Desde hace meses el chavismo había estado a la defensiva por diferentes circunstancias. Desde los resultados de la elección presidencial cuando la oposición cantó fraude, una vez más sin probarlo, hasta la guarimba que trató de desconocer el triunfo del chavismo en diciembre con las elecciones municipales y de tumbar al gobierno Bolivariano, pasando por el estado de confusión ante la actuación de sectores económicos aun jugando a ser políticos.
Con la derrota de la guarimba sobre sectores de extrema derecha, que arrastró a casi toda la oposición, el chavismo ha venido tomando aliento. La convocatoria al III congreso del PSUV, el llamado a elecciones internas y su consiguiente instalación fue todo un éxito. Estos hechos de orden político y organizativo fueron importantes para retomar el vigor del chavismo como propuesta política de paz. Durante la realización del congreso ocurrieron varios hechos que permitieron que el chavismo retomara el pulso de la agenda del debate político y saliera fortalecido. Tal vez el de mayor impacto en la opinión pública lo fue el impase diplomático con el reino de los países bajos, por la detención del cónsul designado Hugo Carvajal y cuyo desenlace fue una victoria diplomática para Venezuela y su gobierno. Detrás del incidente estaba como siempre la pezuña del imperialismo que maneja a su antojo el derecho internacional. La celebración de la cumbre del Mercosur en Venezuela, en medio de la conmemoración de los sesenta años del nacimiento del Presidente Chávez, favoreció el escenario para que varios presidentes de América y el Caribe saludaran el acto reafirmando su compromiso de acompañar a Venezuela en el combate a la guerra mediática internacional, de la cual es permanentemente víctima, además de ratificar su apoyo al presidente constitucional Nicolás Maduro.
Los resultados del III congreso del PSUV ratificaron el liderazgo del Presidente Maduro. La repercusión interna y el acompañamiento internacional de los debates del congreso, permitieron demostrar que en Venezuela tenemos una palpitante democracia, solo perturbada en ocasiones por extremistas de derecha que persiguen desacreditar a Venezuela y a su gobierno, siendo que con cada intentona quien peor sale es la oposición en general. En esta oportunidad el éxito de III congreso contrarrestó esa matriz y colocó al chavismo como único sector político que ejerce su democracia interna, discute sus problemas y aporta soluciones de cara al país. A esto hay que sumar el encuentro en Cartagena de Indias entre los presidentes Maduro y Santos. Se firmaron importantes acuerdos, se ratificó la intención de mantener unas relaciones bilaterales de respeto y mutua colaboración, se acordaron políticas de fronteras contra el contrabando y el bachaqueo. Con el compromiso de diálogo y arreglos político/comerciales se obtiene otra victoria sobre uno de los principales enemigos que tienen Venezuela y Colombia, el sr. Uribe Vélez. Victoria diplomática bolivariana.
Un elemento adicional nos reafirma en la disposición ofensiva del chavismo marcando los temas de la agenda pública, fue la invitación al debate sobre el ajuste del precio de la gasolina. Así, toda la opinión pública y la publicada, voceros del gobierno, dirigentes regionales, consejos comunales y hasta los más recalcitrantes opositores han opinado en uno u otro sentido, en procura de alinearnos poco a poco hacia un consenso nacional en este asunto. Por todo esto y otros temas sin espacio para reseñarlos, es por lo que decimos que el chavismo retomó la ofensiva política. Dimensión vital para el éxito de las políticas a llevar adelante contra el andamiaje económico rentista y avanzar hacia una Venezuela productiva que lucha, trabaja y produce.
