Batalla de ideas

Ver pasar las cosas

El deber de todo revolucionario es transformar la realidad que lo circunda, cambiar todo lo que deba ser cambiado y también debería ser el deber de todo ser humano, cambiar las cosas que están mal hechas y cambiar las realidades que van en contra de su propia existencia, de la propia humanidad.

Nuestro camarada Ché Guevara dijo una vez “el deber de todo revolucionario es hacer la revolución” y esta frase, desde mi punto de vista, significa que en esta lucha colectiva por transformar la sociedad, cada uno de nosotros debe sumar su esfuerzo individual e incorporarse a la tarea de cambiar su propio entorno.  

Es muy fácil para algunos que se autodenominan revolucionarios, pararse al frente de su casa y ver pasar las cosas. Es una posición bastante reaccionaria quedarse inerme ante tanta injusticia, ante tanta barbarie y atropello en contra de la humanidad, que es lo que representa el sistema capitalista mundial. El revolucionario esta guiado por los más grandes sentimientos de amor, hacia la humanidad, hacia la madre tierra, hacia todo lo que lo rodea y ese amor lo persuade a luchar contra lo que representa el capitalismo.

Entonces tenemos camaradas que dicen ser revolucionarios solo en su centro de trabajo, pero en su vereda o cuadra no organizan a los vecinos en función de fortalecer el poder popular; también se da el caso a la inversa. Tenemos otros casos de compañeros que se han leído toda la literatura revolucionaria y por lo tanto manejan la teoría pero no la enlazan con la práctica, uno ve a esos compañeros solos, no organizan ni a su familia, ni a los vecinos que viven a los lados de su casa, y a veces atropellan con el conocimiento y subestiman al pueblo. Es de vital importancia enlazar la teoría con la práctica (tema ya debatido por muchos), lo que permite al cuadro comprender desde el punto de vista teórico cosas que no entiende cuando está leyendo y también interpretar correctamente las realidades vividas en la lucha diaria.

Por otro lado, tenemos personas que se infiltran en nuestras filas revolucionarias con el objetivo de minarlo de valores capitalistas, de inmoralidades, manejan muy bien el habla en público, el saludar a la gente, dar un abrazo a desconocidos, tienen la capacidad de llegar a puestos de dirección de instituciones creadas por nuestra Revolución, solo para sabotear, aplican el cambiar todo para que nada cambie, o viven de transición en transición y así atrasar los cambios y transformaciones de nuestra revolución.

En lo personal me ha tocado enfrentar gente como esta, son muy inteligentes para camuflarse, pero siempre se le ven las medias y, lo mas importante, el pueblo al final siempre los identifica y los aparta de los supuestos liderazgos que tienen, recuerdo casos de concejales, alcaldes o diputados, que cuando andaba en campaña, se rasgaban las vestiduras, autodenominándose revolucionarios, mas que Marx o Lenin y luego se olvidaron de los que votaron por ellos, del pueblo de a pie, de los descamisados y comienzan a usar chaquetas para diferenciarse del pueblo llano, y a hacer negocios, el bendito 10% (o mas) de comisión, el yo te apruebo el presupuesto, pero dame tal o cual prebenda, luego se mudan del barrio donde vivían para una urbanización privada, de esas donde vive la burguesía, y se compran un carro último modelo, tienen lujos que antes no tenían como por ejemplo comprar caballos de paso y propiedades.

Ante esta realidad que mina a un pequeño sector de nuestra revolución, pero responsable de que hoy en día no hayamos avanzado mas y que algunos sectores de nuestra sociedad no se sientan atendidos por nuestra revolución, el deber de todo revolucionario, de todo patriota, de todo Chavista, de aquellos que sentimos la patria hasta en las vísceras, como lo dijera Augusto Mijares, citado por nuestro comandante Chávez  aquel aciago 8 de diciembre de 2012, es hacer la revolución en todos los espacios: en nuestra casa con nuestra familia, en nuestra vereda, cuadra, sector, edificio o barrio, impulsar la organización del poder popular, promover las comunas y en nuestro centro de trabajo luchar para que sea un  espacio de construcción del socialismo, vernos allí como servidores públicos y no como funcionarios públicos. También debemos soñar todos los días, pensar en cosas nuevas, parir ideas, construir utopías  y luchar para concretar esos sueños en realidades, para beneficio de nuestro pueblo y de la humanidad. Esa es la tarea, ese debe ser nuestro Sur, no me queda ninguna duda. Tengo la convicción profunda de que actuando de esa manera, estaremos defendiendo y poniendo en práctica el legado de nuestro comandante Chávez, segundo Libertador de nuestra Patria, Venceremos!.

 

Edgar Gomez

@edgarguevarista

Gopadi1982@gmail.com

Acarigua 31-03-2014



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