¿Existe un manual para desactivar el golpe suave?

Suponiendo que ya conocemos el método del golpe suave creado por Gene Sharp, con sus 198 actividades para deslegitimar y derrocar gobiernos tales como boicot económico, la no cooperación social ni política, el acoso a funcionarios, las huelgas, falsificación de documentos, generación de rumores, etc., nosotros debemos preocuparnos por cómo desactivamos este golpe lento, un golpe lento que como dijo Adolfo Pérez Esquivel es contra toda América Latina.

El gobierno habla de la "paciencia estratégica", término usado por el comandante Chávez para explicar que era necesario no confrontar sino dejar que el degaste hiciera lo suyo, también dijo Chávez "que se cocinen en su salsa". Sin embargo, ni el método de Gene Sharp dice todo lo que se hace para derrocar gobiernos, ni la paciencia estratégica es suficiente para frenar el desarrollo de la violencia fascista.

Las fuerzas fácticas

Sobre el manual de Gene Sharp debemos decir que allí solo se cuenta lo que hace la gente común, en términos clásicos es simplemente una línea de masas, una forma de hacer partícipe a las masas en el proceso de derrocamiento, pero las masas quedan relegadas a un papel espectador mientras las fuerzas reales ejecutan el derrocamiento, el golpe de estado. Podemos afirmar entonces que este manual es para que la gente se sume, desde las gradas, y legitime un golpe de estado, en una acción nada democrática pero con los 198 métodos hay bastante para crear la sensación de que el poder está en esa gente que se moviliza, siendo verdad que el poder sigue en manos de las fuerzas no electas, fácticas, constituídas o la potestas.

En el caso de Venezuela estamos claros que, por más guarimbas que se distribuyan por el territorio nacional, esa acción por sí sola, no derrocan gobierno. Son acciones de calentamiento de calle, iguales a las de Chile de 1973, como a las de Ucrania de 2014. En ambos casos quienes dan definitivamente el golpe son fuerzas de facto, tales como fuerzas militares, grupos terroristas como en el caso de Siria, medios de comunicación nacionales e internacionales. Otro ejemplo cercano para demostrar esto son las recientes protestas en Colombia, estas han sido muchos más fuertes que las guarimbas que debemos enfrentar hoy en Venezuela y han tenido mayores muertes heridos, represiones, y denuncias, sin embargo no ha tenido la resonancia ni ningún artista latino o gringo se ha pronunciado al respecto como sí pasó en el caso de Venezuela. Esta resonancia la dan las fuerzas fácticas, en este caso los medios internacionales de comunicación.

Una de los objetivos de las guarimbas es conseguir presionar dentro de las fuerzas armadas buscando crear una fracción que intente imponer una salida no democrática. La presión económica, la provocación de confrontaciones armadas de lado y lado, la imposición de una sensación de anarquía, la generación de falsas esperanzas de victoria, entre otras acciones buscan voltear voluntades dentro de las fuerzas armadas y dentro de políticos y funcionarios. Por eso el comandante Chávez hablaba de la mecha lenta, que pretende desarrollar una explosión a mediano plazo.

En este momento en Venezuela la fuerza fáctica que más golpea a la democracia son las presiones del imperialismo norteamericano y los medios de comunicación nacionales e internacionales. El imperialismo, aliado a los medios internacionales ha desatado una campaña de criminalización, deslegitimación, etc. del gobierno electo hace poco más de 10 meses. Su papel es fundamentalmente de juez, el juicio se hace con técnicas de montaje audiovisual, manipulación verbal, invisibilización, legitimación de campaña de rumores, entre otras.

Pero su carácter de fuerzas fácticas o fuerzas no electas no permite que los ciudadanos de a pie puedan o podamos incidir en la toma de decisiones que día a día se ejecutan. El medio de comunicación está en manos de un jefe editor que tiene, desde hace mucho tiempo, relación con grupos de poder y sectas políticas, y es éste quien decide la línea editorial y el trabajo a realizar. Igual pasa con el gobierno gringo, ningún ciudadano venezolano tiene capacidad de injerencia en sus decisiones, incluso los mismos ciudadanos norteamericanos dejan de tener injerencia después de emitir el voto, que además tiene una capacidad muy pequeña de incidir.

Se habla de un cambio en la correlación de fuerzas mediáticas, incluso la oposición habla de que los medios ya no dicen nada porque el gobierno los compró o por la supuesta autocensura. Pero nada más falso que eso, casi el 90% del espectro radioeléctrico se encuentra administrado por empresas privadas (Entes no electos o de facto sustentados en la propiedad privada) de la comunicación. A través del cable CNNE se ha encargado de bombardear y juzgar el comportamiento del gobierno y del pueblo en general, así como también en las ciudades del interior del país, las radios y las prensas privadas son las principales cajas de resonancia de esta escaramuza fabricada por grupos junto al imperialismo.

Es falso es supuesto poder de la gente usando el twitter y demás redes sociales, estos espacios crean una gran sensación de que un gran foro está leyendo al usuario, cuando son los medios convencionales o los actores políticos o sociales los que deciden qué amplificar a las mayorías y qué no. La sensación de espacio democrático que pueden generar estas redes sociales está simplemente usada, en el caso de la oposición, para legitimar crímenes y violaciones a la constitución.

Las fuerzas democráticas

Seguimos con la pregunta sobre el qué hacer de las fuerzas democráticas. Evidentemente que un papel pasivo daría espacio al enemigo y dejaría correr el tiempo de desgaste necesario para que pueda ir ganando voluntades que ahora sostienen a la sociedad democrática. Responder en las redes sociales es necesario más no suficiente, tenemos todavía una dictadura mediática que combatir en el día a día.

Esta conspiración también nos sorprende cuando tenemos serios problemas para organizar espacios democráticos de fuerza popular para combatir el golpismo. Pero no debemos perder tiempo y debemos actuar con mucha rapidez para avanzar junto al pueblo en la neutralización del golpe en movimiento.

La neutralización del golpe requiere de la neutralización de los poderes fácticos tales como los medios de comunicación. Es cierto que tenemos medios públicos y comunitarios en nuestras manos pero no son suficientes, ya que su condición ha sido objeto de satanización o deslegitimación y por algunos manejos equivocados de estos espacios que pusieron al pueblo a jugar banca, pero poseen una audiencia limitada y es de nuestro interés hablarle a toda la población. Esa debe ser la base de nuestra línea de masas junto a la neutralización, por parte de los cuerpos de seguridad del estado junto a la inteligencia y organización social, de los elementos golpistas y terroristas que buscan un hecho catastrófico que permita impulsar su escalada golpista.

Estamos totalmente de acuerdo que no hay que caer en provocaciones. Más aun cuando las acciones de los guarimberos están limitadas a las urbanizaciones de clase media alta. En un momento donde buscan más muertes para sembrar más odio y luego ganar voluntades debemos tener claro también que el enemigo no es el sifrino que tranca la calle de su casa, el enemigo sigue estando representado en las instituciones que le dan la fuerza real al golpe, tales como los medios de comunicación, las fuerzas armadas, y los gobierno representativos de América Latina y el mundo principalmente. Nuestra confrontación con los guarimberos debe reducirse a contener y evitar que se tomen espacios de importancia física o simbólica.

Es por esto que estamos llamado a organizarnos como fuerza democrática a combatir, en una primera instancia, la imposición arbitraria de parte de los golpistas de matrices de opinión y rumores y a desmontar frente a nuestros soldados la estrategia del enemigo de la humanidad, el imperialismo norteamericano.

Durante el golpe de estado de abril el pueblo supo donde ir el 13 de abril, a los cuarteles para presionar, desde nuestro lado es a través de fuerzas democráticas, a la restitución del hilo constitucional. Durante el sabotaje petrolero el pueblo se movilizó a las principales televisoras del país que día a día emitían propaganda de agitación golpista. En ambos casos se logró el objetivo de voltear la hegemonía de la opinión pública, demostrando fuerza y convicción se logró hacer retroceder a los golpistas y a la actitud de quienes ejercen el poder de esas fuerzas fácticas.

En este caso las radios y los periódicos son clave, debemos visitarlos un conjunto de individualidades o movimientos de masas para que corrijan su línea editorial y dejen de sembrar odio. El pueblo debe comenzar a movilizarse a lo interno de sus barrios y salir a presionar de forma democrática a las instituciones que no fueron electas, o son representativas y por tanto están tomando decisiones de vital importancia del país de manera discrecional.

En América Latina nos toca lo propio con medios de comunicación, pero también con nuestros gobiernos, sean de la alianza para el pacífico como del alba. La confrontación de propaganda tales como murales, grafittis, esténcil, etc serán herramientas para moralizar nuestras fuerzas y dar a entender a la población latinoamericana que nosotros no nos avergozamos de hacer lo que estamos haciendo.


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Gabriel Gil Pinto

Comunicador Comunitario. Miembro de Catia Tve.

 nodros@gmail.com

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