Las contradicciones de la revolución bolivariana

Obligante precisar que se presentan diferencias conceptuales y metodológicas cuando proponemos “las contradicciones de la Revolución Bolivariana” ante “las contradicciones en la Revolución Bolivariana”, por lo cual, en este texto, solamente, nos ubicaremos a la primera referencia, es decir, estamos proponiendo para “tirios y troyanos” que hay contradicciones a lo interno-conceptual de la Revolución Bolivariana como revolución y considerando que en su praxis y perfectibilidad evolutiva también se expresan contradicciones lógicas del desarrollo de la Revolución Bolivariana.

Es decir, lo que tratamos de exponer que toda revolución contiene en sí misma contradicciones inevitables de su propia realidad conceptual. Es decir, que toda contradicción sea una revolución burguesa, sea ella una revolución socialista en su proceso evolutivo se encuentra en su caminar con paradigmas en praxis que obligan al análisis y la conceptualización “naturales” adscritas a cualquier revolución que obligan a los sectores revolucionarios a tener que aceptar dicha realidad, confrontarla con conocimiento en análisis, y decisiones que tendrán un permanente diálogo con lo conceptual revolucionario. Es decir, debemos tener siempre presente que en todo proceso revolucionario sea burgués sea socialista se están, permanentemente, expresando dos (2) contradicciones: la propia de la revolución como realidad-conceptual y las contradicciones consecuenciales por el desarrollo de la praxis de la revolución con sus contrapartes social-ideológicas.

Aceptamos que es un tanto complicado discernir lo ante-puesto en el párrafo anterior pero ello no obsta para que, cómodamente, bien como lo exponía don Rómulo Betancourt, “achinchorrarnos” en nuestras comodidades pequeño-burguesas seudo-revolucionaria y “alienarnos” con, sencillamente, con el “materialismo histórico”; es decir, una visión lineal del desarrollo histórico. Para los más cultos, es la inevitable dialéctica de todo proceso revolucionario sea burgués sea socialista.

Para “los puros y hiper-revolucionarios” debemos precisarles con un simple ejemplo histórico-criollo un modelo de revolución burguesa-nacionalista y pequeño-burguesa en aspiraciones sociales. El “hecho histórico” al cual nos referimos sería, a pesar de los mencionados, la denominada como la “Revolución de Octubre” cual sería una expresión política que proponía cambios estructurales en el propio seno de aquel Estado venezolano que venía caminando gracias a las decisiones alcanzadas por el General Juan Vicente Gómez independientemente de nuestros gustos ideológicos personales.

Aquella propuesta de revolución quedó sembrada en la siquis de sectores específicos de la sociedad venezolana que fue in crescendo a lo largo de las diferentes fases histórico-políticas que se expresaron posteriormente con una muy particular realidad cual sería el Gobierno de don Rómulo Gallegos cual, en su propio carácter ideológico-nacionalista, trato de alcanzar en su desarrollo nacionalista un proceso “democrático-chucuto”, obviamente, que entraría en contradicción con la tesis de “Dependencia” que implicaba la praxis de la “Doctrina Monroe” particularmente aplicada para Venezuela en considerando las propias características de nuestra Patria.

Hemos propuesto como idea tratar de describir “las contradicciones” que son innatas al proceso revolucionario que significa la Revolución Bolivariana. Sería interesante profundizar más allá de la presente descripción de esas contradicciones, esas realidades con pasadas experiencias expresadas durante la Historia de Venezuela pero nos quedamos, por ahora, en proponer las contradicciones de la Revolución Bolivariana.

La Revolución Bolivariana como propuesta del Comandante en Jefe, Hugo Rafael Chávez Frías, se sustenta en un diálogo permanente interactivo entre lo histórico y el desarrollo cotidiano como hemos podido conocer en el propio proceso cual desde el mismo momento histórico cuando Chávez Frías alcanzó la Presidencia de la República de Venezuela democrática y voluntariamente gracias a las decisiones personales de los votantes venezolanos sobre aquellas realidades de aquel CNE de la 4ta. República.

La propuesta de la realización de un referéndum para la aceptación de la sociedad venezolana hacia la realización de un proceso constituyente contenía tanto en la pregunta como en el desarrollo del proceso constituyente contradicciones porque significaban, inevitablemente, cambios sustanciales en el proceso profundo a nivel de la super-estructura del Estado venezolano en presente, es decir, del Estado capitalista-burgués hacia el proceso evolutivo de “cambios profundos en perfectibilidad” hacia un Estado socialista de participación colectiva tanto en su estructura como en su super-estructura.

¿Por qué se tenía que presentar una contradicción con la propuesta referida a la celebración de un referéndum? Evidente y fácil de demostrar porque la propuesta de referéndum significaba realizar cambios profundos en lo conceptual ideológico significativo del Estado venezolano, cambios que no fueron asumidos con las seriedades requeridas ni por el estamento político adeco-copeyano ni por el estamento burgués nacional en su carácter de clase social dependiente de ambos referentes a centros de poder mundial ideológicos del capitalismo mundial: la social-demócrata en su expresión orgánica de la Internacional Socialista y la conjunción en comandita de lo demócrata-cristiano con lo republicano-estadounidense (IDC, ODCA, Partido Republicano estadounidense). Inmediatamente salta del tintero otra pregunta: ¿esos estamentos arriba en referencia no entendieron, no comprendieron y/o eran ignorantes de los significados de la propuesta de Chávez Frías a favor de la realización de un referéndum y en su consecuencia los lógicos cambios profundos que ello iba a significar para Venezuela que llevaría, inevitablemente, a una muy seria confrontación con Washington, Berlín y Madrid además de ciertas ciudades latinoamericanas, centroamericanas y México?

Claro y por supuesto que era de su conocimiento ya que desde el mismo momento que Chávez Frías le informó a toda la sociedad venezolana que “…me voy a la calle, voy a recorrer todo el país…” (palabras más, palabras menos), cual significaba que buscaba llevar a Miraflores los contenidos ideológicos del “4 de febrero”, las alarmas en los sectores burgués-capitalistas tanto venezolanos como los extranjeros y sus ideólogos comenzaron una campaña de permanente desprestigio hacia la figura y su significado de Chávez Frías; es decir, en sencillas palabras, la “lucha de clase” la comenzó a exponer, cotidianamente, lo que hoy denominamos como “las derechas venezolanas” porque percibieron, esos sectores referidos, los reales significados “de alterar en comas y puntos” los articulados de la Constitución de la 4ta. República más cuando la propuesta de Chávez Frías, realmente, significaba una nueva Constitución para Venezuela.

Pero el desarrollo de la “lucha de clases” que propusieron las derechas es “causa y consecuencia” en respuesta a cualquier proceso revolucionario; es decir, toda revolución contiene en su seno obligatoriamente la “lucha de clases”. Para su mejor comprensión. Aquellas famosas frases en concepto ideológico impuestas en la sociedad venezolana cuando se querían referir a los adecos (tierrudos, chancletudos, etc.) son, en su misma esencial, una expresión de “lucha de clases” como respuesta a las aspiraciones de sectores sociales venezolanos que buscaban alcanzar una cierta participación en la “distribución” de la riqueza nacional. Es evidente que los señalamientos que impusieran los adecos hacia sus contrasentidos ideológicos expresados en el movimiento social-cristiano nacional se evidenciaron, como “hecho histórico”, cuando en aquel mitin en San Cristóbal le sabotearon a los, posteriormente, denominados, como copeyanos cuando, precisamente, intervenía el líder católico, don Rafael Caldera Rodríguez.
En el marco del desarrollo presente, bajo toda nuestra responsabilidad, consideramos que Hugo Rafael Chávez Frías, permanentemente, trató de evitar el desarrollo de una confrontación que significaba el desarrollo lineal de lo real-inevitable de la “lucha de clases” que lleva en su seno la Revolución Bolivariana tanto como revolución como proceso revolucionario como también Nicolás Maduro Moros sigue esa línea política en el marco de la llamada a diálogo con los sectores sociales que se contraponen al desarrollo del proceso revolucionaria actual venezolano.

¿Es ello, la “lucha de clases”, inevitable y/o se podría “suavizar” en su expresión socio-económico-social e ideológica en el marco del proceso perfectible que significa la Revolución Bolivariana?

Lo inmediato anterior nos lleva a preguntarnos vista las decisiones revolucionarias y, quizás, de Estado asumidas por Maduro Moros continuando con la praxis desarrollada por Chávez Frías ¿por qué la “lucha de clases” es una contradicción paradigmática de la Revolución Bolivariana? Más allá, nos inquirimos: ¿es la “lucha de clases” un real-proceso que forma parte de cualquier proceso de cambios profundos de un Estado dado en el marco de una revolución y de un proceso revolucionario sea burgués, sea socialista?

En ese marco, es de objetividad tener que aceptar que la “lucha de clases” es un proceso inevitable al cual se tiene que confrontar la sociedad en revolución, lo cual no significa que se exprese, necesariamente, violentamente como lo demostraría Chávez Frías y como lo está demostrando Maduro Moros como Presidente constitucional y líder del proceso revolucionario venezolano porque en la reflexión y toma de decisiones ambos líderes revolucionarios ha asumido y asume tanto Chávez Frías como Maduro Moros la necesidad de separar en lo posible las contradicciones de una revolución de las contradicciones producto del proceso revolucionario.

En lo real-significativo de un desarrollo inevitable de “lucha de clases” como paradigma inmerso en cualquier proceso revolucionario, el diálogo es una realidad que permite, a través del intercambio de pareceres, alcanzar una mediana que, significativamente, está expresada en la actual Constitución de la República Bolivariana de Venezuela pero en el marco de su comprensión objetiva y el correspondiente respeto de ambas partes para poder alcanzar el nuevo Estado socialista venezolano.

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Miguel Ángel Del Pozo


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