Mi amigo El Arañero

Este mes de julio me he dedicado a recordar momentos importantes, no de mi vida privada, son momentos colectivos, pues, tienen que ver con la de todos los venezolanos y venezolanas, incluso en la de miles de extranjeros y extranjeras que decidieron venirse hasta la patria de Bolívar en busca de una mejor vida.

Por nada del mundo los deseo olvidar porque son parte de nuestras vidas, son momentos que durante más de veinte años vengo acumulando. Y que hoy se los hago llegar a ustedes tal y como los vengo sintiendo.

Todo lo que narro tiene que ver con mi amigo Hugo Chávez con quien intercambié únicamente segundos, allá por los lados de la Guajira durante una cobertura periodística. Ese día supe que se trataba de un ser excepcional, de esos que nacen cada doscientos años.

Por él mismo me enteré que desde niño le llamaban el “arañero”, porque vendía unas conservas que su abuela le preparaba con lechoza verde, allá en los llanos. Ella misma lo calificaba de “disposicionero”. A temprana edad demostró su vocación de servicio.

Mi amigo Chávez disfrutaba del agua e lluvia y de tomar café, lo supe cuando en aquel cierre de campaña de octubre de dos mil doce se bañaba en medio de un aguacero. Me dio la impresión que en ese instante hablaba con Dios.

Cuando se es niño uno tienen la capacidad de recordar sus primeros años de existencia, su infancia. Son recuerdos inolvidables. Capacidad que Hugo supo cultivar.
En ocasiones comentaba que junto a su mama Rosa dormía en una casita a oscuras, fabricada con palmas de cocotero y barro, con suelo e tierra.
Ahí guindaba su chichorro, donde llegó a soñar infinitas cosas. Como por ejemplo, llegar a ser pelotero.

Sueño que cristalizó cuando ingresa a la academia militar.
No solamente se hizo pelotero… siguió soñando… y se hizo soldado de la patria y juró defenderla y amarla hasta el extremo de dar la vida por ella.

Siempre dio el ejemplo ante subalternos y superiores, promovió la necesidad de mantener una altísima disciplina en el trabajo. El don de la responsabilidad lo demostró durante las adversidades y las glorias. Así es mi amigo Hugo.

Creo que nunca dejó de ser arañero. Para él ser arañero pudo haber sido corretear por los caminos latinoamericanos tejiendo redes de amor, solidaridad, hermandad, bienestar, estudio, enseñanza, armonía, cristalizando sueños para los pueblos. Que más allá de esperanzas llegue a ellos la luz que ilumine el vivir bonito. Como Dios manda!

Quién iba a imaginarse que mi amigo Chávez llegaría a ser presidente de la república. Pues, así fue!

Su pensamiento revolucionario basado en el “Arbol de las tres Raíces” conformado por Simón Rodríguez, Simón Bolívar y Ezequiel Zamora, lo impulsó a que jamás tuviese reposo en su alma y descanso en su espíritu en su afán de romper las ataduras que nos mantenían amarrado a poderes imperiales, y defenderla tal y como lo juró cuando se hizo soldado.

En su corazón jamás dio cabida a sentimientos negativos como el odio, la envidia, la mezquindad. Pues Chávez es infinito amor.


Durante su gesta libertaria recorrió hasta los más recónditos lugares del país llevando bienestar y buen vivir a su pueblo: educación, salud, vivienda, deporte, ciencia, tecnología, cultura. Forjó “la patria buena”, la del panita AlÏ Primera.

Y cómo no extrañarte hermano… cómo no recordarte los domingos en tu acostumbrado “Aló Presidente”, donde nos enseñaste a ser verdaderos comunicadores comunales, practicando el periodismo necesario.
Hiciste renacer nuestro folclor con Fiesta en Elorza, el Alma llanera, cantos que permanecieron silenciados por las transnacionales de la música.
La cultura se la devolviste a los colectivos populares.
Sois pura poesía!

Para Chávez no hay distingo entre un negro, un blanco, un sambo, un indígena. Son seres humanos con los mismos deberes y derechos.
Logro alcanzado en aquella Asamblea Nacional Constituyente, aprobada por el pueblo soberano en mayoría.
Los niños y las niñas son tus seres predilectos.
Diste amor a gente con limitaciones físicas.
Reivindicaste a los abuelos y abuelas.

Creaste un plan de misiones estratégicas para combatir y frenar la alta burocracia que durante los casi cincuenta años de dictadura “Cuartarepúblicana, llamada pacto de Punto Fijo”.

Colocaste en un altísimo lugar a la República de Venezuela ante el mundo.
Le diste el apellido de Bolívar: Bolivariana.
Le devolviste la octava estrella a la bandera.
Precursor de la unión latinoamericana y caribeña.

Compadre… aquel ocho de diciembre sabías que te estabas despidiendo de nosotros, un nudo en la garganta se hizo evidente en todos nosotros, el país supo que no nos quisiste lastimar ni tantico así, como diría Che Guevara.
No se preocupe compadrito. Tu legado nos acompañará junto a su recuerdo… Esté tranquilo, seguro que vamos a estar bien…
Aquí estamos tus hijos apoyando a Nicolás maduro. Nuestro hermano.

Y tu Plan de la Patria.

Camarita… hoy cumple usted sesenta años…

Y lo vamos a celebrar juntos…
Porque Chávez ya no es usted… Chávez es un pueblo que jamás será sometido por imperio alguno.

Independencia y patria Socialista!
Viviremos y venceremos.


Unidad, lucha, batalla y victoria!!!

orlandonava0212@hotmail.com



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Orlando Nava


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