Aporrea es la hechura de sus miles de lectores y cientos de personas, que ante la inexistencia de espacios para el debate, en el seno del PSUV y en general en las instancias de gobierno, nos atrevemos a escribir, algunos de nosotros sin aportar mucho y otros, ya versados en el asunto, con una gran trayectoria en el arte de escribir desde sus diversos estilos, realizan grandes aportes críticas bien fundamentadas y apreciables orientaciones tecno políticas.
Afirmar categóricamente que algunas personas que escriben en Aporrea, no sean infiltrados, tal como ocurre en muchas esferas de nuestro gobierno en sus instancias locales, regionales y nacionales, sería un acto de irresponsabilidad tan grande, como afirmar que Aporrea es un reducto de la derecha y mucho más irresponsable aún, decir tendenciosamente que pudiera estar vinculado al paramilitarismo.
O se profesa una gran mezquindad al no reconocer en Aporrea el predominio de posiciones de izquierda, o se forma parte de un plan destinado a aplastar a todo el que tenga alguna crítica contra el poder constituido, varias señales se han dado asociadas a esta ultima disyuntiva.
Ahora bien, si se trata de que Aporrea es un reducto de la derecha, con seudo intelectuales disfrazados de izquierda, tal como se afirmó Lanfrancys Colina, en ZK; entonces sería lógico pensar, que en ello tienen algún peso varios líderes connotados del PSUV y del gobierno, tales Adán Chávez, los Roberto, José Vicente Rangel, Freddy Bernal, Dante Rivas, Luis Brito García, Earle Herrera, Rodrigo Cabezas, Hindu Anderi, Atilio Borón, Toby Valderrama y Julio Escalona; solo para nombrar algunos.
El pecado capital para tan desconsiderada reprimenda contra Aporrea, la participación de Gonzalo Gómez en un debate convocado por la derecha, según ZK, se sentó al lado de una asesina. Ahora bien, en el marco de la lucha de clases, que por cierto, la derecha esconde detrás de la “polarización”; como gobierno nos sentamos la mesa de “diálogo y paz” con el joven Lorenzo Mendoza, símbolo de la gran burguesía nacional, no precisamente en un debate, sino en un diálogo, que él calificó como muy productivo, donde Mendoza quiso imponer condiciones e intentó direccionar las soluciones de la “crisis”, planteando iniciativas que le permitan una mayor acumulación de capital, a costa del hambre del pueblo y la explotación de los trabajadores, actitud tan criminal, como de Maricori, todos ocultándose bajo un manto de supuesto “desarrollo del país”.
Siempre que tenga oportunidad y tiempo, seguiré acompañando en este portal al resto de los colegas operadores de la C.I.A., así como, a la ultraderecha y los seudo intelectuales disfrazados de izquierda; calificativos poco creativos utilizados desde algunos cenáculos del poder constituido para criminalizar la crítica, disparando desde varios espacios del PSUV y del gobierno en general.