MUD guinda de una cabuya podrida, inminente que haga ¡catapluuumm! para que el Vampiro Ledesma alce vuelo

Hoy a media mañana el Sol estaba bien bueno, como para tostar cazabe, y yo andaba por Lechería -territorio escuálido de Anzoátegui- de regreso de Margarita y entrompando para Bolivar, no sin antes hacer una diligencia allí, de paso.

Mi chofera conducía moderadamente, por lo que yo iba mirando atónito la evidente echonería de la escualidad, autos ultra modernos para arriba y para abajo, casasquintas lujosísimas y negocios tan ostentosos de modo estrafalario, signos y signos de riqueza material que no mental, porque el boato y la ostentación no significan inteligencia.

Pero no hay mal que no venga por bien porque atisbé aunque de manera furtiva, ver al periodista patriota Américo Hernández entrevistando a los conductores, para la televisión, estaba en mitad de la isla acompañado por su camarógrafo y creo que él no me divisó aunque le hice un gesto.

Lo saqué por las greñas, era él si no me equivoqué; VTV debería contar con Américo porque es un periodista de los buenos, aguerrido, de esos que son tan necesarios para esta etapa de la revolución; ojalá me crean.

Ah, además de periodista patriota, Américo es un pescador singular, es el único pescador del que yo tenga conocimiento, que pescó un zapatero de 60 kilos, una vez. Téngase en cuenta que un zapatero de 2 y ½ kilogramos es lo más grande en promedio que éste que soy ha capturado en su vida y en bajada también.

Bueno, al grano del asunto:

La MUD está guindando de una soga podrida, así que es inminente que haga ¡catapluuuumm!

Y de entre sus escombros se desate el estruendo de una sampablera: “…cñhoeladrema$$w&yetc…”.

El Vampiro Ledezma tiene alas, por lo que está exento de cipotazos, a él le basta alzar el vuelo e ir a chupar para otro lado, para eso él ha estado ahí, y aunque no está exento de chocar con una penca de sábila, tiene un radar que todavía le funciona aunque tanto da el cántaro a la fuente hasta que se rompe.

Mientras tanto “un luto activo” amenaza de tristeza y pesadumbre a las hordas escuálidas de Lecherías y de Chacao, principalmente, por lo que me parece oportuno aprovechar el momento para enviarles un mensajito de texto a esa gente enferma de irrealidades.

El escualidismo es una nueva enfermedad mental aquí en Venezuela, así que las cátedras de medicina deben abrir líneas de investigación que den luz para curar ese enojoso trastorno.
Y, al respecto, oh casualidad, no está demás que los periodistas patriotas hagan ver a los sedicentes de cabezas alquiladas, que las informaciones deben tener que ver no solamente con la verdad sino con la ética popular y, de no ser así, y puesto que todos vamos en el mismo barco, de haber un naufragio tal desgracia pesaría sobre ellos también.


oceanoatlanticoguillermo@gmail.com



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Guillermo Guzmán


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