Binóculo Nº 142

Cuando lo cotidiano sorprende

La gente de los barrios me contaba con la mayor naturalidad una anécdota que no solamente me crispó la piel, sino que me llenó los ojos de lágrimas. De inmediato me llegó Chávez a la mente. ¿Cuál sería su expresión si le dieran una noticia de este tipo? Me pregunté. Resulta que resurge una modalidad en la cotidianidad de las comunidades que es necesario analizarla y medirla: el dueño del abasto le vende una cucharada de leche en polvo o una de margarina, envuelta en un papelito por cinco bolívares. Me deprimió esa información. Creo que Chávez se hubiera puesto a llorar. Yo lo viví hace cuarenta o cuarenta y cinco años, cuando mi mamá me mandaba a comprar una cucharada de pasta de tomate, o de manteca, u ocho aceitunas y cuatro alcaparras que el gocho Alejandro me ponía en un frasquito que yo llevaba, para darle gusto al arroz con pollo de algunos domingos, cuando la fortuna tocaba la puerta de la casa.

Debe ser por ello que me golpeó tanto ese comentario de la gente de las comunidades, a quienes les parece un hecho cotidiano y natural.

Ese mismo día me encuentro una amiga que angustiosamente está haciendo un bolso de cinco mil para hacerse unos exámenes médicos, porque ningún organismo la pudo ayudar, mucho menos Barrio Adentro. “Voy yo de primero camarada porque son urgentes estos exámenes” me dijo casi con vergüenza.

Otro amigo de otra comunidad, tiene la depresión a millón. “No me jodas Rafael, yo di lo que me pidieron, me hicieron esperar ocho meses y resulta que a todos le dieron carro me nos a mí que escribí era para taxi y para ganarme la vida. ¿Cómo defiendo esta mierda?”, me increpaba en tono agresivo.

“Camarada, cómo es posible que esa muchacha lleva cuatro años esperando su cargo fijo en el hospital y ahora aparece una enfermera como un paracaídas que ocupa su puesto. ¿Cómo le digo a mi hija que se mantenga de este lado? Está triste, desilusionada”, me dijo con lágrimas en los ojos una vieja amiga para quien Chávez es Dios, literalmente. Es la única vieja que no habla de Dios, sino de Chávez como principio y fin.

Diré el nombre de otra amiga, mi camarada Rosalba porque siempre me ha acompañado. Lleva dos años tratando de ser operada de cálculos en la vesícula. No ha habido un sitio donde no vaya, no ha habido una puerta que no toque. No se queja, solo pide ayuda. Ama a Nicolás como amaba a Chávez y no permite que nadie hable mal proceso. ¿Morirá de negligencia esperando una ayuda que nunca llega?

Si nos dejáramos llevar por estos hechos, diríamos que esta revolución murió; y que el socialismo solo se quedó en el discurso de Nicolás y los voceros del gobierno.

Son hechos que deprimen mucho y que es menester tener una conciencia muy clara de los problemas que tenemos y cómo solventarlos.

Pero muchas cosas buenas ocurren en esta revolución que ni siquiera se conocen porque nunca hemos tenido una política comunicacional. Chávez siempre se quejó de ello.

Cuando analizamos los hechos arriba mencionados, encontramos que son muy simples de resolver. Basta que se cumplan dos premisas fundamentales: uno, un partido con hombres y mujeres claros en lo que se está buscando; y dos, un aparato burocrático que sea eficiente y sobretodo no corrupto.

Aunque debemos reconocer que esas dos premisas le quitan lo simple a la solución.

Y es que dentro de un proceso tan complejo como este, la claridad política es fundamental. Era la razón por la que Hugo hacia tanta insistencia en la formación, porque no es posible entender nada, si no se estudia. Por cierto, finalmente habrán leído el librito de Mao que Chávez les repartió públicamente a los ministros y luego preguntó si alguien lo había leído. Dejando constancia de que Mao era muy didacta y fácil de entender hasta en su complicada filosofía política. Pero si no han leído a Mao, ni de vaina que a Marx, que si hay que echarle bolas para asimilarlo.

En esas dos premisas, está el quid del problema y el destino de la revolución. El partido debe ser un órgano contralor del proceso y del gobierno. Indicarle a éste cuando esté errado. Una primera condición es que ningún jefe del partido puede ser alcalde, gobernador, presidente de empresas del Estado o de organismos públicos. Eso es una contradicción y genera obligatoriamente hechos de corrupción. Todo jefe del partido está obligado a hacer público sus bienes. Incluso si tiene más bienes de los necesarios para tener una vida cómoda, debe considerarse opulencia, y debe ser cuestionado y autocuestionado.

En el caso de los funcionarios del partido y del gobierno, el sentido común debe estar por encima de las leyes. Es decir, si gana 12 mil bolívares, de dónde sacó para comprarse una camioneta de cuatro millones. Salvo que demuestre que es una herencia, debe ir preso de inmediato y sometido al escarnio público. Conozco funcionarios que ha ido cuatro y cinco veces a Miami en un año. Si el gobierno fuera serio, al segundo viaje lo increparían para saber de dónde está sacando los dólares para viajar; y además, cómo es que un funcionario tiene tanto tiempo disponible para viajar cuando la revolución necesita demasiado tiempo para enderezar entuertos.

Pero dar estos pasos para depurar el proceso, es una utopía. Por ello el discurso de Nicolás se estrella contra la realidad y cada vez pierde fuerza. Se le va restando seriedad.

Soy un convencido de que enfrentando estas dos premisas, es posible enderezar el proceso. Para ello hace falta una alta dosis de formación política y consistencia ideológica. De lo contrario, también me veo yendo con un frasquito de jarabe bien lavado para que el tipo del abasto me lo llene de aceite para comer por diez bolos.

 

Caminito de hormigas…

 

Un camarada me increpa por qué no escribo de la oposición. Respuesta pública: porque la oposición no existe. Están dadas las condiciones para hacer la revolución. Ojalá y nuestros líderes lo entiendan…  Por las que van de arena. En el hospital Domingo Luciani, ubicado en el Llanito,  Petare, fue inaugurado  el Complejo Hematológico Oncológico y de Radiología del IVSS. Lleva un mes funcionando y ha tenido pocos pacientes en el área de quimioterapia. Tienen capacidad para recibir entre 250 y 300 personas diarias. Dan atención gratuita a personas con cáncer en fase inicial o metástasis y es el primero en Venezuela totalmente gratuito…  Desde cuando viene esta columna denunciando de los hechos de corrupción en Abastos Bicentenario. Por fin cayeron tres. Lo real es que casi todos están metidos en el choreo…  La fuente real de la corrupción no está allí sino en Mercal. Si no entran hasta allí, olvídenlo…  Será que algún día veremos la lista de los que se robaron los 25 mil millones de dólares…  Todavía no sabemos quién mató al camarada Eliecer Otayza 



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Rafael Rodríguez Olmos

Periodista, analista político, profesor universitario y articulista. Desde hace nueve años mantiene su programa de radio ¿Aquí no es así?, que se transmite en Valencia por Tecnológica 93.7 FM.

 rafaelolmos101@gmail.com      @aureliano2327

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