Descolonización del Ser

Por ocasión de esta fecha de “redescubrimento”, en el sentido específico del término, puede decirse que se ha diseñado un discurso inédito en variadas frentes, aparentemente desconectadas, mas íntimamente vinculadas por el esfuerzo de retención del caso, sobre todo, a quien imagina por fin que todo hay que estar vinculado; nada ocurre aisladamente “bajo el cielo” en ese mundo de dios. Comencemos pues. Primeramente, vivimos el resultado de una “colonización” que nos ha sido pasada como una nota de “reales”, de curso obligatorio (autorizada por el Estado), y con ello aceptar el día a día de sudor y sangre que hemos derramado con toda normalidad posible, no la sabemos, de hombres comunes (de “sentido común”, según clasificación permitida por la Filosofía); pregunta: ¿en lo qué resultaría se fuéramos inconformados con esas “obligaciones”, referidamente, a los que viven y mueren medianamente de los 20 a los 60 años de edad en el Brasil, país alegre y pasajero, que, por aproximación exterior, sostiene como a unos 30 millones de transeúntes en las carreteras, sin hogar o sitio cierto para morar. Hoy lo que resta es la angustiante vida de tener que tolerar los contrastes; a veces, resignarse con ello, de hasta sentir como parte de un “destino” divino a que nos fueran acostumbrando. Hubo cambio político, administrativo y tal, pero cambio socio-cultural ¡hasta ahora nada! los instrumentos de la antigua opresión siguen adelante; siguen de pie (mismo que sea en Venezuela). En segundo lugar, como habitantes del mundo, somos como habitantes urbanos expulsados do campo. Eso puede ser visto a ojo desnudo, sin que haya necesidad de irse a la “silla de la escuela”, mejor dicho, a un “laboratorio” escolar (alias, el “laboratorio transnacional” se volvió, se ha constituido ya en sustituto “normal” y progresivo a la universidad, la cual ya no dispone del “monopolio do saber”: secuestrado, antes, de las comunidades -es como si este saber pueda realizar con espontaneidad una movida “venganza”; la misma que hasta entonces ha realizado el papel de ejercer el “derecho”, de forma de saber verdadero y garantizar su presencia social-: de vivir por arriba de la sociedad (de cuyo cambio que, por un rato, hablaremos). No sólo fuimos expulsados de la tierra para habitar el clima oscuro e incierto
de la ciudad (hay una “invención” de que revivimos el ambiente de
la polis griega, todo eso como forma de“engañar a los bobos”, a los
entusiasmados, frente a la “separación” que el “moderno” propicia); con
eso, exentamos o eximimos al latifundio (las transnacionales que para allí
migran), dando con ello ocasión a la formación a
la intransferenciapredicada de la propriedad por el “derecho constituido”,
transmitiendo el “mito” del no-regreso al campo, con que se obliga la gente
al filtro jerarquizante de la ciudad, como que forjara en él la instancia de
un ser “siempre de abajo” (humilde): que es ésa así traducida oficalmente
pelos medios, en sus varias derambulaciones por la ciudad (con que aprende
a “conviver en los grandes centros”: “los modales”, “conversar de
conformidad con la ‘gramática normativa’”; a “huir de los carros”, de aquí y
de allí; a “travesar semáforos” [hasta cartillas se ha confeccionado con
instrucciones de “cómo atravesar a la calle” lo hubo]: “andrajoso por las
calles” con sus cuadrados propietarios; de la calle hace su vida, y de “ladrón”
es tildado el campesino por buscar ”manera de valerse” con el modo de vida
de la ciudad; “vive como ne las plazas”, etcétera). Todos estudios, en verdad,
consagrados antes a ello, relacionados con la “ciudad-campo”, fueron
considerados incompletos, insuficientes; se han puesto a la margen, sin
suceso. Por ejemplo, Marx y Engels solamente “tocaron” el asunto: no les
movió sino la preocupación principal en aquel momento; ambos estaban
ocupados con la cuestión de la Economía Política.¡ Nada más que eso les
importaba! Necesario era reflexionar sobre lasdebilidades de la Economía
Política, la cual seguía fundada, como toda manifestación científica de
aquella época europea (1818-1883), en un positivismo de corte platónico,
basada en esa tradición -fundada en la “no-contradicción” filosófica, de la
Filosofía desde antes de Aristóteles- y verter el pensamiento a la solución de
una “sociedad sin clases”, para el socialismo -aunque sea en Europa la propia
cuna de los platonismos y individualismos exacerbados, alias, que equivalían
entre si: era lo máximo que podían pensar obtener de esa “linealidad
histórica” los autores del del socialismo. Luego, difícilmente iban esos
fundadores ocuparse de esa contradicción, poco más hicieron que probar la
necesidad de un vínculo dialéctico, que a todo fundaba, y huir con evidencia
del “evolucionismo” que brindaba aquel “método” positivista fácil, con ello,
mantener intacto el mundo jerarquizado como bien lo querría y en él
desembocaba la filosofía de Platón y compañía.
Un tercero “redescubrimento” puede ser visto en eso todo, como parte de nuestra producción fecundadora. Y que la escuela es un lugar “expulsador” intermediario, agencia mediador intermedio que ayuda a la expulsión del hombre del campo. ¿Cómo, a escuela? ¿Con toda su “necesaria presencia”, con que ejercita el bien de la letra? ¿No será que el “autoritarismo” no llega allí por la vía de la “ilustración”? La habilita el hombre (claro, a la mujer, al niño) para “recibir” ese bien de la “alfabetización” ¿la que hace del ser humano un ilustrado? Sin embargo, la ausente de valores terrenos y los hace “preparados para la vida urbana”. Todo indicando que así es: ese ser se vuelca para los valores (?) del mercado y pasa al cultivo único de esos pseudos valores. Ya no es más la tierra que debe ser imaginada: ha sido desplazada por otras cosas interferentes, que se les atraviesan. Es decir, nos hemos envuelto otra vez en “aguas revueltas” del urbano. Ya no se piensa que la tierraes el sitio de la relación hombre-tierra. Acaso si hay necesidad del café, de la caraota, inversamente, lo único que se carga en mente es lo de irse al “supermercado”, a buscar esos producto, anticipadamente rotulados, “empaquetados”, con marcas que poco tienen que ver con la precisión demandada. ¿Y la escuela, la universidad? Son lugares que nutren la voluntad del “hijo del pueblo” con intenciones externas; lo que piensan ahora es en: “despegarse” para el modelo de vida de Europa (Paris, Londres, etcétera); el inglés, el francés, el alemán, serán los “idiomas del mundo”, de ahora por delante las lenguas “predilectas”. La música hay que ser fundada en los denominados valores “clásicos”, de Beethoven, Bach, Chopin ou List. Las grandes escuelas serán siempre las escuelas, la Universidad de Cambridge, la inglesa, o la norte-americana o de Chicago, en los E.U. da América do Norte. Y pensando en la universidad, ¡esta Filosofía Analítica comanda el lenguaje de la lógica-matemática allí existente! Luego, sin que se lo sepa, el “hombre del pueblo” va oscilar su discurso en la incomprensión del autoritarismo de una lógica de un Ludwig Wittgenstein, pasando por el inglés Bertrand Russell (¡quien se alzó después a la aventura de constituir un “tribunal internacional" contra la guerra del Viet Nam, juntamente con J-P. Sartre!) u otro alemán de nombre G. Frege; volviendo a Wittgenstein -que se lo diga- en texto "latinizado", Tractatus Logico-Philosophcus, al final de su párrafo 7, en 1921, recomiendaba Wittgenstein a la nueva servidumbrereciclada, el siguiente párrafo sucinto : “El que no puede hablar, debe callarse”. Aún
restan nombres en esa galería del llamado “Círculo de Viena”, que se “rechazó”, en su perentoriedad, como que “condenados al culto de la muerte”, al irremediable “positivismo lógico”, a hablar contra una metafísica, a pesar de “metafísicos” todos (como se dio con el positivista americano Ernest Nagel quien escribió resúmenes de artículos y los tomó con el nombre de Lógica Sin Metafísica); luego, serán nombres a incorporarse a ésos los de Rudolf Carnap, pero, más que todo, a Karl Popper, quien escribió un bello día de 1945 (Popper es un alemán radicado en Londres) un voluminoso libro de título La Sociedad Abierta y sus enemigos, intentando la protección de su “democracia burguesa” fallida, alcanzada por esos mínimos centros hegemónicos del capital. Mediante eso, la universidad es un sitio de “recolonización” que, aún no dio que hablar, pero, cuyo efecto siempre se ofrece la notoriedad por los resultados de aquellos que se ponen con vocación volcada para “fuera”, principalmente ahora, con la “manipulación tecnológica” que más ejerce su autoritarismo “silencioso” sobre los terruños. En el caso, es decir que jamás volverán su vistas para sus propios lugares de humildad, que se pretendió ver el lugar del hombre del campo, con su ejemplo. Sobre esos servicios universitarios, buscamos hablar mejor en otra oportunidad. En esta enumeración arbitraria, empero, productiva, llegamos al cuarto elemento de este “descubrimiento”: lo cual no puede ser sino alguna cosa relacionada con la propuesta de un “retorno”, un “eterno regreso” nietzcheano. ¿Qué resta entonces -pregunto yo-, de esa “sociedad abierta” que sólo “reencuentra la puerta cerrada”, en lo dicho del poeta capixaba y de Serra (Brasil) a los pueblos del mundo? No es sólo eso; su “práctica” de rever el “mundo de las cosas” es el revisar de un mundo “cerrado en sí propio” (“su historia, realmente, se ha acabado”). Veamos sus contradicciones “endurecidas”: “forzadas”.¡ Si usted quiere hablar de una “abertura”, piense en formas de “abertura europea”!: ¡de allá es de donde viene el “bien supremo”! Luego, el denominado “mito da caverna” es un “grande recurso” a ser usado por los modernos, pues, jamás van a “despreciar” la narrativa mitológica, griega, europea, la cual pasa por arriba de todo para ser una cosa actual (es la “renovación del antiguo”, para decir con el difunto Florestan Fernades). ¡Piense en el futuro y, luego lo verá usted! ¡“Freud explica todo”! -lo importante es tener la división “egoísta” freudiana con que contar para discernir efectos futuros: alias ¡todo es previsión! (¡Mira eso!) Su “inconsciente colectivo” (de Jung) es una abierta asimilación al fenómeno sociológico europeo, transferible, brutalmente, a los lugares periféricos, de conformidad con la división en que está asentado el mundo.

¡Y, estamos ampliamente frente a una “sociedad abierta”...”europea”! Una empresa cualquiera (una multinacional, por ejemplo) es ella simplemente una fruición (deja llevarse) de un “programa de computadora” (Window, Excel, etcétera), de forma que usted pode esperar automáticamente que o resultado “talentoso” venga en camino: es sólo una cuestión de esperar “empresarialmente”. Un día -y con este ejemplo finalizo el quinto “redescubrimento”- preguntaron al cantautor argentino, Ataualpa Yupanqui, sobre “cual era para él el ejemplo de hombre”, en respuesta éste más o menos contesta así: “un hombre solito, enfrentando a cinco otros hombres, fuertemente armados con armas de fuego y cuchillos, además de ser muchos”. No es demás recordar que en la “Quebrada de Yuro” un hombre murió en 9 de octubre de 1967, inspirando y haciéndose presencia en este ejemplo vivo de Yupanqui.

jolivpw@yahoo.com.br


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