Burocracia, corrupción y costo de la política atentan contra la Revolución Bolivariana

Hay que admitirlo con la máxima sinceridad: una parte importante de venezolanas y venezolanos -y me cuento entre ellos- nutría la esperanza de recibir del III Congreso del PSUV un diagnóstico objetivo, crítico y autocrítico sobre la actual situación económica, política y social que vivimos y, especialmente, sobre las futuras perspectivas del Gobierno y del proceso revolucionario en cuanto tal. Nada de eso encontramos en el “Acta de Decisiones Aprobadas en la Plenaria Nacional” de dicho Congreso. En ese evento se perdió el tiempo adulando al poder político e institucional vigente y contribuyendo a consolidar las posiciones personalistas de los que realmente cuentan en el PSUV, el Gobierno y demás instituciones de peso.

Con estas lineas deseo invitar a reflexionar a todas y todos los que participaron en el III Congreso y a las y los que han publicado sus opiniones para alabar los inconsistentes resultados que allí se obtuvieron.

Aclaro, de entrada, que desde siempre he compartido el proceso en curso en el país y los ideales del Comandante Chavez; desde siempre he apoyado y defendido las medidas de justicia tomadas en todos estos años para restituirle dignidad a los mas pobres. Pero, con la misma fuerza y determinación, desde siempre he denunciado los graves errores, las desviaciones, los enriquecimientos y derroches que muchas y muchos “revolucionarios” han cometido y cometen desde las posiciones de poder que han ocupado y ocupan. Y me importa un comino que se me tilde de traidor, escuálido, izquierdista trasnochado o guerrero del teclado. A los que así se expresan los invito a entrar en el mérito de lo que se denuncie o critique.

Desde siempre he insistido en que debemos darle la mas alta prioridad a los temas económicos porque los problemas de nuestro país y de su Revolución son fundamentalmente económicos. Por ello, creo que el mas grave error del III Congreso del PSUV ha sido ocuparse de cosas muy lejanas de lo que realmente debió ser el centro de la atención: la cuestión económica en todas sus variantes y consecuencias.

El PSUV, en efecto, parece no tener a nadie entre sus filas que se arme de sincero coraje intelectual y asuma el tema económico (no el ideológico, el político o el propagandístico) para diagnosticar el actual estado de la situación de las cuentas públicas (y de la producción económica en general) y avizorar los efectos de dicha situación para el presente y el futuro del proceso iniciado con la V República.

Iniciemos con la madre de todos nuestros problemas estructurales: el reforzamiento -muy a pesar de la retórica revolucionaria- del modelo económico rentista, monoproductor y paternalista. No tenemos mas excusas para seguir justificando lo injustificable: despues de 15 años de Revolución Bolivariana dicho modelo, en vez de disminuir, se ha reforzado y expandido. Y de quién es la responsabilidad? Creo que sea de la profunda flojera nuestros dirigentes de imaginar mundos posibles. Se ha preferido seguir los pasos de de los gobiernos puntofijistas o sea, en repetir y reforzar lo que siempre se ha criticado. Pero, habrá álguien en el Partido o en el Gobierno que quiera superar la lógica rentista, monoproductora y paternalista que sigue caracterizando la acción gobernativa? Todo indica que tendremos esos males estructurales para ratos, pues, lo que hay en circulación es retórica ideológica pura y simple.

En el actual panorama de la reflexión revolucionaria no hay nada que diga relación con la urgencia de introducir medidas que pongan fin, entre otras cosas, a la peligrosa dependencia de las importaciones de comida y/o de otros bienes de largo consumo y a la grave crisis de inversión privada (interna y externa). No hay nada que nos ayude a entender -en el marco de la concepción socialista del proceso en curso- cómo combatir la inflación con eficacia; cómo pilotear la devaluación de la moneda nacional o cómo gerenciar el déficit de liquidez sin transferir los inevitables efectos negativos de dichas medidas hacia el pueblo en general y, en particular, hacia los mas pobres y vulnerables de nuestra sociedad.

Si alguien cree que el anunciado aumento del precio de la gasolina es una decisión socialista porque daría oxigeno al grave déficit de liquidez que padecemos, está muy bien equivocado. Un eventual ajuste del precio de dicho producto traería, sin duda, algún alivio a los mas de 15millardos de dólares que deja de facturar anualmente nuestra industria por concepto del subsidio a dicho producto. Sin embargo, con ese aumento de precio, el costo de producción por litro del combustible no quedaría cubierto ya que éste es 500% superior al precio actual. Por lo tanto, el aumento anunciado no sería otra cosa que un raquítico y demagógico paliativo que escondería al país las verdaderas causas de la crisis de liquidez que vivimos. Entre dichas causas reales encontramos:

1) si bien nuestro país estima ingresos anuales cercanos a los 100mil millones de dólares por la venta del petróleo, no recibimos esa cifra en contante y sonante porque solo el “imperialismo norteamericano” (que compra el 15.3% de nuestro crudo) paga cash. El resto de las exportaciones se disuelven en ventas a algunos países amigos a condiciones super especiales, en pago con petróleo de la deuda que tenemos con China y en ventas a crédito en el marco del acuerdo de PetroCaribe. Esta anómala lógica de intercambio provoca una caída significativa de las divisas disponibles, lo que incide profundamente en la carencia de liquidez que vivimos actualmente.

2) El descabellado incremento de la burocracia pública, que ubica al Estado venezolano como el principal y casi exclusivo empleador del país (según el Instituto Nacional de Estadística, los empleados públicos estarían bordeando actualmente una cantidad muy cercana a los 3millones de unidades). Agréguese a esta gigantesca burocracia el crecimiento exponencial de los órganos y entes adscritos a los diversos ministerios (en el 2013 estos alcanzaban la cifra de 849. Supongo que hoy serán muchisimo mas).

3) El absurdo e irracional gasto improductivo representado en la gran carga burocrática del Estado, que encuentra su máxima expresión de desplifarro de plata del pueblo en la existencia de 32 ministerios y 112 viceministerios para administrar un país de apenas 29 millones de personas (un verdadero récord mundial de creación de cargos inútiles). Es a este gigantesco dinosaurio de 143 cabezas (y sus imponentes gastos en vehículos oficiales, escoltas, guardaespaldas, oficinas, secretarias, asesores, viáticos, servicios, celulares, tarjetas de crédito corporativas, viajes dentro y fuera del país, etc, etc.) al que hay que meterle mano y no al aumento del precio de la gasolina!!!

4) No hablemos de la escandalosa corrupción existente. Sobre este tema se cuentan por miles los artículos de opinión y los llamados desde las filas mismas del chavismo para enfrentar dicho cáncer sistémico. Esos llamados desesperados siguen encontrando la mas absoluta indiferencia por parte del gobierno, mientras los peces mas gordos andan por ahi con sus empresas de maletín, sus tráficos de influencias y sus contrabandos ... felices, contentos y hasta protegidos por la burocacia pública y el poder político (uno de esos llamados desesperados lo hizo Nicmer Evans hace algunos días desde las páginas de Aporrea: “Si logramos que los corruptos no desangren al país podríamos lograr, sin más esfuerzo, tener no menos de 40% más de divisas para satisfacer nuestras necesidades. ¿Qué esperamos?”).

Una respuesta operativa a la pregunta de Evans la ha dado Carlos Lanz Rodriguez: “si alguien de la noche a la mañana cambia su modo de vida y de pronto, siendo una sencilla y modesta persona, se transforma en un acaudalado que hace ostentación de VEHICULOS HUMMER, RELOJES CARTIER, LENTES GUCCI, ROPA DE MARCA, COLECCIÓN DE CABALLOS DE EQUITACION Y YATES, APARTAMENTOS LUJOSOS EN MIAMI, AVIONES PRIVADOS Y CUENTAS EN DOLARES, tal cuadro entra en la definición de RIQUEZA SUBITA, siendo sustentable la sospecha de que tal enriquecimiento puede proceder de acciones ilegales: fraude, robo, estafa, ilícitos cambiarios, comisiones, es decir, aparece la figura del ESTADO DE SOSPECHA”.

No es, entonces, introduciendo una reforma tributaria como la anunciada (que, además del aumento del precio de la gasolina, introducirìa el alza del impuesto sobre la renta, el aumento de la factura eléctrica y otras similares medidas), o reduciendo las partidas presupuestarias de las misiones sociales que aliviaremos el déficit de liquidez que sufrimos o haremos mover la economía doméstica en sentido realmente productivo.

Al contrario, es atacando de frente y en primer lugar las cuatro anomalías que he indicado anteriormente que podríamos comenzar a reducir el despilfarro de fondos públicos; es revisando los acuerdos de ventas del petróleo a precios preferenciales que podríamos contener el déficit de liquidez; es sometiendo al sector público a una profunda y decidida cura adelgazante mediante el cierre de entes e instituciones inútiles y el despido inmediato de funcionarios corruptos e incapaces que podríamos ahorrar cantidades importantes de divisas y dinamizar los servicios al ciudadano; es reduciendo el absurdo gasto improductivo que nos cuestan esos 32 ministerios y 112 viceministerios que podremos poner orden en las cuentas públicas. Es haciendo todo esto que estaríamos haciendo una auténtica revolución en la Revolución y sin que ello pese negativamente sobre las misiones sociales ni sobre la componente mas pobres y necesitados de nuestra población.

Por último, es con un DRASTICO CORTE AL DESCOMUNAL COSTO DE LA POLITICA Y DE LOS POLITICOS que el Gobierno y el PSUV estarían lanzando un mensaje claro y preciso al país, y en el cual se demostraría la voluntad -de la política y de los políticos- de asumir, también ellos, un justo, necesario e impostergable sacrificio frente a los graves problemas éticos, económicos y fiscales que atraviesa la Revolución Bolivariana y el sueño del Comandante Chávez.

Estas si serían medidas verdaderamente revolucionarias! Pero parece que no hay coraje para tomarlas porque resulta ser mas acomodante comprar el consenso político con erogaciones de todo tipo (alimentado el parasitismo social), sin importar el impacto en las cuentas públicas de esa horrible práctica.

El Gobierno podría ser mas eficiente y ágil con menos ministro y viceministros, con menos entes inútiles (dirigidos en su gran parte por personajes incapaces y ausentistas) y con un reducido número de empleados. Asì estarían más claras las responsabilidades de cada sector y disminuiría fuertemente el gasto público improductivo. Ante todo esto el anunciado aumento del precio de la gasolina se configuraría, entonces, como UNA FALSA SOLUCION que esconde los reales factores que inciden en el deficit de divisas.

Ojalá alguien en el PSUV, el Gobierno o qualquier otra institución pública de peso se decida a escribir sobre estos temas con seriedad, honestidad y espiritu autocrítico. Dicho gesto sería una verdadera revolución copernicana al interior del proceso que vivimos. Hoy por hoy todo indica que nadie parece tener el coraje de hacerlo. Me gustaría ser desmentido hoy mismo, pero temo que pasarà mucho tiempo todavia para verlo. Y podría ser demasido tarde, pues, el pueblo y sus organizaciones de base mas conscientes y comprometidas están perdiendo la paciencia. Por lo tanto, o se mueven o el pueblo traicionado y enardecido podría prepararles una gran y -por cierto- muy revolucionaria sorpresa. Despues no digan que no se habian percatado del Gran Sacudón popular que se está gestando en el país real …

serrano.edgar536@gmail.com



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