Ébola. Alternativas y desvergüenzas

Los que formamos parte de este mundo occidental, con ínfulas de civilizados, somos desvergonzados, es decir, dicho con un giro lingüístico, para ser más exactos, somos unos sinvergüenzas.

    Esto lo debemos interiorizar, desde todos los espacios en donde el supuesto mundo civilizado concerta, como la Unión Europea (UE), la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización de Estados Americanos (OEA) y todos sus órganos y derivados.
     En estos espacios, ahora, cuando la muerte por Ébola poco se puede ocultar o disimular, se han tomado medidas para aislar a los africanos y que no entre ninguno de ellos, tenga o no tenga este virus que ha cobrado la vida de un cincuenta por ciento (50%) de los infectados por esta epidemia con ribetes de pandemia y que hoy amenaza a la humanidad, hasta que (calculan los traficantes de vida) se logre alcanzar la dependencia y el psicoterror que le posibilite la jugosa ganancia a algún laboratorio de cierta transnacional, que venderá la cura o antídoto que contrarreste el Ébola, sin importar la secuela de muertos y la de salud, que mermará aún más a los países más pobres del mundo.

      Y somos unos sinvergüenzas, que comemos del mismo plato de EEUU, le hacemos el celestinaje a sus invasiones, bombardeos y asesinatos en masa, amén de preservarle su "Derecho a veto" en el Consejo de Seguridad de la ONU.

     Pero, somos más sinvergüenzas, porque no pasamos de proclamas y comunicados manidos en relación con el país que lleva más años de bloqueo económico y de todo tipo de vejámenes por parte de EEUU, de sus colonias y cómplices.

     Nos referimos a Cuba, la que partió en vuelo, con un montón de "batas blancas" a llevar vida y salud, en todos los rincones posibles del África, donde el Ébola hace estragos, en ese Continente que por siglos no ha llovido sino sufrimiento, explotación y dolor, a pesar de sus majestuosa riquezas minerales y naturales, sobre todo, muy a pesar de la belleza y pureza de su gente, que no es negra, ni blanca, ni amarilla, ni mulata. Simplemente, es África.

      Finalmente, los países de la Alternativa Bolivariana para las Américas - Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA - TCP), han seguido el ejemplo de vida de la hermana Patria cubana y se han sumado a esta lucha, posición contraria a otros organismos y gobiernos, en donde solo han buscado aislarse de la epidemia y hacer control de daños, hasta que la muerte toque a su puerta (como sucedió y sigue sucediendo en Palestina, Siria, Libia, entre otros vecinos) y tengan que entregar sus riquezas al imperio norteamericano, que sacará la cura en el momento más crítico de la población mundial, en venta que los saque de su crisis y ponga a sus pies a los países afectados, ya que el boicot en los precios petroleros y las invasiones al Medio Oriente, no garantizan que EEUU salga de la quiebra en la que se encuentra.

      Todavía quedan desvergonzados occidentales, que hubo contingentes de coterráneos que criticaron duramente al Presidente Nicolás Maduro, con comparaciones y exigencias bastardas, porque a él, como lo hubiese hecho el Comandante Chávez, se le ocurrió dar un modesto aporte para luchar contra esta epidemia, que a cada minuto mata a un ser humano.

     Pudiéramos agregar, que a pesar de las cosas buenas que se gestan para salvar el mundo, algunos siguen siendo sinvergüenzas o desvergonzados, cuando ante este desconcierto mundial de epidemias, guerras, dictaduras, coloniajes, reyezuelos anacrónicos, saqueos y bombardeos, nos hacemos los pendejos y miramos a otro lado, para imaginarnos no ver lo evidente.

     Mientras EEUU bombardea, lleva muerte y hace uso crematístico de la salud y de la vida, Cuba liderando a los países del ALBA-TCP, lleva vida a nuestros hermanos de África, contra el Ébola, contra el hambre, la miseria y el atraso.

     De eso se trata el nuevo mundo multicéntrico y pluripolar, que obtusos no logran entender, aunque la práctica nos diga que esta es la alternativa, para la vida y la paz.



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Luis Alexander Pino Araque


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