Algunos elementos didácticos a mejorar en las aulas campesinas

Evidentemente, nuestra experiencia en los espacios de aprendizajes de los campesinos es nueva en varias perspectivas, la primera de ellas es haber creído en una educación y un modelo de aprendizaje que tenga como centro al hombre y la mujer del campo. En segundo lugar, comprender y estar convencidos de la necesidad de reconocer el saber ancestral de los campesinos, y en tercer lugar, tomar como referencia su espacio vital, las zonas campesinas para desarrollar una pedagogía liberadora de la rémora academicista que ciertamente limita la capacidad de aprender de las personas. "Aquiles Nazoa, ferviente creyente del Saber Popular, muy sabiamente dijo: ‘CREO EN LOS PODERES CREADORES DEL PUEBLO’. Hay un mediocre y generalizado paradigma de que el ‘Conocimiento Valedero’ reposa sólo en el dominio de los ‘profesionales universitarios’, eso es ‘tamaña mentira’ (Vivas. F).

La incorporación activa de sujetos históricos (maestros campesinos) a las labores de construcción colectiva del conocimiento, hasta ahora ha sido vital reconocer y restablecer la confianza en sus propios saberes, nuestra propuesta de educación campesina, milagrosamente ha permitido que las aulas campesinas tengan un sostén permanente. Esta innovación está basada en sus propias fuerzas, en la apuesta por el interés del colectivo, en el logro de una educación emancipadora y liberadora en la que se escoge la comunidad del campesino, sus maestros, el auto reconocimiento y la disposición de emprender una nueva visión de la manera en que se comprenden ciertos procesos que puedan ayudar a mejorar la calidad de vida. Esto es eminentemente lo que dirían los estrategas en planeamiento, una victoria temprana.

El reconocimiento al otro, viendo en él un conjunto de cualidades y saberes no sólo de agricultura sino también de la "vida campesina" en general, representa para nosotros el más importante hallazgo de la nueva pedagogía liberadora, esto siempre estuvo allí pero la pedagogía de la opresión negó los saberes de la comunidad, los sustituyó y los convirtió en banales.
Pero ¿qué aspectos debe mejorar la educación liberadora propuesta por la Universidad Campesina de Venezuela “Argimiro Gabaldón”, para hacer de la educación campesina y emancipadora una victoria contundente?

1) Convencernos que lo que estamos haciendo está acompañado por nuestro pueblo, que siempre ha estado esperando una propuesta como ésta y finalmente llegó la hora.

2) Mantener la práctica que debe convertirse en un principio, lo que estamos haciendo no es cualquier cosa, no son simples cursos para entregar certificados, no. Estamos haciendo praxis, es decir, lo que decimos lo hacemos, y debemos estar realmente convencidos de que estamos acompañando a un importante sector de la especie humana en su proceso de liberación.

3) Esta acción pedagógica está contribuyendo a dos cosas realmente sublimes: en primer lugar, mantener a nuestros campesinos atados a la tierra para producir alimentos libremente, bajo esquemas de respeto y consideración por la tierra (eco socialismo), y segundo, garantizar nuestra independencia en el acto de hacer realidad la seguridad y soberanía agro alimentaria. El sostenimiento en el tiempo de estas proposiciones pasa por:

a) Mejorar los procesos académicos en las aulas campesinas, es decir, asumir la disciplina consciente en el sentido de su funcionamiento, horarios para el trabajo y para el aprendizaje, todo ello bajo el principio de libertad, entendida como el derecho que tenemos en el respeto que estamos obligados a tener por los demás, norma el hecho de que "mis derechos terminan donde empiezan los de los demás" (Juarez, B.).

b) El manejo, la desaprensión y aprehensión de nuevas formas de conservar y mejorar lo aprendido, siempre sobre la base de hacer la emulación socialista (enseñar con el ejemplo) es nuestra máxima. Acá quisiera detenerme un poco, ya que estamos acostumbrados al modelo academicista de enseñar cosas etéreas, es decir, contenidos y conceptos que tienen poca aplicabilidad en el uso cotidiano, a esto se debe en gran medida el fracaso de la educación bancaria y gerencial (que los otros vean cómo se las arreglan). El profesor y los asistentes del aula campesina se convierten en una especie de hermanos siameses, pues el acto de la docencia es sencillamente una complementariedad en la cual uno y otro se ayudan, aprenden, buscan resolver los problemas bajo la premisa de la praxis.

c) Los recursos son un tema que requiere mucha atención por el carácter práctico de la enseñanza, éstos en su mayoría estarán a nuestra disposición. El maestro campesino dispone de muchos, pero previamente debemos hacer un abordaje para que los mismos estén a la disposición del aula campesina. Es necesario ordenar los recursos para su uso en el momento que lo precisemos, por lo que se recomienda hacer una planificación previa, sin que la misma se convierta en una camisa de fuerza pero tampoco sea la espontaneidad la tendencia que rija nuestra acción pedagógica.

d) Los procesos de aprendizaje deben obedecer a lo que hemos denominado agendas de trabajo, dicho instrumento debe diseñarse de manera científica obedeciendo a las normas básicas del planeamiento, cuidando los espacios vacíos con alguna actividad. La Agenda de Trabajo deberá ser inclusiva, protagónica y participativa (recordemos que ella sustituye al formal horario de la educación tradicional), de tal forma que, todos los participantes manifiesten voluntariamente su deseo de interactuar en los espacios de aprendizaje. La plantación participativa y voluntaria como un acto agradable deberá ser la norma de nuestra participación protagónica, el modelo medular de trabajo en nuestros espacios productivos, por ello debemos insistir que esta práctica se traslade fuera del aula, es decir, a los predios, a las vivienda, costumbres y otro tipo de relaciones que involucren lo que hemos denominado "vida campesina" como forma de vida, liberadora y emancipadora.

e) Sería un error desprendernos de elementos didácticos y recursos para el aprendizaje que en las escuelas tradicionales han servido para fijar ciertos contenidos que nos convienen se conserven en la conciencia, para ello es necesario realizar una alfabetización tecnológica que permita el manejo de instrumentos informáticos tales como computadoras, cámaras fotográficas, celulares con dispositivos para la transmisión de datos, entre otros. Ello permitiría aprovechar los recursos que la revolución ha desarrollado en esta área para ponerlos al servicio de nuestro pueblo, verbigracia satélites que hacen menos difícil llegar a territorios cuyas características geográficas complican la comunicación. Por otro lado, es preciso mantener algunos elementos tradicionales como los papelógrafos que siempre deben apoyar las prácticas académicas, tanto de los maestros campesinos como la de los profesores. Enseñar su uso entre los maestros campesinos es de mucha importancia; éste es el mejor registro que permite por un lado repasar los aprendizajes, y por otro, visualizar algunos elementos que según su importancia y jerarquía deseamos sean captados de la mejor manera. Así que no descartemos ningún tipo de recurso, ya sean los más sofisticados como hasta aquéllos que aparentemente pudiesen lucir arcaicos.

f) Es imprescindible adecuar los sentidos a las costumbres de los campesinos, cuidar el tono de voz, el cuento como elemento pedagógico y la importancia de la palabra en la "Vida Campesina", no olvidar aquello que entre los campesinos es una ley: "la palabra es un documento". Estar atentos a los modismos y localismos de las comunidades campesinas, detalle que nos permitirá que nuestros mensajes y los de los campesinos se vuelvan sencillos. El principio que guía esta acción es la comunión (unión de los comunes), en función de los intereses compartidos y la búsqueda constante del bien común como una necesidad perentoria. Es igualmente importante mantener la comunicación franca, diáfana y transparente, esa que permite la pedagogía del encuentro, en la cual cada grupo se reconoce y a la vez nos reconocemos en el colectivo. De esta manera se drenan los aprendizajes, se pueden dinamizar y romper con mitos que nos separan del conocimiento de las ciencias.

Esta nueva pedagogía es la que desde la Universidad Campesina de Venezuela “Argimiro Gabaldón”, estamos construyendo; los campesinos se han apropiado de este modo de mirar la realidad, las aulas campesinas como espacios para el desarrollo de los saberes campesinos donde la producción constituye un elemento dinamizador de las nuevas prácticas pedagógicas.



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Arnaldo Guédez


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