El mandato 'divino' de Urosa para odiar a los cubanos

Demasiado extenso para un artículo como el que pretendo, sería retrotraernos a las contradicciones que plantea Darwin, ante los preceptos convenientes a la Iglesia, en aquellos y en todos los tiempos, que niegan la evolución del ser humano y establecen “diferencias divinas” que privilegian razas y castas. La Iglesia Católica se manifiesta hoy todavía, en voz de nuestro Cardenal Urosa Sabino, planteando: “No queremos dedicarnos a la educación de los más privilegiados, dejando a los menos afortunados en las manos de un Estado ateo y comunista. La educación debe ser igual pero separada (una frase poco popular, pero muy cierta (*)). Los hijos de familias pudientes, llamados a ir a las universidades y, más tarde, tomar las riendas de empresas, negocios, ejercer las profesiones libres y ocupar los cargos más altos de la administración pública, deben ser educados para alcanzar estos fines y asumir su responsabilidad social de la forma más responsable y cristiana, (más bien al estilo de Poncio Pilatos y el Imperio Romano de la época (**)). Los niños que, por su origen socioeconómico, tienen desventajas, deben ser educados en el respeto hacia la autoridad, en la diligencia, en la modestia y, sobre todo en el mensaje cristiano del amor”. Evidentemente las palabras “pudientes” y “desventajas” denotan para el Sr. Sabino, misterios de Fe.

En su época, los nazis y su ideología antijudía contaban con numerosos precedentes de diferentes orientaciones. No sólo del catolicismo que perseguía judíos desde Las Cruzadas, sino también del protestantismo; pero se caracterizaron predominantemente por el odio al judío para afirmar sus creencias, viejo método de negar lo otro para reafirmar lo propio; debilitando o destruyendo, de paso, el poder económico que ostentaban estos.

Los Estados Unidos de Norteamérica, se conformaron sobre la sustitución de las razas autóctonas por razas europeas, especialmente las de origen bárbaro germánico que anteriormente habían invadido Inglaterra. Posteriormente han sabido acoger ciudadanos latinoamericanos, un poco ligados con indios y negros, cuando necesitan mano de obra barata y obediente; pero en cuanto la economía trastabillea por algún lado, generan con habilidad suprema, focos de xenofobia anti latina, para recuperar puestos de trabajo para “los suyos”.

Y en ese tránsito por lo Norteamericano, nos salta a la vista el interés por Cuba, que ocupó a esa nación desde tiempos inmemoriales.

Cuba fue una de las últimas colonias que permanecía en manos españolas al finalizar el siglo XIX. Los grandes terratenientes cubanos, en ocasión de las guerras de liberación del continente americano, prefirieron permanecer bajo el ala española; pero hacia la década de 1820 España autoriza a Cuba para comerciar con otras potencias, lo que es aprovechado por los hacendados para vender sus cultivos a Estados Unidos. Relegado el café a un segundo plano, hacia la década de 1860 Cuba es una de las principales productoras de azúcar del mundo, siendo su principal comprador Estados Unidos. Incluso, entre 1848 y 1851 surgió un movimiento favorable a la anexión de la isla a Estados Unidos. España rechazó varias veces las ofertas del gobierno estadounidense para comprar la isla. El 24 de febrero de 1895, el independentista y escritor José Martí, tomó las riendas de la insurrección y dieron comienzo las hostilidades (Guerra chiquita) entre los insurgentes y las tropas españolas. En abril de 1898 el gobierno estadounidense intervino en favor de los revolucionarios, provocando el inicio de la guerra Hispano-estadounidense la cual sin duda va a provocar que Cuba se desligue de España, pero va a quedar bajo el dominio de Estados Unidos. El 19 de mayo del año 1902 se logra una cuba independiente, pero la tutela norteamericana no se acabaría ya que ella seguía ejerciendo fuerte presión en cuanto a lo económico y político. Casualmente el catolicismo pasó a ser por largo tiempo la religión oficial y exclusiva; el clero se ocupó de la educación y la asistencia hospitalaria y social, con una concepción caritativa y aún después de la independencia de España, la Iglesia Católica logró conservar en Cuba una posición política y social preponderante.

La historia de Cuba sigue preñada de dictaduras y gobiernos pro norteamericanos, hasta el triunfo de la Revolución Cubana, conducida por Fidel Castro, a quien le corresponde enfrentar tan dilatada e indigna dependencia. Es entonces cuando aquella potencia que se había anexado medio México en lo que denominó “independencia de Texas”, que había “comprado la Florida” como quien compra una hacienda y que había tomado el control de Puerto Rico como “propiedades de segunda” desde la guerra de 1898, se encuentra un “alza‘o” que le para el trote, en “su propio” terreno… ¿Qué hacer?...

¡Bloquearlos para que se mueran de hambre!... ¡Usar la pobreza que produzca el bloqueo para desacreditarlos!... ¡Ahogarlos hasta que se entreguen!!!

Mientras la isla se hundía, agarrada casi solo a la “dignidad”, y los desunidos hermanos latinoamericanos le seguíamos el juego al “jefe”, pasando el tiempo entre pleitillos intestinos, de espaldas a nuestra propia historia y pagando religiosamente el adoctrinamiento sumiso de la academia Holywood & TV (enlatados), todo andaba bien… pero apareció Hugo Chávez en el concierto americano, con su canción: “Aquí huele a azufre”, convocando a Nuestra América a transitar de nuevo las batallas de Bolívar y traspasando el cerco que El Diablo había puesto alrededor de La Isla, mostrando sorpresivamente a la humanidad que “el Rey está desnudo”… y allí comenzaron a sangrar todas las heridas a la vez: Las heridas del “rey descubierto en su desnudez”… las heridas de los “gusanos” tanto tiempo subsidiados por las migas lanzadas por sus “amos”… las heridas de los “pitiyankis del mundo” que ven en la dignidad: envidias, odios y complejos, solo porque reconocen en sus propias bajezas la envidia, en sus sentimientos el odio y en sus siquis los más intrincados complejos de la apátrida soberbia… pero en ninguna parte de su ser, Dignidad. ¿Qué hacer?... Usar todos los medios de comunicación de “masas” para sembrar “la más aleccionante xenofobia, sobre la humanidad de los cubanos (de Cuba)”.

Es ocioso decir que el pueblo cubano es un pueblo latinoamericano como el nuestro, que hablamos el mismo idioma, que individualmente tenemos las mismas necesidades de alimentación y vestido, aun cuando ellos han sido criminalmente sometidos para que no puedan satisfacerlas; que han desarrollado entre otras cosas, en medio de sus limitaciones, habilidades deportivas y medios de salud que nos son útiles y que en términos de solidaridad es positivo para ambos el intercambio que hacemos entre los gobiernos Cubano y Venezolano… Peeeero… ¡LE ROMPIMOS EL CERCO DE LOS GRINGOS!

¿Por qué odiamos a los cubanos?... Pues sépalo: SOLO LOS FANÁTICOS RELIGIOSOS, LOS NEO-CRUZADOS, LOS NEO-NAZIS, LOS PITIYANQUIS FURIBUNDOS, LOS GUSANOS Y LOS “PRIVILEGIADOS” POR LOS MANDATOS DIVINOS DEL CARDENAL UROSA TIENEN QUE ODIAR A LOS CUBANOS… los demás podemos inclusive, hacernos una terapia en Barrio Adentro si nos llega a molestar algún dolor.





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José Claudio Laya Mimó

Profesor Universitario

 joseclaudiolaya@hotmail.com

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