imprescindible darle mayor vitalidad a un conocimiento necesario para la comprensión de nuestro devenir, es decir, de nuestro tiempo.


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Arnaldo Guédez


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