Una española en París nos recuerda a Yolanda Leal

La elección de Anne Hidalgo como alcaldesa de Paris y la designación de Manuel Valls como Primer Ministro de la República Francesa reafirma el carácter abierto y transformador del pueblo galo. Los dos personajes citados arriba son hijos de inmigrantes españoles y ninguno de los dos nació en territorio francés. Anne Hidalgo vino al mundo en San Fernando de Cádiz, un burgo ubicado al sur de España, mientras Manuel Valls nació en Cataluña. Su condición social es diversa, Hidalgo resulta de una familia obrera y Valls viene de la clase media intelectual. Coinciden ambos en el compromiso social de sus progenitores todos militantes de izquierda. En todo caso la intolerancia y la guerra civil española provocada por el franquismo en complicidad con el nazismo motivó en ambas familias, como muchas, la decisión de dejar España y refugiarse en Francia,

Ellos dos, españoles de nacimiento y franceses de corazón, tienen por delante buenas perspectivas políticas si en su desempeño público llegan a satisfacer a los electores. Regentar la alcaldía de Paris es el sueño de todo político galo y un trampolín seguro para optar a la candidatura presidencial, (en el caso de la gaditana Hidalgo), mientras que Valls es ya un político curtido vinculado al Partido Socialista pero con un perfil de agente libre, pragmático y directo con fama de duro que años atrás recibió oferta de Nicolas Sarkozy para integrar su gabinete.

La campaña electoral para la elección de Anne Hidalgo como alcaldesa de la Ciudad Luz tiene características similares en el contexto venezolano. Hoy cuando la derecha cacarea de un país partido en dos y lo sazona con la famosa y truculenta polarización, evocamos la primera elección popular llevada a cabo en Venezuela, no para cargos públicos, sino para escoger la Reina del Séptimo Campeonato Mundial de Beisbol Amateur en 1944. Desde un primer momento dos candidatas se perfilaron como favoritas, cada una de distinta condición social. Yolanda Leal, maestra de escuela y habitante de Monte Piedad y Oly Clemente, estudiante, residente en la urbanización Country Club de Caracas, espacio símbolo de la burguesía parasitaria. Ante la simpatía que despertó Yolanda Leal en la mayoría de nuestros compatriotas, la derecha rencorosa y mala perdedora, reaccionó instalando el primer laboratorio de guerra sucia electoral que conoce el país al fabricar la consigna de: “Oly Clemente para la gente decente y Yolanda Leal para la gente vulgar”. Semejante latigazo de racismo y discriminación daba el tono de lo que vendría después. Está demás señalar que la triunfadora resultó Yolanda Leal y como los conservadores le habían dado un enfoque de lucha de clases a aquella votación deportiva resultaron perdedores por arrogantes y prepotentes. Al igual que hoy en día.

Con Anne Hidalgo ocurrió algo semejante se enfrentó a la conservadora Nathalie Kosciusko Morizet y para descalificarla la derecha manejó el criterio infundado de que la gente humilde no puede alcanzar una educación superior y menos aspirar a la alcaldía de Paris. De ahí surgió el falso dilema: decidan ustedes entre la hija de la portera y la hija del dueño del pent-house. Por supuesto que la elección la ganó Anne Hidalgo, la hija de la portera.


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Hector Agüero


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