Qué es la Espiritualidad en el Siglo XXI

El Presidente Maduro y el III Congreso del PSUV han expresado que la primera Revolución es en el Espíritu, la Revolución del Amor. Esto nos motiva a investigar el término “Espiritualidad”.

Lo primero que debemos aclarar es que Espiritualidad no es “religión”. Es más, me atrevo a decir que no tiene nada que ver con ella, para que mis palabras resulten clarificantes. Cuando hablamos de Espiritualidad, muchos lo asocian con cultos, creencias, ritos, etc. Eso no es así.

De hecho, las religiones no han hecho más que limitar la Espiritualidad, al intentar encauzar, controlar, manipular la relación del ser humano con lo “Divino”. En la mayoría de los casos se han creado estructuras contrarias a las enseñanzas de los maestros fundadores que intentan manipular a los creyentes.

La Espiritualidad es un estado del ser que está disponible para cualquier persona, independientemente de la religión o creencia que profese.

Es más, la Espiritualidad es la forma del Siglo XXI de relacionarse con lo “Divino”. En la espiral de crecimiento de la consciencia humana, la religión corresponde a una vuelta de la rueda ya superada y trascendida. La Espiritualidad incluye y trasciende al concepto de religiosidad, incorporando elementos de consciencia que nos permiten interactuar con el poder creador sin intermediarios, pero sin dejar de experimentar la unidad de todos.

Según explica Clare Graves, la historia humana deviene en un continuo pendular entre lo colectivo y lo individual, y en cada nueva oscilación, el nuevo sistema “biosicosocial” incluye y trasciende a los anteriores; lo espiritual no es la excepción, incluye lo mejor de la religiosidad, pero lo trasciende, haciendo la relación con lo trascendente en forma personal y directa, sin menospreciar los aspectos colectivos. Los sistemas humanos son “holones” cada vez más complejos, construidos sobre la experiencia de los anteriores, pero con un cambio revolucionario que le da una nueva visión más amplia y consciente.

Wayne Dyer, en su libro “La Fuerza del Espíritu”, parte del concepto de Espíritu como aquella “energía informe e invisible que constituye el origen y el sustento de la vida…”. Lo Espiritual es para él una parte de lo físico, no hay dualidad, lo físico y lo Espiritual forman un todo.

La No Dualidad es una de las características de la Espiritualidad: no hay separación entre nosotros y la “divinidad”, hay una sola consciencia, de la cual somos expresión. No está un “Dios” hecho a nuestra imagen y semejanza por un lado y una vigilada humanidad por la otra.

Para acceder a la dirección espiritual considera Dyer que es necesario primero que reconozcamos, en primer lugar, que existe una fuerza invisible que está ahí, disponible. El segundo paso es percibirla, no como un ejercicio intelectual, sino a través de la propia experiencia intuitiva (meditación, oración, visualización, según la preferencia de cada quien). El tercer paso es la consecuente reverencia, comulgar serenamente con esa fuerza espiritual descubierta, ser uno con ella, sentirlo con certeza, como una gota de agua en el mar, que no pierde su individualidad.

Para Dyer, la práctica espiritual es una forma de hacer que nuestra vida funcione a un nivel más elevado a través de prácticas sencillas que se basan en la Rendición (entrega), Amor, Infinito (certeza de que la vida es indestructible), Mente Vacía (abierta a recibir lo nuevo, sin prejuicios), Generosidad y Agradecimiento, Conexión(con todo el mundo y el Ser) y Alegría.

Santa Teresa del Ávila define el espíritu como “la vida e Dios dentro de nosotros”, concepto muy asequible a los cristianos, católicos, e incluso judíos y seguidores del Islam.

Para Ramana Maharishi “lo que arrastra la mente hacia afuera es inespiritual, y lo que arrastra a la mente hacia dentro es Espiritual”, concepto preferido por los hinduistas, budistas, e incluso ateos.

En el grupo “Espiritualidad y Revolución” (municipios Plaza y Zamora del Estado Miranda, ver en Facebook), hemos definido Espiritualidad como “un estado de consciencia que nos permite conectarnos al Todo para llegar al Amor, mediante el ejercicio diario del agradecimiento, el perdón, el desapego, la humildad, el respeto humano, la sensibilidad y así experimentar la Paz Interior como forma de llegar a la consciencia colectiva para obtener felicidad, bienestar y libertad, que es la mejor forma de vivir en el aquí y en el ahora.”

En el grupo “Clarines IN – SUR – GENTES” (que se reúne en Clarines, con personas de esa ciudad, Valle de Guanape, Barcelona, Puerto La Cruz, Guarenas y Guatire, ver en Facebook), la definimos así: “La Espiritualidad es la fuerza interna generativa cuya acción fluyente propicia la justa consciencia en su esencia integradora natural”.

No importa la definición que adoptemos, lo significativo es que nos orienta en nuestra búsqueda individual con lo trascendente.

Como revolucionario, considero que la Espiritualidad debe pasar por palabras claves como Amor (solidaridad, servicio, ganar – ganar), Presencia (Fe, reconocimiento, reverencia, rendición, entrega), Perdón (no resentimientos), No Juzgar (ni criticar, comprensión), Conexión con el todo, Vivir el presente, Agradecimiento (gozo, alegría ver el bien en todo, positividad), Paz (inofensividad, control de la ira), Honestidad (ser impecable), Apertura (no prejuicios), Estar alertas, Virtud (valores, fidelidad a los sentimientos), Responsabilidad (consecuencia, no desidia), Verdad, Desapego, Salud, Meditación (oración), Preparación (consciencia), Camino del medio (tener en cuenta los deseos), Tener un ideal (plan de vida), etc.

Como fundamento, la espiritualidad así concebida nos une a todos lo que buscamos un mundo justo, por encima de nuestros orígenes religiosos y culturales y le da al Socialismo en el Siglo XXI una dimensión global, unificadora.

Guatire, La Villa Heroica, 26/08/2014

 



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Leopoldo Alberto Cook Antonorsi


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