Matanzas tropicales

La historia de nuestramérica no puede explicarse sin hablar de expoliciación y matanzas. Cualquier siglo tiene el signo de millones de compatriotas que por cualquier motivo han pagado con su vida el valor de la explotación de aquellos que vinieron de tierras europeas y norteamericanas para aliarse con desalmados locales y regar de sangre aborigen toda esta "tierra de gracia".

Por ejemplo, se contarán por miles los vecinos de la Isla de Cubagua a quienes les explotaron sus pulmones, cuando eran obligados a intensas, agotadoras e interminables zambullidas para buscar perlas que servirían para inflar las economías de aquellos deshumanizados conquistadores.

Toda la historia del siglo XX de la América Latina tiene el sello de las persecuciones, torturas, desapariciones y asesinatos a mansalva. Ninguno de nuestros países se salva de tal señalamiento y siempre ha estado de por medio la ambición por nuestras tierras, materia prima y la explotación de la fuerza de trabajo al límite de la esclavitud y la muerte.

De manera, que cuando no es una invasión militar para quitar un gobierno que no les gusta a los señores del Norte, es un déspota impuesto por ellos mismos para frenar cualquier desarrollo democrático. Hablamos de invasiones descaradas por parte del gobierno de los Estados Unidos a Cuba, República Dominicana, Jamaica, Cuba y el permanente asedio a casi todos nuestros países. Hablamos de oprobiosos y sanguinarios dictadores como Pinochet, Videla, Pérez Jiménez, Trujillo, Somoza, entre otros.

Hablamos de intromisiones y provocaciones contantes. De golpes militares inducidos de manera directa por Estados Unidos en cada uno de los países latinoamericanos. También hablamos de años oscuros y tenebrosos, con casi toda una Centro y Sur América plagadas de regímenes militares que desaparecieron y echaron de sus países a miles de compatriotas.

Hoy son miles quienes aún lloran la muerte de sus familiares. Peor aún, también son miles quienes aún no saben el paradero de algún familiar que por motivaciones políticas cayó en manos de los esbirros.

La terrible noticia de los 43 estudiantes desaparecidos que nos llega de Ayotzinapa, México, nos obliga a levantar nuestra decidida voz en contra de las perversas decisiones que asumen los círculos del poder con la intención de frenar el avance de las luchas populares .

La angustia y dolor de los familiares de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa es el aviso permanente para no olvidar masacres como las de Cantaura, Yumare, El Amparo y el terror del Caracazo en 1989, con la cacería a mansalva de compatriotas y fosas comunes para depositarlos como animales.

Ayotzinapa es el último llanto y grito de este continente que a cada instante siente el rigor de la misma invasión que los poderosos disfrazan con la criminalidad de paramilitares, narcotraficantes, sicarios y todo bagaje de mercenarios.



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Juan Azocar


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