El proceso revolucionario venezolano, cada día apuntado con más saña por el imperialismo norteamericano y sus sirvientes de la oligarquía criolla, para ser exitoso tendrá que transitar por cuatro puntos básicos: a) Organización, b) Unidad, c) Dirección y d) Conciencia política.
De esos cuatro aspectos, nos referiremos en esta crónica a la UNIDAD, porque siendo ésta requisito indispensable para el desarrollo y victoria de la Revolución Bolivariana (chavista), tanto su partido de vanguardia (PSUV) como las demás fuerzas que apoyan al proceso (GPP), deben, necesaria y obligatoriamente, superar las diferencias, los grupismos y tendencias que no son otra cosa que escollos para el avance del proceso; de allí que saludemos como muy positivo el propósito de la Escuela de Cuadros de los rojo-rojitos, porque aunque parezca una perogrullada es oportuno recordar el principio leninista de “sin teoría revolucionaria no hay movimiento revolucionario"...victorioso, agregamos nosotros. Porque sólo con claridad política e ideológica se puede entender a cabalidad qué es la Revolución y sus riesgos para lograrla.
Mas, dentro de la concepción de la Unidad, entendiéndola como factor decisivo para el avance revolucionario; en el caso venezolano hay un factor de primer orden, indispensable y que debe fortalecerse cada día mas: la participación decidida, plena, de la Fuerza Armada Bolivariana, cuya transformación patriótica -a partir de Chávez-, mediante la unidad cívico-militar habrá realmente garantía del éxito en la construcción del camino hacia el socialismo, de la liberación nacional y de la lucha antimperialista, sin olvidar aquello de que “permanentemente se libra una lucha política entre la Revolución y la Contrarrevolución por ganarse a la Fuerza Armada”. De allí, que el fortalecimiento de la unidad cívico-militar, sea también tarea de primer orden para todos los revolucionarios venezolanos, convertidos ya en ese aspecto en un espejo promisor y de esperanzas para Latinoamérica y el resto del Mundo, recordando el verso del poeta cubano Nicolás Guillén: “No se por qué piensas tu…soldado que te odio yo…si somos la misma cosa tu y yo”.
