Cuantos años han pasado, desde que Alfredo Maneiro con sus ideas revolucionaria, cambio la historia del movimiento obrero de Guayana y Venezuela. Corría la década de los setentas, cuando los trabajadores de Guayana específicamente los de Sidor, no se reponían aun de la aplastante derrota que les había propinado el Gobierno de ese entonces. 514 catorce despedido, un sindicato intervenido, y la capacidad de lucha de los trabajadores destruida. Hay que reconocer en Maneiro, la capacidad política que tubo, ayudado por sus doctrinas filosóficas para enrumbar de nuevo al movimiento obrero de Guayana por los senderos de las luchas y las Victorias, aquellos hombres del acero, volvieron a confiar en sus dirigentes y el Sindicato Sutiss, volvió por sus fueros y cual Ave fénix volvió a tomar vuelo para enfrentar al patrón Estado o privado. Pero lo que no pensó jamás Alfredo Maneiro, fue que su pensamiento político, seria lanzado al basurero, que los dirigentes que el formo con tanta mística pensando en la conformación de una clase obrera sólida y preparada políticamente, serían los mismos dirigentes que inocularan el Virus de la traición hacia los trabajadores y que esa estirpe traidora, volviera a convertir a Sutiss de nuevo en un cascaron vacío, sin rumbo y a merced del patrón.
Lo que estamos viviendo hoy los Sidorista, es casi una copia de lo que vivieron nuestros antecesores en la década de los setenta, con la única diferencia que quieren comprar nuestra conciencia y silenciar nuestra voz con dinero, dinero este que es nuestro que desde hace cinco año nos lo vienen hurtando de manera descarada, pero el Estado no lo quieren entender así y no los ofrece como migajas a cambio de nuestro silencio y sumisión.
El movimiento obrero Siderúrgico, está a la deriva desconcertado la contundente derrota que el Gobierno “bolivariano y obrerista” nos ha propinado no tiene comparación alguna en los anales de la historia Sindical Venezolana y siempre estará ahí cual espada de Damocles para recordarle a los trabajadores que quieran hacer algún reclamo, que el patrón Estado tiene el suficiente poderío militar y económico para hacerlos callar. Decía Alfredo Maneiro, cuando chocan los intereses de los partidos con los intereses de los trabajadores, me quedo con los intereses de los trabajadores, pero esta dirigencia sindical que lleva en sus venas la estirpe de la traición no cree en esos postulados, al contrario los reniega, desprecia y pisotea espantándose con ellos cual Drácula al mirar la cruz, porque en el fondo desprecian a la clase trabajadora, y solo la utilizan para su beneficio personal, para satisfacer su ego, y vivir como reyes a costa del sacrificio de los trabajadores. Si hacemos un análisis profundo de la historia de Sutiss en los últimos años, podemos darnos cuenta, que la mayoría de los sindicalistas que controlan el sindicato en Sidor provienen de esa estirpe traidora, que vendió la presidencia de la república, por unos cuanto dólares, vendió la cláusula catorce de los trabajadores (adicionalidad de las prestaciones sociales) a la Trasnacional Terniumy se enclaustro tanto dentro de esos dirigentes sindicales que en pleno siglo XXI, continúan haciendo daño a los trabajadores, y continuaran haciéndole daño, porque es su formación cultural e ideológica.
Las corrientes sindicales de poder en Sidor, son derivados de la Causa R, fracción esta que cabo la tumba del pensamiento de Maneiroy creo una nueva especie de secta Satánica, que el dirigente sindical que por ella pase, será traidor de la clase obrera hasta su muerte. Lo vivido en Sidor en los últimos días, no es casualidad, es el resultado de una seguidilla de errores en algunos casos y de políticas bien planeadas por algunos sectores del alto Gobierno en complicidad con los dirigentes sindicales de la estirpe traidora, que abonaron bien el terreno para quebrar la lucha del movimiento obrero siderúrgico e intervenir al sindicato Sutiss, para poder imponer un contrato colectivo ilegal pasando por encima de la voluntad de los trabajadores.
Cuán lejos estuvo Maneiro de imaginar siquiera que toda su lucha y pensamiento político, no sería más que una consigna en la boca de quienes en su nombre se enriquecieron e hicieron trizas las esperanzas de los trabajadores. De Maneiro a Meléndez, hay una distancia del cielo a la tierra y solo dios pondrá las cosas en su justa dimensión.
Integrante del equipo despertar sidorista.