El comunismo espiritual

La sociedad perfecta, la comuna, el “día de la igualdad”, todas estas son viejas aspiraciones del ser humano y son congénitas con el. Es mentira la alegría de tísico del Capitalismo Salvaje a la caída del muro de Berlín (10-11-1989), cuando de una forma megalómana gritó la eternidad del capitalismo, al igual que Hitler en su momento, y dijo “fin de la Historia”, “fin de las ideologías” y “fin de la política”.

También es mentira lo afirmado por muchos filósofos tarifados por la Burguesía quienes expresaron que la sociedad comunitaria era una utopía irrealizable. Ella es de la naturaleza del hombre y de la mujer misma, ese ideal prende en la persona humana como el sentido común o la lógica; fue, es y será siempre así.
Pero el ideal humano es el comunismo y no el socialismo, este ultimo es mas académico y de salón que la aspiración de las masas oprimidas de siempre: El Comunismo.

Indiscutiblemente que las teorías Marxistas-Leninistas y sus derivados como el Trostkismo, etc., han hecho un rico aporte al sistema de la igualdad, pero también han enredado las cosas, complicándola. El comunismo por ser de la naturaleza humana es la cosa mas sencilla y busca la hermanacion de los seres humanos y su enemigo mas peligroso es el dinero o el materialismo. Decirse comunista y autodefinirse como materialista es un contrasentido, ya que el dinero (El materialismo por excelencia en la sociedad capitalista), representa la riqueza o el poder material. Para ser consecuentemente comunista debe oponérsele al capitalismo y a todo sistema que propugne la explotación del hombre por el hombre, lo contrario al materialismo; y eso no es otra cosa que la espiritualidad, la superioridad de lo espiritual sobre lo material; la fuerza del espíritu.

Entiendo la animadversión de los fundadores del Marxismo con la espiritualidad y el idealismo; ambos conceptos estaban ligado a lo religioso, específicamente lo cristiano, y la humanidad venia de siglos de oscurantismo, cristiano. Por ello hablar de espiritualidad o idealismo en el siglo XIX y principios del XX, era sinónimo de ser reaccionario porque las religiones eran de verdad el opio de los pueblos. Hoy las cosas han cambiado y vemos “científicos”, “materialistas”, “socialistas” defender a capa y espada al sistema de explotación capitalista y avalar y justificar la barbarie neoliberal y tenemos mártires de la Burguesía que son Musulmanes, Cristianos, Animistas, Espiritistas, Indígenas, analfabetas y gente del vulgo sin ninguna preparación.

Implantemos el comunismo partiendo de las comunidades mas pobres y de las gentes mas sencillas desarrollando endogenamente sus fuerzas productoras, partiendo de sus necesidades y que ellos se autoabastezcan, valorizando el bien común, el sacrificio por los demás, el amor a la humanidad hasta llegar al sacrificio de lo personal, la superioridad de lo colectivo o social sobre lo individual y el egoísmo.

Aprendamos a producir comunitariamente y en colectivos, erradiquemos la división del trabajo en torno al conocimiento e igualemos el valor del trabajo.
Mas que impulsar un “Socialismo Cristiano”, lo cual es un contrasentido, miremos al Jesús de Nazareth no del Vaticano ni de las cúpulas religiosas sino al de hace 2.000 tal y como fue. El de la espiritualidad, por arriba de todas las cosas materiales, el del desprendimiento hasta dar la vida por el otro, el que repartió los panes y multiplicó los pescados, el de amar al prójimo como a uno mismo, el de la hermanacion el de la iglesia y no de religión alguna.


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Francisco Sierra Corrales


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