Para ti, por siempre y para siempre Hugo

Como expresar tantos sentimientos en algunas líneas que hoy escribo para quienes simplemente decimos “te extraño” otros dicen “haces mucha falta” y hay quienes solo miran a su alrededor y palpan tu legado con lagrimas en los ojos, pensamientos y frases que solo tú eras capaz de decir, sin importar el lugar, la hora, o la circunstancia, porque el amor y la nobleza que desbordaba tu ser, era tan esplendida y magnifica, aunque para muchos suene demagogo o simplista, quienes quieren opacar tu memoria, tu ímpetu, tu gallardía, tu humildad querido Comandante eterno, marcaste un “antes” y un “después” en la historia política de nuestro continente, ciudadanía y el humanismo perdido que de esta tierra que tomaste huérfana de amor, paz, razón, fuerza, y voluntad y prosperidad, negada por quienes con ambición, racismo, le quitaron por muchos años la voz de un pueblo hundido en la miseria, atado a la mentira, a la falsedad, arrodillados a los imperios, que solo desangro la cuna del Libertador, a quien se le había vetado y en cada año solo con alguna ofrenda floral, se iba a asegurarse, que su pensamiento estuviera sumergido en ese panteón frio, allí en las penumbras de ignorancia y falsedad.

Solo tú fuiste capaz de despertar el pensamiento inédito de nuestro Padre Libertador, en cada sentido de nuestro ser, revivir la saga que emprendieron aquellos que derramaron su sangre por nuestra libertad, por nuestra democracia, por la vida y el derecho de los pueblos esclavizados, y retumbar en cada sentido mismo, la palabra nunca dicha por aquellos que humillaron y sembraron miseria en ranchos, quebradas, campos baldíos, utilizándolos como mano de obra barata en sus fabricas, compañías petroleras extranjeras, con la ilusión de imitar un modelo d vida impuesto por el sistema capitalista gringo, que aun hoy se sigue resistiendo a morir.

Solo tu desde aquella rebelión militar del año 92, nos diste una luz de esperanza que hace bastante rato se ocultaba como un eclipse que nunca terminaba, y que dominaba el ego de muchos, y la ignorancia de otros que solo se aprovecharon de tu nobleza para conservar sus pactos de poder.

Camarada Hugo, cómo no recordarte en cada instante, como no tener un nudo en la garganta cada vez que escucho el himno nacional con tu voz de fondo, como no sentir ganas de gritar y de correr cuando vemos a quienes pretenden negar tu legado, tu voz inédita, tu sonrisa, tu astucia, tu mano amiga, tu vida misma hacia este pueblo que te acompaño, ese pueblo que despertó y encendió la llamarada que sigue recorriendo cada rincón, cada costa, cada ciudad, cada campo, de la Patria Grande.

Ya a un año de tu siembra querido Hugo, aun se siente la briza fría, pareciera un mal sueño que se niega a despertar, late mi corazón solo al pensar que esos días tan duros para todos los que te amamos, eres el padre fundador del Socialismo Bolivariano, somos Chávez en la esencia misma del nuestro vivir, en la construcción de una sociedad donde a cada quien le corresponda lo suyo, con honestidad, trabajo, educación, salud, amor, humildad y sobre todo siempre aceptar las críticas de los tropiezos que siempre tenemos en ese transitar tan duro porque no estás físicamente, porque cada Domingo aun por inercia prendemos la tv para escucharte en ese Alo Presidente, verte saltar con los estudiantes, con la juventud, o simplemente compartir una galleta con un niño o niña en algún barrio, caserío, o en cualquier evento público.

Es inevitable pasar por esa vieja casona grande y visualizar ese balcón tan emblemático, con ganas de que se abran sus puertas de par en par, y verte allí, sonriente con el tricolor en la mano, abrazando a Rosa Virginia y a María Gabriela, con tu voz retumbando cada sentido de nuestro ser, con tu sabiduría, gracias a ti somos libres, podemos expresar y lo bueno y criticar lo malo, hoy somos millones que seguimos tu ejemplo, tu legado esta en cada vivienda, en cada sonrisa de un niño o niña de una escuela Bolivariana, tu estas en el aire, el llano, en el arpa que ahora se escucha en cada emisora de radio, tu nombre, tu figura es símbolo de integración, de paz de amor verdadero.

Rindo tributo hoy a tu memoria, a tu ímpetu, diste hasta el último aliento de tu vida por nosotros, y hoy millones lo hacemos en tu nombre porque con lagrimas en los ojos, pero con la llama del amor patrio en el corazón te digo, gracias por existir, por ese abrazo, por esa sonrisa, por darnos nuestro lugar en el mundo.

Somos tu, somos millones, y con orgullo digo esto, yo soy Chávez… y siempre lo seré hasta que Dios disponga de mi.

Vivirás eternamente aquí, en tu amada Venezuela. Hasta siempre camarada.


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John Duarte Zambrano


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