El documento del Profesor Giordani, Ex-Ministro, hecho público al siguiente día de su remoción ha levantado una polvareda de “padre y señor mío” –como decíamos antes-; claro, esto con varias caras: la derecha para sacarle provecho deformando el contenido del documento y adaptándolo a sus intereses, en un sector de los plumíferos de “izquierda” teorizando sobre lo incorrecto o no de la publicación y de ellos, muchos tratando de congraciarse con el poder, tal vez a la caza de alguna migaja de él.
Nuestra opinión, como revolucionario de la vieja guardia, es que como Giordani es del PSUV -eso es lo que tengo entendido- y este partido, vanguardia de la Revolución Bolivariana, está a las puertas de su Tercer Congreso, debiera llamarlo a una sesión especial de ese evento y discutir con él de “cabo rabo” el documento. Creo que sería lo más útil y provechoso para enderezar la nave si es que tiene algunos entuertos. Un partido revolucionario, con un compromiso tan grande como tiene esta organización fundada por el Comandante Chávez, debe desprejuiciarse y no dejarse influir por los dimes y diretes callejeros…en la calle hay muchos filósofos y sabihondos que aunque anden vestidos de rojo-rojito, rosado y un saco de “summa cum laude” en el hombro –a veces impulsados por otros sentimientos e intereses- cuanto hacen es causar daño y facilitarle argumentos a los enemigos de este proceso que apenas inicia el camino hacia el proyecto socialista bolivariano.
La crítica y autocrítica es un instrumento clásico, válido y cada vez más actual y necesario para la Revolución y los revolucionarios. Claro, nosotros no somos “quien” para dar consejos; pero, si nos atrevemos a opinar con esta sugerencia…estoy seguro que ganaría el proceso y el PSUV fortalecería su prestigio; además: “cuentas claras conservan amistades”.