Contraloría popular y cultural en Cancillería

En estos momentos se prepara “The London Classical Guitar Festival”, es decir, el  Festival de Guitarra Clásica de Londres, que se llevará a cabo en “nuestra” muy apreciada sala Bolívar Hall de esa ciudad, entre el 20 y el 25 de septiembre. El evento fue organizado por la Sociedad de Música Ibérica y Latinoamericana, “en colaboración con la Embajada de la República Bolivariana de Venezuela”, lo que quiere decir que el principal apoyo financiero es del Estado venezolano. Supuestamente celebran “las raíces latinas de nuestro (¿?) instrumento musical favorito, con una música de España, Portugal y Latinoamérica, interpretado por los más importantes artistas de todo el mundo”. Véase http://www.ilams.org.uk/lcgflineup.htm

Pero, sorprendentemente, tan atractivas palabras no se corresponden con la programación que anuncian. De los seis conciertos que se llevarán a cabo no hay ni un solo invitado venezolano, ni de tema venezolano. Cuatro de los conciertos lo ofrecen guitarristas británicos, uno de un mexicano que estudió en Londres, y el otro es de un joven francés, ganador del Concurso Internacional de Guitarra de Sevilla y financiado por los sevillanos. ¿Qué se desprende de todo esto? Quizás para los ingleses la guitarra latinoamericana no tenga el nivel adecuado para “su” festival, pero ¿es que nuestros representantes diplomáticos y culturales piensan también así, o es pura ignorancia y actitud servil? Los remito a las 400 páginas de La guitarra en Venezuela, publicadas por el Banco Central de Venezuela, el año pasado. Ahí abundan nombres, obras y méritos de nuestros músicos, desde hace ya un siglo.

Pero no sólo es esto. En todo el repertorio, unas cincuenta piezas, solo aparece una de Antonio Lauro, nuestro más importante compositor, y ni se entiende si es un arreglo o el original de su Suite venezolana, pues será interpretada por un dúo de flauta y guitarra, obviamente inglés. ¿Qué es esto? ¿Es que no tenemos “importantes artistas” que dejen bien el nombre de nuestro país en el extranjero? ¿Es que no podía exigirse que aparecieran algunos de nuestros maestros fundadores, Raúl Borges, Rodrigo Riera, José Rafael Cisneros, Vicente Emilio Sojo, Inocente Carreño, publicados incluso en Venezuela, o tener al mismo Lauro como figura central o la de Alirio Díaz, a sus noventa años, como en otras ocasiones? Además, era una extraordinaria oportunidad para que se conocieran obras de compositores nuestros más recientes, también de primera línea, como Alex Rodríguez, de vasto catálogo, o Diego Silva Silva, quien ganó el Premio de Composición de Casa de las Américas, en La Habana, hace unos años, o el recientemente fallecido Luis Ochoa, ganador del más prestigioso concurso de composición para guitarra del mundo, en Alessandria, Italia, en 2012. Los compositores venezolanos, y no sólo los guitarristas, trabajan sus obras a pesar de las innumerables dificultades que afrontan, más bien habría que decir a pesar de todas las desmotivaciones. Y si las embajadas son los espacios naturales para promocionarlos, darlos a conocer en el mundo y evidentemente tienen recursos, ¿qué hacen con ellos? ¿Quién lo sabe? Qué triste tener que esperar a que nos lleguen por otras vías informaciones como ésta, y tener que aceptar que ni siquiera formemos parte de un festival de guitarra financiado con nuestro dinero, cuando Venezuela realmente es un país de guitarristas.

¿Es que somos tan generosos que no podemos pedir nada a cambio en una circunstancia que claramente favorece a los ingleses y su visión todavía totalizante del mundo? ¿Es que estamos financiando sus nostalgias imperiales? ¿Es que tampoco en cultura hay que condicionar lo que se da a otros, para difundir y hacer conocer lo propio, así sea “vino agrio”, que no lo es? Caramba, hasta cuándo, no digamos “cachicamo trabajando pa’ lapa”, sino este rol de pendejos al servicio de otros. Contraloría popular es lo que necesitamos en todos los ámbitos, lo que quiere decir claridad suficiente, medios e información que permitan que todos podamos controlar y saber cómo se emplea lo que es de todos, y de algún modo poner freno a exabruptos como éste. Sería bueno que el recién estrenado canciller aprovechara para explorar qué hace realmente Cancillería por la cultura venezolana.

Pero mientras tanto, que el agregado cultural destacado (¿?) en Londres explique al medio cultural venezolano, a los músicos y guitarristas venezolanos, la filosofía de este festival y las razones para apoyarlo con recursos y el nombre de nuestra embajada, sin presencia ni beneficio de nuestra cultura. Qué vergüenza y qué papelón, por favor, que nos explique qué hay en el fondo de todo esto…



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1996 veces.



Alejandro Bruzual

Alejandro Bruzual es PhD en Literaturas Latinoamericanas. Cuenta con más de veinte publicaciones, algunas traducidas a otros idiomas, entre ellas varios libros de poemas, biografías y crítica literaria y cultural. Se interesa, en particular, en las relaciones entre literatura y sociedad, vanguardias históricas, y aborda paralelamente problemas musicales, como el nacionalismo y la guitarra continental.


Visite el perfil de Alejandro Bruzual para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Alejandro Bruzual

Alejandro Bruzual

Más artículos de este autor