Otra gran batalla que librar: ¡Batalla contra el odio!

Los acontecimientos que se han dado en los últimos dos meses han provocado en la población venezolana en general, e incluso en el ámbito internacional, sentimientos de desprecio y rechazo por una forma de protesta que ha venido desarrollándose en el país donde la destrucción y la violencia son los elementos protagónicos en las mismas.
Se ha cambiado el modelo de protesta pacífica, en la cual se utilizan pancartas, carteles o consignas con mensajes acompañadas de acciones cívicas y legítimas, que expresan la problemática que afecta a la población que se siente insatisfecha en sus necesidades, hacia un esquema en donde lo que prevalece es la arremetida violenta contra instituciones, como lo es el derecho a la vida, al libre tránsito, al pensamiento y expresión de ideas, hecho que está generando un sentimiento de odio sobre la población, lo cual se está propagando hacia la célula más importante de la sociedad como lo es la familia.

Recordemos que en el seno familiar es donde se forman los valores y desarrollan los sentimientos más profundos que determinarán, en el tránsito de la vida del ser humano, su interrelación con el resto de las personas que conformen su radio de acción social. Por esta razón debemos y tenemos el compromiso de velar de manera muy celosa por la paz, la tolerancia y el verdadero amor hacia quienes, por diversas razones, no comparten nuestro criterio; pues en definitiva somos semejantes pero no iguales y Dios nos hizo de esa forma para que aprendamos unos de otros y juntos, con nuestras diferencias, aprendamos a construir un ambiente de paz y de convivencia.

Todo esto lo expreso con verdadera inquietud; porque cada vez que vivimos momentos de crisis como los que estamos viviendo, por asuntos meramente políticos, vemos como desde ambos grupos se envían mensajes de desprecio y de odio, que cada quien justifica desde su punto de vista y su percepción sobre la realidad, pero no nos detenemos a pensar, que ese odio que estamos alimentando diariamente, a quien realmente perjudica es a quien lo siente y alimenta a diario con acciones o expresiones de odio y desprecio, que le van generando situaciones de angustia, desesperación, frustración, decepción, ira, amargura y demás sentimientos negativos que afectan gravemente la salud física y mental.

En este particular, es recomendable que quienes nos hacemos llamar revolucionarios, bolivarianos y chavistas, que hemos pregonado en las marchas, concentraciones y mítines políticos el AMOR, como una de las principales consignas revolucionarias, seamos los impulsores de un movimiento a favor de la paz, la no violencia y la no agresión verbal y física; en las redes sociales, en la familia y en la comunidad en general, pues he visto con detenimiento y tratando de ser objetiva, que en las redes sociales se observa el mismo nivel de agresividad verbal hacia nuestros detractores políticos, deseándoles incluso la muerte; lo cual debe llamarnos a la reflexión porque en la mayoría de las familias venezolanas existen integrantes que se muestran a favor de una u otra posición política, y debemos evitar alimentar el odio hacia quienes nos adversan políticamente porque esto puede generar y ha generado en el mejor de los casos; fuertes discusiones que luego se traducen en aislamiento y desunión familiar, lo cual no es sano para una sociedad.

Por esta importante razón, por una familia unida y fraternal, es que debemos y estamos en el compromiso moral de fortalecer el verdadero amor por el prójimo, pues así lo manda Dios, porque de esta manera estaremos aportando nuestro granito de arena por la paz en Venezuela y el mundo.

En este sentido, hago una invitación abierta a todos los compatriotas y camaradas, a deslindar del vocabulario, de los gestos y acciones, todo aquello que incite a la violencia, así como las frases y gestos que manifiesten desprecio e intolerancia hacia quienes nos adversan. Sé que es difícil, en circunstancias en las cuales vemos como la violencia, donde se hace victima especialmente a niños, enfermos y ancianos; permanecer ecuánimes ante hechos de atrocidad, pero nada ganamos con maldecirlos e insultarlos. Recordemos que las personas que realizan estos hechos, unas se presume, están siendo pagadas, otras utilizadas y manipuladas psicológicamente. Las que son pagadas debemos solicitar acciones contundentes para que todo el peso de la ley caiga sobre ellos y las que están siendo manipuladas es un trabajo más difícil porque hay que limpiarles la conciencia y crear en ellos nuevos paradigmas de justicia, paz, democracia, tolerancia y libertad; lo cual no se logra con agresión.

Por nuestros hijos y futuras generaciones este amor debe ser verdadero, debe surgir desde lo más interno y debe vencer la barrera que nos pone el odio y la intolerancia para traspasarla con el sentimiento de aceptación y comprensión hacia quienes nos adversan. Es difícil amar a quien tanto daño te hace, eso es muy cierto y humano; pero no se trata de amarlos, se trata de no odiarlos sin tener que amarlos; simplemente impidamos albergar odio en nuestros corazones porque con esto no estamos logrando absolutamente nada.
Por todas estas razones, los revolucionarios tenemos otra gran batalla que librar y conquistar, la batalla contra el odio.

Debemos y estamos obligados por compromiso moral con nosotros mismos y por el proceso de desterrar de nuestras acciones y lenguaje todo lo que incite al desprecio, odio o violencia. En este particular hago un llamado a importantes actores del gobierno y de los medios de comunicación del Estado a impulsar una campaña de saneamiento que parta de un cambio desde nosotros los revolucionarios, haciendo un esfuerzo por cuidar nuestras expresiones y en este sentido sugiero que algunos programas sean retitulados (cambiar su nombre); porque la denominación de algunos programas ya expresa un hecho de violencia, lo cual psicológicamente incide sobre la psiquis del hombre. Esto en lo particular y desde mi humilde percepción, sería un pequeño paso hacia la paz y la tolerancia que tanto necesitamos.

thamyc2008@gmail.com


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