El Ojo del Gato

Simón Bolívar: La Gratitud

En el plano personal la justicia se traduce, en Bolívar, en otra virtud que lo define: "la gratitud", a cuyo culto consagro buena porción de sus esfuerzos. Conocido es el incidente con Monteverde y el pasaporte a Curazao, jamás olvida el Libertador el gesto generoso de Iturbe que le salvo la vida y quince años después lo recuerda aun, y en breve carta de armonía consigo mismo, deja otra huella. Idéntico sentimiento inspira toda su conducta hacia la negra Hipólita y como gobernante le lleva a considerar con ojo de cariño el caso de los soldados maltrechos, aquellos que perdieron su sangre levantando Colombia. "La ingratitud es (a su juicio) el crimen mas grande que pueden los hombres atreverse a cometer".

Proyección de la Gratitud: La templanza y la voluntad de lucha.

Resulta fascinante seguir esa trayectoria. No se sale del asombro. Por fuerza ha de caerse en paralelismos con los grandes conductores militares de la historia, mas afortunados sin duda en el conjunto avasallador de sus victorias cuya secuencia deslumbradora termina muchas veces en una sola derrota. La ultima, a la vez la primera. O no la sufrieron jamás, con lo cual no hay posibilidad de medir la capacidad excepcional de resurgir del hundimiento, que hace de Simón Bolívar un caso de prodigio.

Quizá de esa característica del guerrero por excelencia, para quien la lucha solo termina con la muerte, deba partirse como base de análisis sobre la psiquis de fuego que pudo servir de forja a semejante fenómeno humano.

El poder de la voluntad emerge sobre todo en el súmmum de cualidades y defectos sin términos medios que en Bolívar resultarían imposible de cuyo conjunto surge el genio. El juramento en el Monte Aventino en 1805 definió una vida. El propósito indomable de alcanzar la meta trazada en ese instante de delirio, hizo posible su obra monumental ya para 1825.

Examinando el conjunto demoledor de sus derrotas y fracasos se advierte como en los abismos es donde el temple acerado de un espíritu superior halla sus mejores momentos. ¡Triunfar¡ Allí se aprecia cuanto Bolívar odia extraer de su lumbre interior en la inflexibilidad de una determinación.

Es quizás lo más admirable en un hombre que reunió en su existencia tantos aspectos dignos de admirarse. Allí reside el génesis de su grandeza. Fue esa voluntad de lucha la que acabo por prevalecer sobre el arriscado conjunto de caudillos que se disputaron la jefatura revolucionaria durante nuestra independencia y que expulso al imperio español de nuestras tierras.

Zoon Politikon.

Tiempo de Lectura: 2min y 15 seg.



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Ricardo Sanoja

Profesor-Autodidacta, Político y Científico Social.

 elojodelgato7@gmail.com      @ricardo_sanoja

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