Ni lo uno ni lo otro, es lo que es

Soy un tipo de pequeñas ciudades, de pueblos donde el tiempo es lento y que le da uno cierto espacio dentro de nuestro quehacer laboral y ciudadano de pensar. No me gusta morar en la estridencia de nuestro eje central geográfico, demográficamente constipado: Carabobo, Aragua y la gran Caracas. Pero, los provincianos como yo dependemos directamente de las decisiones que surjan de allá y en tiempos de nuestra Bolivariana Revolución, se mantiene esta situación.

He escrito públicamente poco para mi gusto, porque cada día que tomo el teclado para opinar sobre algo, el frenesí y la dinámica sociopolítica nuestra e internacional se modifica o pierde cierta vigencia. Pero, hay una situación que lejos de ser una eventualidad, está creando una especie de callosidad dentro de la fuerzas revolucionarias por su reiterado accionar, sean estas posiciones de la vieja dialéctica comunista hasta la bisoña y inédita visión del socialismo chavista. Hay una pugnacidad y es más que evidente y esto que ahora está en etapa de creación, ya está cogiendo forma, sobre todo a lo interno del PSUV.

El camarada Hugo Chávez en su recordada alocución del 8 de diciembre de 2012 nos decía: “Patriotas de Venezuela, hombres y mujeres, rodilla en tierra. ¡Unidad, unidad!, ¡unidad de los patriotas!, esa debe ser nuestra divisa. No faltarán los que traten de aprovechar coyunturas difíciles para mantener ese empeño de la restauración del capitalismo, del neoliberalismo: ¡No!, no podrán” y además reafirma que “…tenemos Patria, Venezuela ya no es la misma de hace 20 años, tenemos un pueblo, la Fuerza Armada, la unidad nacional. Si en algo debo insistir en esta nueva batalla es, fortalecer la unidad nacional en todas las fuerzas populares, en todas las fuerzas revolucionarias, la unidad de toda la Fuerza Armada, del Ejercito, de la Marina. Digo esto porque los adversarios, los enemigos del país no descansan ni descansarán de intrigas, de tratar de dividir, y sobre todo aprovechando circunstancias como estas. Cuál es nuestra repuesta: ¡Unidad, unidad, unidad! Esa debe ser nuestra divisa”. Ahí podemos ver que el Comandante de esta revolución latinoamericana, tenía más preocupación por el devenir político y social de nuestro pueblo, que por el maligno padecimiento físico que estaba sufriendo. Él era inconmovible a su individual dolencia, porque estaba por encima la continuidad del legado de nuestro bienestar colectivo.

Pero, aun tibio su cuerpo y congestionados nuestros rostros de tristeza se empieza a desatar una especie de “peronismo” dentro de las filas del PSUV. Las corrientes existentes que estaban represadas convenientemente, empezaron a crear sus propios reductos nacionales, regionales y hasta locales con una variopinta ideológica que estaban latentes, pero que emergieron no de manera espontánea, sino que era su naturaleza y todas ellas pretendiendo arroparse en el manto del chavismo, como si el chavismo no tuviera un componente arraigado como era su talante socialista en lo ideológico y en la praxis. A la unidad que nos inculcó de manera ejemplarizante Chávez la quieren bambolear, asumiendo este mosaico de retazos, un baremo con el cual se “evalúan” para adjudicarse quien es más chavista que el otro. Esto pasa por una metralla de críticas con pretensiones de pugnacidad hasta la susceptibilidad de ver en cualquier observación pertinente, trazas contrarrevolucionarias. Y esto hace daño, porque nuestro sensible pueblo a pesar de lo reivindicativo no asimiló de manera ideológica que este gobierno le ha dado su preeminencia y asumió la emocionalidad como fe al proceso y a la figura de Chávez, mas que un pensamiento de afianzamiento socialista. Al partir nuestro Comandante, partió de manera eventual con el esa fuerza emocional de arraigo hacia este proceso y lo vimos expresado en abril de 2013. No era la desconfianza hacia el Camarada Nicolás, era el contacto de los cinco o seis sentidos hacia Chávez que ya no existía y que la derecha supo capitalizar. Fue nuestra culpa que la transmisión y fijación ideológica y emocional de lo que reviste nuestro proceso no se hizo de manera conveniente y convincente, para que el pueblo entendiera, que la revolución entendida como hasta ese momento, iba a trascender más allá del adiós físico del Comandante. Esa era la realidad que el compañero Nicolás asumió y que poco a poco y con un escenario de una bestial guerra económica, ha ido fortaleciendo con toda las dificultades que a veces los escribidores no entendemos o nos adjudicamos y que muchas veces se exponen sin cortapisas de manera intencional y no conveniente para la revolución.

El problema no es quien escriba en Aporrea o Ensartaos o a quien le publiquen o no en estos portales o en otros. Ojala le pudiéramos llenar las páginas virtuales o los medios desestabilizadores de la derecha con nuestro parecer, porque al enemigo hay que tenerlo cerca y combatirlo en su terreno y de esta manera hacerles pasar arrecheras a sus opinadores, desnudando y exponiendo sus manidos e insidiosos argumentos, no descalificándolos por sus debilidades o miserias humanas, sino atacando y defendiendo más que con pasión este proceso, con nuestra profusión revolucionaria.

Cada uno de nosotros tenemos una particular visón y expresión del acontecer socio-político, del cual somos responsables al emitirlo. Pero esta opinión debe ser apreciada de manera crítica por su contenido, más que denostar a quien la expresa. Si hay algo que nos debe unir es la animadversión hacia la derecha entreguista, conspiradora y sociópata y lo mas importante, el hecho heredado de que esta revolución es Chavista porque “millones de ustedes que hemos venido conformando un solo ente, porque ya Chávez no es este ser humano, Chávez es un gran colectivo: Chávez es el corazón del pueblo y el pueblo está aquí en el corazón de Chávez”. Lo dijo el Camarada Chávez y con todas nuestras diferencias la unidad debe prevalecer porque Chávez somos todos los que creemos en esto, sin atribuirnos el hecho exclusivo y excluyente de serlo.

Sin Chávez no hay Revolución, porque Chávez es la Revolución. Y todos somos Chávez, porque está Revolución es Chavista.


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Carlos Contreras


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