Ética, socialismo y gobierno

Revolución crítica de la razón pura

¿La crítica no puede estar por encima de la unidad de los revolucionarios?
¿Pero qué principios y críticas le fundamentan, conceptualizándoles? ¿Hacía que unidad? y ¿procedente de qué doctrina? ¿A través de qué ideología? ¿Oposición “yihadista”? ¿parasocialismo? ¿Humanismo real?

Todas universales categorías, dentro de contextos distintos, pero con sus categorías puras para el entendimiento, el conocimiento verdadero, como principios, ontologías, el respaldo y sustentación epistemológica, en su lógica ciencia, que intentan hacerle lograrse como fecunda nación estado para y en el desarrollo con un sistema de gobierno socialista. Alcanzando el método universal para la justicia social, la paz automática
Del posible, limitado análisis de mi parte, de las categorías discursivas presentes como notorio criticismo actual en la política venezolana de gobierno, y las aplicaciones terroristas que se le oponen yihadistamente

La unidad revolucionaria en torno a los principios como un sistema orgánico integral aclarado en fundamentos, -y no de los circunstanciales integrantes como individuos “revolucionarios,”- puede y debe ser incondicional, no está, ni por encima, ni por debajo, es unidad, una identidad inequívoca; pues ella misma, la revolución es la crítica, pues ésta le subsume implícitamente identificada afirmativamente, como unidad esencial legitima respecto a la doctrina; cuando aquella es puramente genuina, se hace dialéctica constructiva, el laboratorio quirúrgico social necesario e indispensable; sistemática, coherente programática para planificarla, desde y para su más alta refinada doctrina, se debe superar a sí misma siempre, en dialéctica, para la constante perfectibilidad epistemológica, lo monolítico esencial, el “Ser” revolucionario que no cambia, pero trasciende; el conocimiento trascendental es revolución, veamos a Jesús, como el Cristo histórico a sujeto axiológico, derecho, prescritos en diez mandamientos humanos, es derecho de y en hecho, para la convivencia, “buen vivir revolucionario” invariablemente en cualquier parte, así lo señala el conocimiento verdadero, no la falacia doblete moral, sí la ética de la filosofía política, por ello, es la esencia humanista que se vislumbra utópica, pero en adelanto combustible histórico trascendente, al mundo mejor posible que le alimenta, una verdad universal certera, que se acrecienta por ello eterna, sujeta por sí, a las implicaciones en todas sus relaciones y modos, en toda la súper estructura de derechos y deberes sociales humanos, el Estado de Derecho procede por ello de la Política que le funda, nunca lo contrario, -solo en fascismo,-

Respecto a su Estado Social mismo, actuando como sustrato civilizatorio progresista, pero no bañándose nunca en el mismo rio, una verdad heraclìtiana conjunta con otra verdad parmenìdica, ganado con la práctica ejemplar de virtudes, la historia de las civilizaciones que le refundan en el Estado Ideal, con valores cualificados, evolucionados para introducir los cambios históricos necesarios, “Golpe de Timón” sino, no es revolución critica, es reforma acrítica

Critica, sin ser dogmática, ni solo romántica idealista, ni fetiche idolatra de hombres, aunque sí, rinde homenajes, y es reconocedora de las virtudes de líderes maestros históricos en las más diversas facetas, por ello en nuestro caso inédito, El pensamiento de Chávez, luce atractivo.

Tomamos del marco teórico actual venezolano, complejo en lo psicológico, estructural y socio político económico, los contenidos precedentes como antecedentes del “socialismo” histórico, sus diversas experiencias, críticos teóricos y realidades prácticas, el criticismo historicismo como el tratamiento científico a la “verdad,” suceso, proceso, tiempo, y espacio percibido, el juicio de la facultad de juzgar con la idea de Hegel, tomada por Marx en su análisis económico social, es aparejado al método concreto de la lógica ciencia; pero, le hacemos la respectiva pertinencia contextual, de ajustes de categorías aclaradas en los más disimiles aspectos sociales encontrados; -claro-, siempre se filtran los antagonismos de privilegios de clases, -somos humanos, sagrados y obscenos, queremos ir y saber más allá del bien y el mal; la lucha de clases es eterna, vamos por el superhombre, hoy además espiritual, que me disculpen los marxologos y Nietzsche por la ligereza, pero esa es la naturaleza compleja a superar, -por ello, es más, una actividad de hacer consciencias con contenidos puros para el entendimiento, que de comprarlas mentes vacías,- aclarándolas en principios y fundamentos doctrinales, La gaya ciencia por ello es dialéctica, materialismo histórico, prevaleciendo el método en sus innumerables estilos; consistente en el permanente debate de ideas fundamentadas.

Tesis, antítesis y síntesis, o cuantificación de muestras tomadas estadísticamente, para una visión del todo, si vamos también del lado positivista estructuralista funcional; limando contradicciones, egos, intereses de identidades, terceros entendidos, invasiones, ambigüedades, ambivalencias, dilemas, en fin, todo lo que le constituye ciencia social; la psicopedagogía socialista, podríamos calificarle, es compleja, es la civilización en relación critica para el futuro inmediato, imponiendo el poder del conocimiento, que es lógico se presenten como oposiciones, para superarlas, por eso avanzamos; por el entusiasmo critico; precedido de Fe en el diseño, investigación, análisis, para diagnósticos de problemas, perfiles de métodos estratégicos para su formulación didáctica. La decantada revolución crítica en y desde la razón pura, ética, estado y gobierno.


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Alejandro Álvarez Osuna


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