Red nacional de escritores socialistas de Venezuela

La lucha ideológica, ética, política, económica, educativa, sociológica, psicológica, moral y en suma cultural surgida en Venezuela a partir de 1998, constituyó una desafiante actitud colectiva, agrupada inteligentemente en aquel cognomento de la campaña electoral de entonces, que apelaba al sentimiento nacional propugnado por el nuevo líder democrático del país, el teniente coronel Hugo Rafael Chávez Frías; a la postre satanizado y vilipendiado por toda la artillería televisiva y de los grandes medios impresos hispanoamericanos (El País y El Mundo de España, Clarín de Argentina, El Nacional de Venezuela y El Tiempo de Colombia, entre otros), fieles y patéticos remedos de CNN y del New York Times, Washington Post, USA Today, The Wall Street Journal, Miami Herald, El Nuevo Herald, Los Angeles Times, y demás combos de la “información” globalizada. Incluso, después de su muerte acaecida el 5 de marzo de 2013, persiste la duda y la incerteza de las causas de su grave enfermedad, toda vez que se sospecha de la inoculación de un virus cancerígeno en el agua mineral que a diario tomaba, con la complicidad de su entorno o algún funcionario cercano, de los tantos que rondan Miraflores con la careta de patriotas pero que trabajan encubiertos para el enemigo imperial.

Escritores venezolanos e internacionales (con Noam Chomsky y Eduardo Galeano al frente) manifestamos con coraje la suma de nuestras voluntades y la utilidad de nuestras voces para contribuir a concretar ese sueño latinoamericano tan cercano a la utopía y al imposible: la lucha ancilar para conquistar nuestra independencia soberana, la autodeterminación de nuestros pueblos, la garantía de la anhelada justicia social y el bienestar colectivos para nuestras comunidades, así como el sostenimiento de economías no avasalladas por los imperios del capital cuyos ramas más visibles y condicionante ejerce el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

Ya las crisis socio-económicas de Brasil (1998-1999) y Argentina (1995-2001), además de la de Venezuela en 1989 (sin olvidar otras grandes crisis como las de México, Asia y Rusia entre 1994 y 2000) creaban un precedente de tragedia continental con los grandes fracasos de esos modelos foráneos impuestos a porrazos con la anuencia de los vendepatrias connacionales, tan letales para el desarrollo subcontinental como las mismas dictaduras diseñadas por el Pentágono y modeladas en la mal llamada Escuela de Las Américas, la misma que representaba una anti-escuela para las democracias latinoamericanas.

Los intelectuales, los escritores (poetas, novelistas, ensayistas, cronistas, decimistas, trovadores, etcétera), periodistas, académicos, educadores, economistas, historiadores, sociólogos, padres de familia, empresarios progresistas, campesinos, obreros, pescadores, trabajadores y soñadores de todos los niveles culturales y sociales teníamos en Bolívar, Miranda, Bello, Simón Rodríguez, Martí, Ernesto “Che” Guevara, Fidel Castro, Alí Primera, Mandela, Gandhi, Mao Tsé-Tung, Marx, Lenin, Luther King y tantos nombres y héroes patrios de la resistencia, de las ideas, de las armas, de la dignidad, de las luchas populares y religiosas (cualquiera fuera nuestra fe y hasta dentro del ateísmo en boga), profundas referencias y no pocas afinidades. Por eso, el proceso revolucionario de Chávez tuvo siempre esa enorme repercusión dentro y fuera de Venezuela, y la casta más casta de la oligarquía criolla y latinoamericana, así como del establisment de los Estados Unidos y Europa, lo supo desde el principio. En consecuencia, la batalla fue frontal. Hugo Chávez se erigió como un león y demostró esa facundia suya de orador nato, explosivo e implosivo, altivo y valiente, siendo él mismo en cada escenario internacional y volviendo a la patria a ser él mismo en cada encuentro con los humildes, con los pobres, con los excluidos y los invisibilizados. Su energía humana sobrepasaba sus fuerzas físicas. Dormía poco, viajaba mucho; no descansaba, no tenía noches ni días, sino un continuum temporum para el trabajo, la creatividad, los debates, los ensayos, la improvisación, los errores y las continuas propuestas a sus equipos de gobierno.

Más allá de las tareas de Jefe de Estado y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas Nacionales, tuvo que soportar presiones para doblegarlo moralmente e ideológicamente, para llenarle los bolsillos con millones de dólares, para que no tocara al Estado dentro del Estado de entonces, es decir, a Petróleos de Venezuela y su combo sifrino de pudientes, de negociantes, de capos, de parásitos vividores del negocio petrolero a expensas del ochenta por ciento de pobreza crítica de los venezolanos, la rancherización de las urbes y pueblos, las enfermedades, el analfabetismo y el atraso general, así como el veneno corrosivo de la deuda eterna que diezmaba toda posibilidad de inversión social efectiva. También le tentaron las viejas carroñas del ejército, tradicionalmente servidumbre del poder económico. Hasta el día de hoy, las profundas transformaciones de Chávez dentro de la Fuerza Armada Bolivariana resultan inestimables. Su alto valor cívico, su aporte trascendental a la sociedad venezolana mediante la unión cívico-militar garante del éxito de las misiones sociales no se le equipara con ningún otro ejército de sus días. Por otro lado, nuestros diplomáticos vivían y actuaban dentro de una esfera elitista, dentro de una burbuja colonial globalizada, de espaldas a los intereses patrios. Hugo Chávez volteó la torta. Eso significó sacrificios humanos, de vidas, de recursos. Logró muchos convenios internacionales en condiciones de reciprocidad, solidaridad y trasferencia tecnológica mediante tratados y convenios operativos para crear empresas mixtas. El rescate de PDVSA, por ejemplo, y el consecuente paro petrolero, representó una pérdida material global superior a los veinte mil millones de dólares. Por otro lado, el cambio de la diplomacia significó otra dura batalla, y el mismo Presidente Constitucional Hugo Chávez lideró la diplomacia internacional, enfrentando cara a cara a los demás líderes mundiales. Algunos lo adversaron y otros se sumaron a su lucha. No pocos lo respetaron con dignidad, con admiración. Los verdugos del planeta obviamente lo odiaron. También los pitiyanquis criollos.

Los escritores y escritores bolivarianos de Venezuela entendimos y entendemos fielmente esta batalla, esta lucha y este proceso. Lo asumimos con protagonismo para la elaboración de nuestra Constitución Nacional en 1999, y en cada fase y etapa hemos estado en la vanguardia. Hay quienes nos niegan esta hora. Hay quienes han pretendido imvisibilizarnos ahora. Piensan que estamos muertos. No es así, camaradas, compatriotas. La Red Nacional de Escritores y Escritoras Socialistas de Venezuela no sólo ha impulsado y discutido el proyecto de Ley Orgánica de la Cultura, entre otras leyes, así como el Plan de la Patria y las luchas de otros pueblos que resisten las maquinarias bélicas imperiales en todo el mundo, sino que brinda apoyo permanente a los intercambios culturales latinoamericanos y caribeños, africanos y asiáticos, europeos y de otras regiones, al ALBA, al MERCOSUR, al CELAC, a PETROCARIBE, a nuestras embajadas y consulados. Así mismo, el Ministerio de la Cultura y el Ministerio de Educación, entre otros ministerios, cuentan permanentemente con el apoyo de la Red de Escritores de Venezuela. Su creación data desde 2005 y desde septiembre de 2011 se clarifica su denominación para insertarla protagónicamente dentro de la lucha ideológica, política y socio-cultural del país como Red Nacional de Escritores y Escritoras Socialistas de Venezuela.

Su accionar es patriótico y de compromiso revolucionario. Que no quede dudas. Hay la propuesta de actualizar su directiva y alcanzar su relanzamiento definitivo. En lo personal estoy ganado para esta idea, con sentido de pertenencia, de trabajo y de responsabilidad. Sus principios de organización son anti burocráticos y así debe prevalecer. Su voz es colectiva y así la haremos sentir. Su perfil es emancipado y emancipador, por tanto integracionista, multiétnico y pluricultural. Debemos a uno de nuestros grandes poetas, Gustavo Pereira, los presupuestos más notables para la refundación de la Patria y ese perfil debe cristalizarse en la ejecución de todas y cada una de las tareas de la Red Nacional de Escritores y Escritoras Socialistas de Venezuela. El gobierno del Presidente Nicolás Maduro Moros así lo necesita, como cabeza de Estado para mantener la batalla ardiente contra el sicariato político, el paramilitarismo, las guarimbadas, los saboteos económicos, el desmontaje permanente de la acción del gobierno y los medios de ultraderecha y la contrarrevolución.

Hasta ahora hemos participado escribiendo y debatiendo, criticando y denunciando, señalando errores y canalizando propuestas que emite el mismo pueblo chavista que escuchó a Chávez y a quien Chávez escuchó tantas veces, con amor, con rabia, con sentimiento. Podemos ser voz activa y participativa de la contraloría social, por ejemplo. Por ello, urge rescatar la página web, si aún es posible, www.reddeescritoresdevenezuela.org.ve, para convertirla en medio de consulta y promoción de ideas capaz de hacer frente a otras páginas web bien artilladas y seguidas por la oposición, la oligarquía, los enemigos del futuro. Igualmente urge el registro detallado, minucioso, inmediato y sincero de todos los escritores venezolanos y extranjeros residenciados en el país, estén donde estén, hagan lo que hagan, para mantener un trato directo, personalizado, consecuente y de compromiso con su hacer literario y con su aporte a la lucha política, literaria, educativa, social y protagónica para el bienestar de la patria. No más exclusiones. No más olvido. No más indiferencia. Yo me ofrezco para esta iniciativa.

Las voces jóvenes que han surgido con la revolución bolivariana socialista-chavista no sólo sorprenden sino que nos comprometen hondamente. Tienen calidad los muchachos. Tienen coraje. Se están formando y están creando decididamente. Así lo demuestran Jairo Rojas Rojas (Mérida), Acuarela Padilla (Falcón), Yuri Patiño (Amazonas) y Víctor Manuel Pinto (Carabobo), como breve muestra, junto a un grupo destacado de jóvenes que han participado en las regiones y en Caracas durante las diez Ferias Internacionales del Libro, Filven, y los diez Festivales Mundiales de Poesía, además de otros encuentros, foros, discusiones y proyectos revolucionarios. Así mismo, hemos participado como grupo de apoyo a la Revolución en diversas convocatorias. Sin embargo, el compromiso debe centrarse en la creación, en la obra y el quehacer diario. Debemos integrarlos a la plataforma de la lectura, la cual urge rescatar y relanzar. Volver a los encuentros con los niños y adolescentes, con los lectores en las plazas, con el libro en las manos, sacándolo de las bodegas y los arrumes de las editoriales y demás organismos del Estado. Hagamos circular las miles de obras editadas y que se vayan con nuestros lectores. Propiciemos medios para la difusión de la crítica y la promoción de las obras editadas en Venezuela, como parte del esfuerzo gigantesco impulsado por nuestro Comandante Eterno. Que nos sientan como pueblo lector y como pueblo creador de literatura en toda América, en toda Europa y en todo rincón del planeta.

El estímulo a la conciencia crítica es esencial en nuestra praxis intelectual. No podemos sucumbir otra vez a la usanza de esas élites enquistadas del pasado. Si hay un Año del Joropo pues valoremos eso como parte de nuestra identidad y de nuestra idiosincrasia y escribamos sobre eso. Investiguemos y entrevistemos a nuestros cultores populares. Vinculémonos a cada nueva tarea del Estado en materia cultural y educativa como un equipo múltiple, guerrero, participativo y protagónico. Se pueden alcanzar los medios materiales si media la voluntad, el deseo de lucha, el espíritu de combate. Podemos decir no al hombre-masa y la corrupción al mismo tiempo que rescatamos la imagen del pintor olvidado, la voz del músico ignorado, la gloria del pobre sacrificado en el pesar y la ignorancia. Los escritores y escritoras no somos dioses sino humanos sensibles, solidarios, hijos también de la Humanidad. Si nos articulamos en una Red es porque somos un equipo. Si nos organizamos como parte de una revolución es porque tenemos las agallas. Si escribimos es porque creemos en nosotros mismos. Nuestro mensaje tendrá validez en la misma proporción de nuestro compromiso histórico.

La Red Nacional de Escritores y Escritoras Socialistas de Venezuela actual tiene varias coordinaciones en su estructura jerárquica, a saber: Programa Nacional de Organización y Estructura, Programa Nacional de Integración de las Artes, las Letras y Colectivos Culturales, Programa Nacional de Red de Escritores de la ALBA, Programa Nacional de Promoción de Lectura, Creación y Formación; Programa Nacional de Certámenes, Bienales y Eventos, Programa Nacional de Seguridad Social del Escritor y la Escritora y el Programa Nacional Editorial. Además, cuenta con 23 capítulos estadales en todo el país, con sus respectivos voceros así como imprentas regionales que cabe revisar y evaluar a nivel de operatividad y disponibilidad dentro de los Gabinetes de Cultura dependientes del Ministerio de la Cultura. Se sabe que el centralismo administrativo-financiero, por ejemplo, merma los alcances de estos gabinetes. Algunos tienen grandes limitaciones operativas y escaso impacto comunitario. Hay que revisar, evaluar, proponer, escribir constructivamente sobre esto para que se oiga y se reconozca en las instancias de mayor nivel. De este modo se pueden corregir fallas y surgen propuestas y estrategias fundamentales para la acción cultural integral, comunitaria y efectiva. Independencia y soberanía, compromiso y resistencia han de ser nuestras banderas; la Patria, nuestros Libertadores y Hugo Chávez Frías nuestra fuente de energía creadora.


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José Pérez

Profesor Universitario. Investigador, poeta y narrador. Licenciado en Letras. Doctor en Filología Hispánica. Columnista de opinión y articulista de prensa desde 1983. Autor de los libros Cosmovisión del somari, Pájaro de mar por tiera, Como ojo de pez, En canto de Guanipa, Páginas de abordo, Fombona rugido de tigre, entre otros. Galardonado en 14 certámenes literarios.

 elpoetajotape@gmail.com

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