Las elecciones del domingo, como dice la canción, han abierto una herida en la dirección nacional, único cuerpo donde la izquierda es mayoría. De allí para abajo manda la derecha, pero no cualquier derecha, sino una donde los vivos están haciendo fiesta con la revolución. Hago la salvedad de que el suscrito no está contra el psuv, sino contra una dirigencia arribista y corrupta que ha alzado una represa, la cual desvía hacia sus bolsillos buena parte del dinero que debiera dirigirse hacia los más necesitados, y que se ha enquistado en la mayoría de las dirigencias regionales y municipales. Bajo su amparo se están generando en algunos lugares inmensas fortunas que han ido emparentándose con grupos contrarios a la ley.
Al final, los números comienzan a descuadrarse. Las elecciones 2015 son un enigma que tiene muy preocupada a la dirección nacional del principal partido de gobierno, por más que se muestren confiados en público. El partido está cometiendo un "autosuicidio", mientras una oposición inepta y corrupta comienza a afilar los cuchillos, dispuesta a cobrar, y caro. Para ello, cuentan con que el odio y ganas de revancha de una militancia ciega a su ineptitud los acompañe como lo ha hecho hasta ahora. Faltaría saber si las autoridades nacionales del PSUV son capaces de enderezar esta nave que va derecho a los arrecifes.